jueves, 2 de agosto de 2018

CRÍTICA | DOGVILLE, de Lars von Trier



DOGVILLE
Dinamarca, 2003. Dirección y guión: Lars von Trier Música: Antonio Vivaldi Fotografía: Anthony Dod Mantle Reparto: Nicole Kidman, Paul Bettany, Lauren Bacall, Stellan Skarsgård, James Caan, Ben Gazzara, Patricia Clarkson, Harriet Andersson, Jean-Marc Barr, Jeremy Davies, Philip Baker Hall, Udo Kier, Chloë Sevigny, Siobhan Fallon, Blair Brown, Zeljko Ivanek Género: Drama Duración: 177 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 07/11/2003.
¿De qué va?: Grace llega a Dogville, un pueblo perdido en la Norteamérica de los años 30, huyendo de una banda de gángsters. Los pocos habitantes del lugar deciden que la joven puede quedarse, pero el precio que pagará por ello será muy alto.




No podíamos elegir mejor opción para clausurar el Cinoscar Summer Festival 6 que Dogville, puesto que estamos ante una película que es la unión de diversas artes para crear una obra mayor. Dogville nos relata su historia en nueve capítulos con una voz en off omnisciente como si nos estuviesen contando un cuento, uno un tanto macabro y  poco grato, pero al fin y al cabo  interesante de conocer. Estamos ante una obra cargada de originalidad: su puesta en escena es la mayor muestra de ello, ya que parte de un estilo teatral, en el que la imaginación del espectador juega un rol importante a la hora de recrear o completar el escenario; cada escena está cargada de contenido que profundiza en la trama y sus personajes; los diálogos son inteligentes y precisos y cada situación nos intriga y casi nos obliga a plantearnos preguntas sobre lo que estamos viendo, todo de una manera tan curiosa que el espectador no puede hacer más que rendirse ante la singularidad de la propuesta. Su filosófica e incluso algo mística historia se presta a diversas interpretaciones: para quien escribe, estamos ante un análisis o más bien critica del ser humano y la sociedad, explorando su lado más desdeñable. 


La protagonista de Dogville, para más inri llamada Grace, llega a un pueblo de gente a primera vista un tanto amable que le brinda refugio, pero conforme avanza el metraje vamos conociendo la  verdadera personalidad de los habitantes del pueblo, lo cual contrapone a lo largo del metraje la idea del llamado "bien" y "mal". La cinta disecciona sus individuos y nos muestra una metáfora pesimista que hace hincapié en la hipocresía, el egocentrismo y la corrupción moral del ser humano. La puesta en escena de estilo un tanto teatral está dirigida con mucha solvencia. Von Trier llena cada plano, “desnuda a sus personajes” y los muestra tal y como son (sobre todo en esos momentos cuando se supone nadie los ve), otorgando así al espectador detalles que sin duda aportan al conjunto. El plantel de actores en general ofrece una destacable labor interpretativa donde destacan principalmente Nicole Kidman, Stellan Skarsgård y Paul Bettany. Además, nos ofrece posiblemente el más inesperado y truculento final que ha tenido una película en mucho tiempo. En resumen, Dogville en la suma de todas sus partes es una pieza de arte en todos los sentidos, tal vez la obra más completa de su director y una de las mejores películas del S. XXI (su puesto numero 76 en la lista de las 100 mejores películas del siglo XXI de la BBC Culture sin duda lo confirma). Posiblemente por su extenso metraje (casi 3 horas), y por lo impactante de algunas de sus escenas, puede resultar una película difícil de digerir para algunos, pero Dogville es de esas películas que son de visionado obligatorio para cualquier cinéfilo.  


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