CRÍTICA | JURASSIC WORLD: EL REINO CAÍDO, de J. A. Bayona

Bayona, caminando entre dinosaurios

JURASSIC WORLD: EL REINO CAÍDO

EE. UU., 2018. Dirección: J. A. Bayona Guión: Colin Trevorrow y Derek Connolly, a partir de los personajes de Michael Crichton Música: Michael Giacchino Fotografía: Óscar Faura Reparto: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, James Cromwell, Rafe Spall, Toby Jones, Justice Smith, Daniella Pineda, Ted Levine, Geraldine Chaplin, Jeff Goldblum, B.D. Wong, David Olawale Ayinde, Bobbi Jo Hart, Daniel Stisen, Robert Emms, Kamil Lemieszewski, Michael Papajohn, Peter Jason, Sean Gislingham, Max Baker, Faith Fay, Kevin Layne, Daniel Eghan, Ronan Summers, Deborah Rock, Charlie Rawes, Manoj Anand, Cory Peterson, Fran Targ, John Heartstone Género: Aventuras. Ciencia ficción Duración: 125 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 07/06/2018
¿De qué va?: Tras los eventos vistos en Jurassic World, los dinosaurios han campado a sus anchas por Isla Nublar sin ninguna presencia humana. Cuando un volcán a punto de erupcionar amenaza con volver a extinguir a los animales, la ex gerente del parque y el antiguo criador de velociraptores regresan al lugar con el objetivo de salvar el mayor número de ejemplares.

Visitar otra vez Isla Nublar es como montarse en una vieja montaña rusa. Sabes que te lo pasarás en grande como cuando eras pequeño, pero también asumes que las dosis de adrenalina y sorpresa nunca serán las mismas. El espectáculo ahora corre a cargo de J. A. Bayona, un director que vuelve a demostrar su capacidad para comandar cualquier aventura que se tercie. El catalán respeta la iconografía de la saga, establece un diálogo constante con el público fan en forma de guiños y se permite derivas cercanas al terror que se integran muy bien al conjunto de la historia. El reino caído, en esencia, es una obra fiel a las señas de su director (¡los dinosaurios lloran!), o al menos con todo el estilo Bayona que una película de tal envergadura, con los imperativos artísticos y comerciales que todos sabemos, puede permitirse. El mérito es mayor si tenemos en cuenta que esta secuela nace claramente como parte intermedia de una trilogía que se completará el año 2021: es muy complicado entretener al personal con una historia que, por defecto, carece de principio y de final. Todo son halagos para un blockbuster que consigue divertir al patio de butacas a base de rugidos, persecuciones trepidantes y cachondeos verbales de Chris Pratt. ¿El problema? Quien escribe ya no es el chavalín que visionaba Jurassic Park con los ojos como platos en el salón de casa, e intuyo que el público joven de ahora está tan saturado de efectos especiales que también ha perdido parte de su capacidad de asombro. Se agradece al menos que Bayona juegue con este artefacto tan grande con la inocencia de un menor de edad y con el oficio de un veterano de la industria. Ahora queda por ver qué nuevas cimas conseguirá el responsable de El orfanato y qué final tendrá toda la fauna jurásica en el futuro. No os desvelamos nada si decimos que ahora las criaturas son más feroces y han dejado definitivamente su hábitat para extenderse por toda la civilización: lo que derive de todo esto puede ser un giro genial o un circo de cuidado. Que Spielberg no cunda en pánico: ahí estaremos para subirnos de nuevo a la atracción.

Para dinomaníacos con ganas de "más" (aunque no sea "mejor").

Lo mejor: Geraldine Chaplin, la subtrama-personaje más "abayonada".

Lo peor: Que no se destaque su cuota de talento español. Las críticas exageradas de la prensa española.

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