viernes, 22 de octubre de 2021

PELÍCULAS INTERNACIONALES DE LOS ÓSCAR | EL HIJO DE LA NOVIA, de Juan José Campanella (Argentina)


 EL HIJO DE LA NOVIA (SON OF THE BRIDE)

Argentina, 2001. Dirección: Juan José Campanella Guion: Juan José Campanella y Fernando Castets Música: Ángel Illarramendi Fotografía: Daniel Shulman Reparto: Ricardo Darín, Héctor Alterio, Norma Aleandro, Natalia Verbeke, Eduardo Blanco, Gimena Nóbile, Claudia Fontán, David Masajnik, Atilio Pozzobon, Salo Pasik Género: Comedia dramática Duración: 120 min. Tráiler: Link 
¿De qué va?: Rafael dedica 24 horas al día a su restaurante, está divorciado, ve muy poco a su hija, no tiene amigos y elude comprometerse con su novia. Además, desde hace mucho tiempo no visita a su madre, internada en un geriátrico porque sufre el mal de Alzheimer. Una serie de acontecimientos inesperados le obligan a replantearse su vida. Entre ellos, la intención que tiene su padre de cumplir el viejo sueño de su madre: casarse por la Iglesia. (FILMAFFINITY)


En el año del "corralito", el cine argentino estuvo presente en las carteleras de todo el mundo, muy especialmente en los países de habla hispana, con El hijo de la novia, película que reportó a Ricardo Darín, Eduardo Blanco y a Juan José Campanella una fama inusitada, así como una segunda juventud a las carreras de Héctor Alterio y Norma Aleandro. En España no estábamos acostumbrados a la cantinela del habla ché o a la sucesión de "boludos", "pelotudos" y "conchudos", pero eso no impidió que la cinta contara con un poderoso boca a oreja y se convirtiera en un suceso sin precedentes que eternizó su paso por salas. La clave del éxito de los prolegómenos de esta boda tan particular reside en la capacidad de sus responsables para unir humor y gravedad de forma muy sutil, nada forzada, engarzando momentos que son puro sketch (Alterio llamando por teléfono a sus antiguos amigos), artificio naturalista (el monólogo en el telefonillo, en plano fijo) o pirueta de guion (la aguda charla con el capellán o el rodaje dentro de la película, con pelea de los protagonistas de fondo). El hijo de la novia es una obra con candor, sin más peripecia y verdad que aquella que emana de lo cotidiano (elevado a extraordinario por la labor de sus actores o la agudeza de sus diálogos). Tan entrañable que puede pasar desapercibida su discreta concepción visual, el poco matizado uso de sus fundidos a negro y transiciones de montaje, o incluso su exceso de metraje. Para el caso, poca cosa: a principios de los 2000 se reestrenaron todas las películas anteriores, románticas y verbales, de Darín, Campanella se convirtió en un habitual de las series yankis y el cine argentino incrementó su presencia al otro lado del charco. En la España de la inmigración, de hecho, el cine de la pampa todavía no ha perdido cierto aura de prestigio. Justamente los espectadores que, como los académicos de Hollywood, entendieron y se enternecieron con esta historia de segundas oportunidades, ataduras del pasado, imperativos económicos y rutinas que pesan como losas, tan familiar que podría ser la nuestra.


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