martes, 22 de mayo de 2018

CRÍTICA | UN LUGAR TRANQUILO, de John Krasinski


¡Shhh!
UN LUGAR TRANQUILO
EE. UU., 2018. Dirección: John Krasinski Guión: Scott Beck, Bryan Woods y John Krasinski Música: Marco Beltrami Fotografía: Charlotte Bruus Christensen Reparto: Emily Blunt, John Krasinski, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Cade Woodward, Leon Russom, Doris McCarthy Género: Terror. Thriller psicológico Duración: 95 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 20/04/2018
¿De qué va?: Una familia vive sola en una casa en mitad del bosque. A su alrededor no hay nada ni nadie. No emiten ningún sonido: de lo que contrario, pueden morir. 


Por su carrera como actor y director, nada hacía pensar que a John Krasinski le interesaba el cine de terror. Menos aún que sería capaz de filmar el sleeper de la temporada, probablemente la obra de suspense más relevante de lo que va de año. No es que queramos echar las campanas al vuelo, pero hay que recordar que el caso anterior de éxito inesperado con sustos de por medio terminó en la terna del Óscar: Déjame salir. Puestos a hacer una valoración diferente de Un lugar tranquilo, nos apetece enumerar algunas de sus virtudes. ¿Por qué esta película de bajo presupuesto y recaudación millonaria es y será una de las películas del año? Ahí van unas cuantos puntos.

- La película tiene uno de las escenas iniciales más sugerentes que se recuerdan. Nada ni nadie nos explica qué sucedió antes de lo que vemos en pantalla. En cuestiones apocalípticas, menos es más. 

- Todos los personajes evolucionan durante la película. Arrastran sus traumas, afrontan sus miedos, crecen ante nuestros ojos. Se agradece en un género que en demasiadas ocasiones utiliza a sus personajes como meros peones para desplegar su tradicional surtido de lugares comunes.


- En la historia sobrevuelan influencias del cine de Shyamalan y clásicos como Alien o Jurassic Park. Un lugar tranquilo no esconde sus referentes, pero tampoco los explicita o los imita burdamente.

- Un lugar tranquilo es una experiencia visual. Visceral e inmediata. No podría existir en formato literario: sería otra cosa. Incluso remite, ni que sea ligeramente, a los estadios iniciales del séptimo arte, cuando el poder de las imágenes restaba intacto, sin la contaminación de demás ornamentos. ¿A que no costaría imaginar el film en blanco y negro?

- No sólo recicla elementos pretéritos: para el futuro, aporta uno de los usos sonoros más interesantes jamás vistos en pantalla. El doblaje resulta innecesario. Por sobrar, hasta están de más las palomitas y su "crac crac". Un lugar tranquilo lleva el sobresalto asociado al ruido a otra dimensión.


- La película puede interpretarse en clave literal (la supervivencia de "una familia") o bien como metáfora (representación de "la familia"). En ambos sentidos funciona a la perfección. Y para quien quiera ir más allá de los parámetros del horror, puede entretenerse con uno de los retratos más conmovedores sobre la crianza, la protección y la paternidad en un ambiente hostil.

- Su final es un "what the fuck" tremendo. La trama queda por los aires, en el punto más álgido de su clímax. Unos se sentirán estafados y rebobinarán en su cabeza la película para encontrar argumentos con que desacreditarla (si nos ponemos a ello, seguro que los encontramos). Otros, entre los que me incluyo, creen que es mejor una retirada a tiempo que cerrar la historia con pirotecnia. 

En resumen: si estáis leyendo esto, ya tardáis en acercaros al multicines más cercano para entender el porqué de tanto alboroto. No pasa nada si estáis solos en la sala porque la película lleva varias semanas en cartel: lo agradeceréis. 


Para amantes del cine fantástico, en todas sus facetas.
Lo mejor: Su largo crescendo final: tres cuartos de hora que no dan tregua.
Lo peor: Muchos no verán más allá de la literalidad del relato.


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