Aún no ha llegado a las salas españolas, pero Mary and Max ya se enmarca en la que es una nueva edad de oro del cine animado, un año en el que hemos disfrutado de nombres tan variopintos como Up y Los mundos de Coraline, Ponyo en el acantilado y Lluvia de albóndigas, sin olvidar las inminentes Tiana y el sapo o Fantastic Mr. Fox. Mary and Max supone un regreso a la animación tradicional, con sus personajes mudos de reducidas y a su vez enormes expresiones y gestos; demuestra que la informática aún puede aliarse con la plastilina para basar el cine del futuro. Lo clásico sobrevuela esta fábula con el blanco y negro, más tétrico o más luminoso según el momento, incluso en una noble reivindicación del correo postal en contra del correo electrónico. Entre los sesenta y el siglo XXI más digital, entre Australia y una Nueva York gótica, transcurre una historia simpatiquísima, una elaborada delicatesen bicolor con cerebro y mucho corazón. La idea tiene su gracia: una niña aburrida se cartea con un hombre no menos anodino, una relación peculiar que perdurará años y años hasta encontrar su desenlace en la escena más terrible, también la más bonita, tras aprender la esencia de la amistad y quizás de la vida. La cinta engarza como ninguna humor y tragedia, una combinación que supone su sello, revelación y rebelión: el fondo es muy dulce y familiar, pero la crudeza de ciertos fotogramas trascienden las formas animadas e impactan hasta el abuelo más curtido (véase los continuos ataques de histeria de Max o la oscura madre de Mary). También hay espacio para el humor, negra sátira que demuestra la madurez del invento (ese vecino que padece agorafobia y al que la niña, por inexperiencia, acusa de homofobia) o sonrisas naifs de nivel (la teoría de que los bebés surgen de las jarras de cerveza: sublime). Es este tono impredecible el que eleva Mary and Max a la categoría de film de culto. Esta crítica es más moderada: estas cartas están trufadas de estampas antológicas, también de algunas repeticiones que afean el dulce sin amargarlo. No hagan caso a la nota: esto hay que verlo.
Pocas cosas se le pueden criticar a esta peli, y poniendonos muy estrictos ;-)
ResponderEliminarLo cierto es que es una peli de visionado obligado, no por obligacion ;-S sino porque NO SE PUEDEN PERDER DE VERLAAAAAAAA.
Y es feo pensar que la única o mayor distribución que tiene esta peli sea internet, pero al menos asi, llega al espectador, uno de los objetivos. Y el boca a boca internauta, hace que una peli que fue más que olvidada, la esten comentando la mayoira de los blogs. Si eso consigue internet, enhorabuena!!!! Otra manera para que el buen cine sea visto. Aunque claro, uno quiere que este tipo de peliculas tengan su estreno, su dvd en los videoclubes y su lugar en el reconocimientos que dan lso premios.
Me sumo a la catarata de elogios que ha recibido, aunque mi favorita sigue siendo Ponyo. Tiene un guión invidiable, crudo e inteligente.
ResponderEliminarYo también tuve que conseguirla en versión pirata. Logré conseguirla en una copia de buena calidad. Esperemos que con el tiempo alcance la difusión que merece.
Mary and Max es la oveja negra del rebaño de cintas de animación de este año, pero para mi, para ti y para muchos es una estupenda obra artística. Un guion increíble retratan personajes para el recuerdo. MARAVILLOSA
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