A mi madre, que, pese a ser una escéptica con los subtítulos, le encantó la película.
De Dinamarca tenemos la imagen de un país pacífico, con un envidiable sistema educativo, puntero a nivel tecnológico, bilingüe en su totalidad, pequeño y aún así puntero en materia cinematográfica. Dinamarca es casi el paraiso nórdico soñado por una mentalidad mediterránea, y son los propios daneses con sus historias los que se encargan de desenmascarar esta falsa idea de bienestar, ahora acuciada por la crisis económica. El desastre financiero de Islandia fue muy sonado y puso en jaque otro país de intachable política y cultura. Suecia, con el fenómeno Larsson recorriendo todo el mundo, se encargó de destapar la pudredumbre sobre la que se edifica el país famoso por su excelente y eficaz sistema sanitario. Ni los mejores países son intocables. En ellos también ocurren sucesos atroces. Anhelar un mundo mejor es totalmente lícito, y más cuando todo y todos estamos interconectados (cualquier problema parece mundano comparado con la vida extrema de muchos seres humanos en África). ¿Qué hay detrás de una pelea, la explosión de un coche o una agresión a modo de moving en un instituto cualquiera? Bier, que lleva dos décadas escarbando en la sociedad danesa que tanto conoce, enseña su visión, propone su particular lectura, más filosófica que trágica. Porque En un mundo mejor es una película triste pero no quiere ser dilapidaria; quiere invitar al espectador a formularse unas cuantas preguntas, pero nunca quiere inquietarlo. En un mundo mejor sigue la senda de Hermanos o Después de la boda: efectivamente, en Dinamarca hay una clase social pudiente, casi burguesa, que sostiene una sociedad de ideales un tanto clasistas. Pero En un mundo mejor es la película menos local y la más universal de su directora: será porque, aunque no esté demasiado de moda, Bier prefiere contar las oscuridades del alma humana, hablar cual maestra de qué significa el dolor, la venganza y la amistad en una sociedad carcomida. Y de paso, la dificultad de educar a nuestros hijos en un entorno favorable, lejos del odio, la tensión, el racismo y la sed de venganza que rigen los comportamientos de los mayores (que no maduros, o sensatos) ciudadanos. En un mundo mejor funciona por todas las ideas que evoca, aunque al final es un tanto buenrollista, como una psicóloga que sigue paso a paso lo que dicta el manual de una buena praxis. Incluso en lo cinematográfico Bier parece refugiarse en lo seguro: la filmación del cielo, de noche o de día, en África o en Europa, soleado o nublado, como transiciones entre escena y escena resulta un recurso un tanto conservador. En un mundo mejor es una película de buenas ideas, de problemas resueltos sin estridencias ni sangre, muy conciliadora, nada crispante, perfecta para que esa sociedad primermundista (la danesa o la española, aquí poco importa la distinción) salga del cine contento, sintiéndose un poco mejor (aquí radican los grados de distancia entre Vintenberg o Von Trier y Bier, los dos primeros más crípticos en sus formas y creo que más rotundos en sus discursos). En un mundo mejor, en todo caso, es una buena teoría de humanidad, y puede enervar a los que creen que el cine debe ser práctica, y no una clase magistral. Prueba de que su lenguaje es transparente y de que su mensaje es eficaz es su Oscar a la mejor película de habla no inglesa, que ganó superando a Biutiful y Canino, más perturbadoras, igual de preocupadas por ese primer mundo de desigualdades. Pero En un mundo mejor está excelentemente interpretada, bien escrita, bien planteada a nivel visual (pese a ese detalle de las estampas 'celestiales'), y deja un poso extraño, como si nos hubieran herido en la sala del cine casi sin darnos cuenta. Así, contenida y llena de sentido, En un mundo mejor sigue demostrando la buena salud del cine danés en concreto y el europeo en general. Una de las mejores películas del 2011.
Nota: 8
Tengo muchas ganas de verla!! Espero hacerlo pronto.
ResponderEliminarY pensar que la tengo y aún no la he visto. Con tu crítica, obviamente ha despertado mucho mi interés, sobretodo si presente ese "detrás de..." que tanto me gusta ver en las películas. Por el hecho que no la ví, no la nominé en los premios del blog que llevo, pero si entró Dinamarca con la última obra del director de la obra dogmática por excelencia "Festen", y hablo de Submarino que me ha dejado muy buena impresión. Te invito a que veas el resto de las nominaciones y me des tu opinión. Saludos!!
ResponderEliminarhttp://yahircriticacine.blogspot.com
Bastante de acuerdo con tu crítica. Creo que la película empieza con un paralelismo y un mensaje quizás demasiado fácil y evidente, pero poco a poco va matizando las situaciones, los sentimientos y las relaciones entre los personajes para acabar convirtiéndose en un producto muy sólido y notable.
ResponderEliminarSaludos ;)
Es todo lo que se puede esperar de una película de Susanne Bier. Igualmente, a veces me pongo a pensar, aunque me haya gustado la película, si el Oscar ha ido para el país correspondiente.
ResponderEliminar¡Saludos!
Excelente critica como siempre ;D y muy de acuerdo...la preferi que hor la loi y que canino...de las eliculas mas esperanzadoras del año :D
ResponderEliminarAyer estuve leyendo acerca de ella, después de las buenas críticas y todos los premios que la alaban sin duda tiene que valer la pena. Tu crítica me ha parecido estupenda e incita a ver el filme. Ojalá la haga pronto.
ResponderEliminar¡Un saludo!
La vi antes de ayer y me gusté mucho yo también le puse un 8. Pongo el enlace a la tuya en la entrada que yo hice en mi blog.
ResponderEliminarSaludos!