miércoles, 10 de febrero de 2010

TETRO 7 / 10

A la espera que alguien se digne a estrenar Youth without youth, Tetro es la carta de presentación de un Francis Ford Coppola renovado y crepuscular, consciente de ser un mito y con la obligación de agradar a sus numerosos seguidores. Todo esto hace de Tetro una obra extraña, poco complaciente, al final sorprendente: el mismísimo creador de El padrino parece haber dejado su etapa experimental para la senectud, con el aliciente de no tener que demostrar nada a nadie a estas alturas. Tetro, como resultado, es un divertimento personal, un capricho y una promesa de su creador, una extravagante muestra de cine de autor y una noble revitalización de un Coppola que se siente joven y que quiere demostrarlo. Sus constantes, pese al cambio de formas, son las mismas y su terreno es el de las epopeyas familiares diseñadas cual collage, maqueta a lo grande. Si su naturaleza es la de una muñeca rusa incansable, Tetro triunfa al no dejar de sorprender, pero fracasa cuando, en este juego de enseñar cartas nuevas y desvelar inesperadas piezas del puzle, hastía al espectador con una trama que casi se desploma, dejando, paradójicamente, en escombros sus propios méritos. En este juego metafórico, Coppola nos castiga con un final esperpéntico que se enorgullece de serlo; Coppola quiere rizar el rizo y si Tetro es larga y forzada es porque su autor así la diseñó, así la quiso. Nada irreprochable cuando, incluso en sus peores momentos, Tetro es una actualización de las tragedias clásicas: la revelación final entre Tetro y su ‘hermano’ tiene el poso del mejor Shakespeare, la fuerza de don Vito Corleone, la trascendencia de intrincados líos de familia y la estupidez de aquello que acontece de forma brusca, burda y risible. Si el personaje de Carmen Maura, que algunos tacharán de innecesario sin serlo, encarna el teatro dentro del cine (y la crítica teatral: incluso se homenajea a quienes aplaudieron a Coppola en el pretérito), Tetro es cine teatral, mezcla de pintura, blanco y negro y música de tango, una obra sobre artistas fracasados (el padre de Tetro fue compositor, Tetro es un escritor sin novela y el nuevo descendiente inicia un viaje curtidor y encuentra su obra y estilo en los manuscritos de Tetro; incluso Verdú encarna a una psicóloga con aptitudes para la danza). En última instancia, el artista mayor es el propio Coppola, aunque considerarlo ‘fracasado’ sería un error: Tetro no es perfecta, pero supera en ideas y planteamientos la media del cine que se estrena hoy en día. ¿No será Tetro un tetris surrealista, valga el juego de palabras, con todos los ingredientes que trufaron el mejor cine de su autor?


El exceso es la rúbrica de Tetro, su máximo aliciente y su principal contradicción: la grandilocuencia centra lo mejor y basa lo peor de un relato tan esquizoide como sus seres. Tetro no es un error, pero sí una casi obra maestra que debe amarse con sus taras y virtudes, una práctica que debe aplicarse a El baile de la victoria de Trueba, Los abrazos rotos de Almodóvar o Mapa de los sonidos de Tokio de Coixet (todas, no por casualidad, vistas en el año 2009). Tetro encuentra un componente marciano en la mezcla de idiomas y texturas, incluso en un homenaje a los símbolos de Argentina (algo similar realizó Kar Wai con otra reina de la belleza imperfecta: Happy Together). Pocas quejas: Vincent Gallo representa como nadie la frustración, la desgana y el lado salvaje de un protagonista antipático, Maribel Verdú da el contrapunto y afianza su andadura cinematográfica fuera de España, y Alden Ehreinreich conserva una belleza turbadora y una de las miradas más enigmáticas que se recuerdan. Disgustará a muchos y otros la disfrutarán de forma medida. Una de las polémicas del 2009 que ahora puede llevarse un Goya, tal vez reivindicando todo lo bueno (que no se dijo) y olvidando todo lo malo (que se escribió sobre ella tras el Festival de Cannes).

3 comentarios:

  1. Una pregunta, es cierto que susana Gimenez actua en Tetro?

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  2. Hola Xavier!!! Me encontré con Tetro ayer, y la vi, y me quedé algo asi como sorprendida, gratamente, me encantó la fotografía que tiene, y la historia, coincido podría tener otros matices, y flaquean un poquitin en algunos puntos. Pero me ha gustado mucho!!!

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  3. @ Juancil de Reyes: Si, Susana aparece en 1:41:25 y hace de... periodista!

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