EL SIGNIFICADO DE LO EXÓTICO
Muchas veces, como analistas de películas, caemos en ese lugar común de que el cine asiático interesa porque es exótico. Exótico por extraño, por atractivo, por diferente. Ni Asia es homogénea ni tampoco es de esperar que sean simples o pocas sus culturas, creencias o estilos cinematográficos. Con Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas se me plantea ese problema: nos falta un contexto social, incluso unos conocimientos sobre la sociedad tailandesa y su tradición religiosa, para hablar con atino y con autoridad de la última ganadora de la Palma de oro de Cannes. Desde esa distancia geográfica y temo que ignorancia, lo nuevo de Weerasethakul resulta un viaje que tiene el tono y los colores de una plegaria, y sus efectos son los de una terapia extraña, una sesión de masaje relajante. Y como ese esquivo exotismo se impone como una dificultad para leer al completo el entramado de la película, uno sólo puede citar sus valores universales. Aquí Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas es una exposición entre zen y marciana de la muerte, el paso del tiempo, la familia, incluso la guerra. Uncle Boonmee es un cuento peculiarísimo, una contraposición entre el campo y la ciudad. Aunque en esta ocasión dudo que una película de las características de Uncle Boonmee vuelva a las salas españolas en años. Una incursión en un mundo nuevo y ajeno en el que cuesta entrar pero también resulta difícil salir. El director tailandés propone un 'cine experiencia' diferente en el que es difícil determinar si hay un estilo natural o efectista, improvisado o súmamente calculado. Algunas escenas, sin tener demasiado concierto, me parecen bellísimas: ese episodio de la reina evocando su cara joven en el reflejo de un lago bucólico. Otros planos me parecen excesivamente largos, contemplativos. Y la aparición de ese ya mítico mono de ojos rojos me causó una sensación entre placentera y terrorífica, algo que no sentía desde Arrebato, título histórico del desaparecido Iván Zulueta. Con esos momentos en los que 'los muertos' aparecen y desaparecen de escena, Weerasethakul, entre clásico y rabiosamente modernista, nos recuerda que a veces lo estúpido puede ser una vía para conquistar la montaña de lo sublime, o simplemente una forma de subrayar esa estupidez. Y como aquí la dificultad de interpretación lo enrarece todo, me reservo considerar Uncle Boonmee una obra maestra (de momento, dejémoslo en 'de autor') o una de las sandeces más tramposas de la historia del cine (una cosa es tener 'un sentido oculto', y otra disimular la carencia total de sentido). La línea que separa lo intelectual de lo intelectualoide es finísima. Lo más correcto sería invitar a los lectores de esta crítica a ver la película: no es un topico, nunca verán nada igual. Ahora bien, no es un film que recomendaría, ni tan siquiera a las amistades más cinéfilas. Uncle Boonmee es inusual. Inevitablemente exótica.
Nota: 7
Me dejó intrigado tu crítica, con ganas de verla, pues al parecer es una experiencia diferente la que se vive viendo esta película.
ResponderEliminarSaludos Xavier!
No entré en su universo y me pareció eterna... pero buena crítica!!!
ResponderEliminarMe gustó que la experiencia de ver la película te pareciera como una sesión de masaje relajante. Te compartimos nuestra crítica: http://www.enfilme.com/resenas/enpantalla/UncleBoonme/
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