martes, 7 de diciembre de 2021

PELÍCULAS INTERNACIONALES DE LOS ÓSCAR | HERO (YING XIONG), de Zhang Yimou (China)


HERO (YING XIONG)

China, 2002. Dirección: Zhang Yimou Guion: Li Feng, Wang Bin y Zhang Yimou Música: Tan Dun Fotografía: Christopher Doyle Reparto: Jet Li, Tony Leung Chiu-Wai, Maggie Cheung, Zhang Ziyi, Chen Daoming, Donnie Yen, Liu Zhongyuan, Zheng Tianyong, Qin Yan, Hua Cao, James Hong Género: Acción. Drama romántico Duración: 95 min. Tráiler: Link Podcast: Link 
¿De qué va?: Cuando China estaba dividida en siete reinos que se enfrentaron entre sí para conseguir la hegemonía, la miseria y la muerte asolaron el país. Al rey Qin, que vivía obsesionado con la idea de unificar China y convertirse en el primer Emperador, intentaron asesinarlo los otros monarcas. Entre los asesinos contratados, los más temibles eran Espada Rota, Nieve Volante y Cielo. Qin promete poder, riquezas y una audiencia privada a quien consiga vencer a los tres sicarios, pero es una tarea casi imposible. De modo que, cuando el enigmático Sin Nombre llega al palacio con las legendarias armas de los asesinos, el rey se muestra impaciente por oír su historia. (FILMAFFINITY)


Al calor del éxito de Tigre y dragón, al servicio de los avances tecnológicos que basaron el fenómeno Matrix y que poco después Tarantino puso en la batidora de Kill Bill, Zhang Yimou, el cineasta chino más reputado de su generación, decidió liderar una superproducción, reclutar los actores de ojos rasgados con más tirón mediático y explorar el género Wuxia, inédito en su carrera. Hero, la película que resultó, fue un fenómeno de taquilla en Oriente y Occidente, y abrió una senda esteticista e histórica que Yimou siguió explorando años después en otros proyectos. El filme tiene un carácter oral que recuerda a ciertas obras de la literatura épica y medieval: el diálogo entre un rey y el héroe que ha dado muerte a los asesinos más peligrosos del lugar da pie a una historia que se bifurca, triplica y a la postre amplía en cuatro versiones, identificadas por colores distintos y construidas alrededor de temas como el amor, el sacrificio y la integridad del guerrero. Yimou, sin salirse del cuento con moraleja y del halo místico marca de la casa, lleva la belleza de sus fotogramas a su máxima expresión, más perfecta si cabe, pero también más evidente y hueca. Por momentos, la simetría, el cromatismo, el carácter puntilloso, los movimientos al ralentí y la música exótica acompasada a golpes de katanas y flechas lleva al espectador a experimentar cierto síndrome de Stendhal, pero en otros se pone en evidencia la nada que esconde tal fachada de valores audiovisuales. Hero, como resultado, sin llegar a la superficialidad de un videojuego o de un anuncio de colonia, carece del alma necesaria para ser un relato revelador y conmovedor sobre la condición humana. A veces menos es más y Hero apuesta de manera premeditada por un barroquismo no apto para todos los públicos. Una leyenda anterior a la China imperial que une el arte de la espada con el de la escritura, aunque saque mejor nota en caligrafía que en ortografía.




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