La cosecha malagueña
ELS DIES QUE VINDRAN
Festival de Málaga: Mejor película, dirección y actriz protagonista
España, 2019. Dirección: Carles Marques-Marcet Guion: Coral Cruz, Carlos Marques-Marcet y Clara Roquet
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¿De qué va?: Vir y Lluís se quedan "embarazados". Comparten piso, llevan poco tiempo juntos, su situación laboral no es muy estable... y aun así deciden tener el bebé. Esta es la historia de su día a día, siguiendo el embarazo real de la pareja de actores. Ficha completa
Reparto: David Verdaguer, Maria Rodríguez Soto, Albert Prat, Sergi Torrecilla Música: Maria Arnal Fotografía: Alex García Género: Drama. Romance Duración: 94 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 28/06/2019.
Con Els dies que vindran, Marques-Marcet completa una trilogía sobre la pareja, vehiculada por la presencia del actor David Verdaguer. El conjunto es una descripción de los principales escollos a los que debe hacer frente la generación de los "treinta y tantos" en plena era digital y post-crisis: la distancia (10000 KM), los nuevos modelos de familia (Tierra firme) y ahora la aventura de tener un bebé. El director catalán no habla de nada nuevo, tampoco apela a recursos inéditos, pero sus películas tienen el don de la frescura, la sinceridad de contar algo que se conoce, con la veracidad necesaria y, a la postre, el ingenio suficiente para hacer emocionar a los espectadores. Esta base, más la madurez alcanzada como realizador de Marques-Marcet tras una década de carrera, beneficia a Els dies que vindran, probablemente uno de los retratos de la maternidad más complejos y modernos que se recuerden. Porque el guion, muy bien hilvanado, entiende que tener un hijo es siempre cosa de dos. Porque, aunque la temática haya sido llevada al cine en múltiples ocasiones, pocas veces la habíamos visto con un estilo tan naturalista, en la intimidad de la pareja, sin pudor alguno. Porque, al final, Marques-Marcet resume las contradicciones, las dudas, los pequeños retos de la cotidianidad, el abismo del presente y del futuro. Cine que habla "de otros" pero también "de nosotros", "del aquí" y de asuntos que apelan al "de siempre". Si cada parto es único para cada pareja, bien puede decirse que cada nueva película sobre la maternidad es, a su vez, una historia única, contada desde una mirada diferente. Ahora, queda la duda de saber qué rumbos tomará la carrera de Marques-Marcet: probablemente la inminente serie de Movistar + En el corredor de la muerte nos dará pistas sobre ello. De momento, puede asegurarse que pocos directores de la edad del catalán han alcanzado tal grado de aplomo fílmico en tan poco tiempo. Lo que vendrá, vaya, es muy alentador: nosotros le prometemos el Gaudí a la Millor pel·lícula en llengua catalana y nominaciones para la actriz Maria Rodríguez Soto.
EL VIAJE DE MARTA (STAFF ONLY)
Festival de Málaga: Sección oficial. Festival de Berlín: Sección Panorama
España, 2019. Dirección: Neus Ballús Guion: Neus Ballús y Pau Subirós
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¿De qué va?: Un padre y sus dos hijos pasan unos días de vacaciones en un resort de Senegal. Marta, la hija adolescente, entablará amistad con uno de los trabajadores del hotel. Ficha completa
Reparto: Elena Andrada, Sergi López, Ian Samsó, Madeleine C. Ndong, Diomaye Augustin Ngom Música: Isabel Latorre Fotografía: Diego Dussuel Género: Drama Duración: 83 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 25/10/2019.
Neus Ballús, revelación muy reciente gracias a La plaga, viaja hasta Senegal en El viaje de Marta (Staff Only), película que pudo verse en las últimas ediciones de Berlín y Málaga. Un relato sencillo a la par que complejo, en cuyo argumento conviven tres dimensiones: en primer lugar, asistimos a una filmación de ecos etnográficos y sociales, estilísticamente cercano al documental, que critica el posicionamiento occidental y blanco con respecto a la África negra, a la vez que cuestiona el aprovechamiento local de determinado modelo turístico; en segundo lugar, presenciamos el crecimiento personal de Marta, una adolescente contrariada con su padre, sus estudios, su futuro y, en general, con un mundo al que apenas está empezando a conocer; y por último, una trama romántica, conectada con las otras dos vertientes, que culmina en un final ejemplarizante para su protagonista y, por extensión, para los espectadores. Estos vasos comunicantes, aunque armoniosos, y a pesar de dotar a la película de una innegable personalidad, no siempre se congenian con los intereses globales de la cinta: en este sentido, las diatribas amorosas y los flirteos juveniles rebajan interés al conjunto, más por su obviedad que por una mala ejecución de guion o puesta en escena. Con todo, El viaje de Marta (Staff Only), gracias a los grandes trabajos de sus intérpretes, a la excepcionalidad de sus paisajes y a la verdad que siempre destila la cámara y la mirada de Ballús, está destinada a ser una de las películas españolas más estimulantes de la temporada. Reflexiones de calado y fotogramas sensibles que llegarán a salas este otoño.
YO, MI MUJER Y MI MUJER MUERTA
Festival de Málaga: Mejor actor protagonista
España, 2019. Dirección: Santi Amodeo Guion: Santi Amodeo y Rafael Cobos
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¿De qué va?: Bernardo, un profesor de Arquitectura, enviuda de la noche a la mañana. Una noche, alguien profana el cuerpo de su esposa, un hecho que le anima a cumplir el deseo de la mujer: esparcir sus cenizas en la Costa del Sol. Ficha completa
El crítico de turno tiene que hacer sonoros esfuerzos para creerse que el Santi Amodeo que firma esta Yo, mi mujer y mi mujer muerta es el mismo que a principios de los 2000 despuntara con proyectos tan originales como El factor Pilgrim, Astronautas y Cabeza de perro. Las carreras, artísticas o de cualquier tipo, no se planifican, suceden sin más, y a veces toman derroteros insospechados, pero sin duda el cambio resulta muy brusco, probablemente demasiado. Bajo el arropo económico de la coproducción entre Argentina y nuestro país, y con la seguridad de tener como cabeza de cartel a Óscar Martínez, un hombre capaz de dotar de credibilidad y buen gusto hasta la línea de guion más inverosímil o chusca, Yo, mi mujer y mi mujer muerta es una agradable aunque anecdótica historia de luto, confusiones y pillos, al principio con toques de comedia negra, incluso con una retranca típicamente ché, y en su último tramo reducida a un disparate que, aunque no pierde la compostura, termina por desvelar el carácter inane de toda la función. Junto a Martínez, corretean Carlos Areces e Ingrid García-Jonsson, ambos con papeles poco explotados, algo confusos, por mucho que se desmarquen de los registros que frecuentan los dos intérpretes. El resultado es una película condenada a perderse en la marabunta de estrenos veraniegos, sin atractivos para las audiencias de un lado y otro del charco. ¿Las coproducciones no deberían ser un marco propicio para conectar culturas y taquillas? ¿No se merece el talento de Amodeo más y mejores proyectos?
Reparto: Óscar Martínez, Carlos Areces, Ingrid García Jonsson, Malena Solda, Cris Nollet, José Luís Adserías, Germán Baudino, Carolina Bassecourt, Jorge Booth Música: Enrique de Justo y Miguel Rivera Fotografía: Leonardo Hermo Género: Comedia. Drama Duración: 93 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 26/07/2019.
El crítico de turno tiene que hacer sonoros esfuerzos para creerse que el Santi Amodeo que firma esta Yo, mi mujer y mi mujer muerta es el mismo que a principios de los 2000 despuntara con proyectos tan originales como El factor Pilgrim, Astronautas y Cabeza de perro. Las carreras, artísticas o de cualquier tipo, no se planifican, suceden sin más, y a veces toman derroteros insospechados, pero sin duda el cambio resulta muy brusco, probablemente demasiado. Bajo el arropo económico de la coproducción entre Argentina y nuestro país, y con la seguridad de tener como cabeza de cartel a Óscar Martínez, un hombre capaz de dotar de credibilidad y buen gusto hasta la línea de guion más inverosímil o chusca, Yo, mi mujer y mi mujer muerta es una agradable aunque anecdótica historia de luto, confusiones y pillos, al principio con toques de comedia negra, incluso con una retranca típicamente ché, y en su último tramo reducida a un disparate que, aunque no pierde la compostura, termina por desvelar el carácter inane de toda la función. Junto a Martínez, corretean Carlos Areces e Ingrid García-Jonsson, ambos con papeles poco explotados, algo confusos, por mucho que se desmarquen de los registros que frecuentan los dos intérpretes. El resultado es una película condenada a perderse en la marabunta de estrenos veraniegos, sin atractivos para las audiencias de un lado y otro del charco. ¿Las coproducciones no deberían ser un marco propicio para conectar culturas y taquillas? ¿No se merece el talento de Amodeo más y mejores proyectos?
522. UN GATO, UN CHINO Y MI PADRE
Festival de Málaga: Sección oficial
¿De qué va?: George sufre una fobia aguda que le impide salir a la calle. Al morir el gato de su abuela, el responsable de un bazar chino se ofrece a llevarla hasta Portugal para dejar las cenizas del animal en el lugar donde pasó su infancia. Ficha completa
Reparto: Natalia de Molina, Alberto Jo Lee, Miguel Borges, Manolo Solo, Maya Murofushi, Joao Lagarto, Sergio Dominguez Música: Pedro Marques Fotografía: Fran Fernández Pardo Género: Drama Duración: 90 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 05/07/2019.
Natalia de Molina crece como actriz con cada proyecto. La segunda película de Paco R. Baños le permite dar vida a una joven con agorafobia que, por avatares un tanto disparatados, se ve inmersa en un viaje por Portugal. No hace tanto de Vivir es fácil con los ojos cerrados, la primera road movie que nos descubrió a la intérprete, y de la comparativa de ambas puede dilucidarse la consagración (justa, evidente) de De Molina en nuestra industria: en la cinta de Trueba ella era una pieza más del conjunto, mientras que el largo de R. Baños descansa y confía (demasiadas veces, con una fe demasiado ciega) en el rostro de su estrella. Los problemas, con todo, no conciernen a la actriz: el director nunca sabe imprimir a su 522. Un gato, un chino y mi padre el tono justo de comedia y drama, de disparate y seriedad, de hilaridad sin paliativos y tragedia personal con compases de fado. De Molina, en síntesis, hace lo que puede, que ya es mucho, mientras el guion la obliga a transitar estados de ánimo, paisajes, coincidencias y giros no siempre justificados, casi nunca interesantes. La sensación que resta es que, más allá de la confianza a De Molina, su artífice no sabe retratar la psicología del personaje. El resultado es una película irregular, preñada de buenas ideas, pero decepcionante en todos los aspectos. El primer tramo, con el personaje encerrado en un piso de Sevilla e incapaz de dar más 522 pasos, hubiera sido una premisa atractiva para un cortometraje. Y el último, si bien resuelve el arco emocional de su protagonista, sufre la falta de relevancia de todo el conjunto. Junto a Ali, otra muestra de la liviandad y la magia de un cineasta que todavía es más una promesa de nuestro audiovisual que una realidad.
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