miércoles, 21 de marzo de 2018

CRÍTICA | LA CASA JUNTO AL MAR (LA VILLA), de Robert Guediguian



El tiempo que no corre
LA CASA JUNTO AL MAR (LA VILLA)
Festival de Venecia: Sección oficial a concurso. Festival de San Sebastián: Perlas
Francia, 2017. Dirección: Robert Guediguian Guión: Robert Guediguian y Serge Valletti Fotografía: Pierre Milon Reparto: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Jacques Boudet, Anaïs Demoustier, Robinson Stévenin, Yann Trégouët, Geneviève Mnich, Fred Ulysse Género: Drama social Duración: 105 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 23/03/2018




¿De qué va?: Angèle, Joseph y Armand vuelven a la casa de su padre. Angèle es actriz y vive en París, Joseph acaba de enamorarse de una chica mucho más joven que él y Armand mantiene el pequeño restaurante que regentaba la familia tiempo atrás. Ante la enfermedad del patriarca, los hermanos deberán replantear sus ideales, sus prioridades y su futuro.


Hay lugares y gentes por las que no parece pasar el tiempo. Que se han quedado estancados en sus rutinas, contemplando los paisajes de siempre, acallando los mismos deseos y enfados. Así podría describirse el grupo de hermanos que regresa a La casa junto al mar, situada en una cala cercana a la Marsella que Guediguian, por no mudar en su costumbre, lleva filmando desde largas décadas con el mismo sentido del compromiso social y su humanismo característico, sin renunciar a sus habituales guiones literaturizados y a su elenco marca de la casa. El genio francés utiliza la enfermedad del padre, plasmada en un delicado prólogo, para reunir a sus personajes en un entorno decrépito, parte de unos recuerdos casi olvidados. A ese universo "obrero fraternal", marcado por las decisiones a tomar sobre la administración de la casa y los bienes de todos, se asoma el problema de la inmigración, un subterfugio que Guediguian utiliza como única cita a la Francia del siglo XXI y que permite a la historia virar hacia un final más esperanzado. Pocos cambios, imperceptibles para los que hemos seguido de cerca la trayectoria de Guediguian desde que su cine se ganara el afecto de los circuitos cinéfilos de nuestro país en los 90. Se intuye la voz del sabio, se aprecia su estilo elegante y discursivo, y aún así sobre La casa junto al mar pesa la sensación de que estamos ante una película de regusto añejo, ya vista y mejor ejecutada en intentos anteriores. En esencia, Guediguian se define precisamente por aquello que lo encorseta: su tempo moroso, atemporal pero también demodé. Y a estas alturas, a sus 63 años, no podemos pedirle al responsable de Marius y Janette que abra su dialéctica a nuevos temas y tonos. La casa junto al mar queda, en conclusión, como una repetición intermitentemente interesante, recomendada únicamente para incondicionales de Guediguian. Bella, y aún así anecdótica.


Para "guediguiafans".
Lo mejor: El humor del personaje de Darroussin y el flashback a ritmo de Bob Dylan.
Lo peor: Su exceso de retórica y pausa.


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