domingo, 5 de julio de 2009

PAGAFANTAS 6 / 10

Borja Cobeaga, nominado al Oscar por el cortometraje Éramos pocos, estrena su primera película y se convierte, directamente, en uno de los realizadores más interesantes del nuevo cine español. Su narrativa, mezcla de esquetch televisivo, spot publicitario y comedia sin pretensiones, es tan sencilla como efectiva. Cobeaga demuestra su cinefilia con una mirada que recuerda a la garra del primer Álex de la Iglesia, eliminando la cuota gore y mezclando formas y géneros, gags chistosos y una crítica mayor, aquí en forma de oda al pardillo nocturno. Gorka Otxoa (en el pretérito fueron Alfredo Landa o Paco Martínez Soria) es la cara de este Pagafantas angelical, eterno despreciado, de peinado cambiante y extraña intolerancia al alcohol. Cobeaga consigue una historia dulce, sin la caspa que domina la comedieta española de ahora y siempre; graciosa sin ser desternillante. Es corta, liviana y efectiva: perfecto sorbete veraniego.




Cobeaga ha triunfado en el terreno televisivo y traslada con éxito la fórmula de Vaya semanita a su Pagafantas. Por ello, la descripción comiquera de un joven sin motivaciones que, al despertarse, olvida casi todo lo sucedido la noche anterior es genial. Pese a esto, la marcianada se eleva al cuadrado en su tramo final e incluye un epílogo totalmente innecesario. Pagafantas, sin ser excelente, es la promesa (no la confirmación) de que algo está cambiando en nuestro cine y de que aún hay mucho por contar e innovar. Nominación al goya a la mejor realización novel asegurada y posible film de culto.



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