miércoles, 8 de agosto de 2018

CRÍTICA | LA BUENA ESPOSA (THE WIFE), de Björn Runge


LA BUENA ESPOSA (THE WIFE)
Festival de San Sebastián: Clausura
Suecia, 2017. Dirección: Björn Runge Guión: Jane Anderson, a partir de la novela de Meg Wolitzer Música: Jocelyn Pook Fotografía: Ulf Brantås Reparto: Glenn Close, Jonathan Pryce, Elizabeth McGovern, Christian Slater, Logan Lerman, Harry Lloyd, Max Irons, Annie Starke Género: Drama Duración: 95 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 19/10/2018
¿De qué va?: Joe Castleman, profesor y escritor de éxito, recibe una llamada a primera hora de la mañana. Desde Suecia, una voz le informa que le será concedido el Premio Nobel de Literatura. En la víspera de la entrega del galardón, distintos avatares familiares sacarán a la luz un secreto acallado durante varias décadas. 



Según el dicho (machista, por otra parte), "detrás de un gran hombre se esconde una gran mujer". El cine suele suscribir esa idea, aunque paradójicamente gran parte de las ficciones o biopics prefieren explicar los avatares de ellos, o bien abordar las problemáticas femeninas según los prototipos narrativos que se usan en tramas de carácter masculino. La cuestión de género es una de las bases de La buena esposa, la historia de una mujer que ha renunciado a infinidad de proyectos para vivir a la sombra de su pareja... y que termina por explotar en el momento más insospechado. 


La película arranca desde el punto de vista del hombre. Joe Castleman, un reputado escritor, recibe el Premio Nobel de Literatura, una noticia que tiene un enorme impacto en su entorno. El primer tramo de película, en consonancia, descansa en las reuniones públicas y privadas que mantiene Castleman con amigos, alumnos y familiares, mientras su mujer apenas ocupa una posición secundaria. La trama se quiebra cuando Joan decide desenmascarar un secreto conyugal dilatado durante demasiadas décadas, y a partir de ese momento Glenn Close, que había eclipsado la función sirviéndose únicamente de silencios y miradas lapidarias, toma las riendas de la historia, exteriorizando con su elegante teatralidad todo el cansancio y la frustración velada. 


Con estas señas, La buena esposa deviene una interesante exposición de los fantasmas maritales, poniendo el foco en todo aquello que el séptimo arte, probablemente debido a supuestos comerciales, no suele poner en imágenes. La película de Björn Runge funciona tanto en la calma como en la rabia de su heroína; y consigue, con la excusa del férreo protocolo asociado a la concesión del Nobel, crear un notable crescendo de tensión. Más cuestionables son sus sucesiones de flashbacks, así como ciertas subtramas (el hijo que intenta ser escritor, el biógrafo que bucea en los secretos de Castleman) que, aunque no opacan el conjunto, sí restan minutos a su relato de reivindicación femenina. 


En resumen, una notable película, insólita más por discurso que por formas, que nos devuelve la mejor Glenn Close y la evidencia de que Hollywood puede y debe contar otras historias. Declinadas en femenino. Sensibles y viscerales. Porque, invirtiendo el orden establecido, "detrás de una gran mujer también puede esconderse un gran hombre".


Para dar más vida al Me Too.
Lo mejor: Glenn Close. Evita el tremendismo.
Lo peor: A veces sobreexplica la historia.


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