jueves, 16 de septiembre de 2021

PELÍCULAS INTERNACIONALES DE LOS ÓSCAR | TIGRE Y DRAGÓN (WO HU CANG LONG), de Ang Lee (Taiwán)


TIGRE Y DRAGÓN (WO HU CANG LONG)

Taiwán, 2000. Dirección: Ang Lee Guion: Wang Hui-Ling, James Schamus y Kuo Jung Tsai, a partir de la novela de Du Lu Wang Música: Tan Dun Fotografía: Peter Pau Reparto: Chow Yun-Fat, Michelle Yeoh, Zhang Ziyi, Chang Chen, Sihung Lung, Cheng Pei-Pei, Li Fazeng, Gao Xian, Hai Yan, Wang Deming Género: Drama romántico. Acción Duración: 115 min. Tráiler: Link 
¿De qué va?: Li Mu Bai, un legendario experto en artes marciales, ha decidido dejar en herencia su espada mágica, la Espada Celestial, a su mejor amigo. Además, le pide a Yu Sha, una poderosa guerrera de la que está enamorado, que custodie la espada hasta que llegue el momento de entregarla. (FILMAFFINITY)


Hagan la prueba. Elijan al millenial que tengan más cerca y explíquenle que hace dos décadas una película pequeña hablada en chino, con luchadores saltando por los aires al rescate de una espada mágica, consiguió 10 nominaciones al Óscar (casi se impone en película y dirección) y una recaudación mundial que se estima en más de 200 millones de dólares (la mitad, conseguidos en Estados Unidos, país que repele los subtítulos). Y que, de esos polvos, tuvimos lodos fílmicos, todos influidos por el género wuxia, como La casa de las dagas voladoras o Hero. Probablemente no os creerá, y razones no le faltarán. El elemento diferencial fue (es) Ang Lee, un director que convierte en oro casi todo lo que toca. Con Tigre y dragón, el taiwanés logró un sueño: filmar una cinta de artes marciales con profesionales asiáticos y parte de capital estadounidense. También una ambición, confesada en muchas entrevistas de la época: lograr la mejor película del género jamás rodada. En esta parte de Occidente nos faltan conocimientos para discernir si esa afirmación es cierta o no, pero innegablemente el encanto, y con él la razón de su éxito, reside en la estilización de un cine "de luchas" asociado a la acción vacua, a la fuerza bruta masculina. Tigre y dragón es bella (aunque no esteticista), es femenina (puede que feminista), es una doble historia de amor (ambas, con finales agridulces), es un cuento de valores (nada aleccionador) y es una trama de alma convulsa y compleja (aunque fácil de seguir). Cine artesanal más conectado de lo que podría parecer a simple vista con las anteriores (Comer, beber, amar, Sentido y sensibilidad, La tormenta de hielo) y posteriores (Brokeback Mountain, Hulk, La vida de Pi, Deseo, peligro) películas de su director. Título que, con independencia de su nómina de defensores y detractores, o de lo olvidada que pueda estar para determinado sector de crítica y público, marcó los designios del cine de inicios de siglo. A juicio personal, no es una obra maestra, pero sí imponente.


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