sábado, 21 de octubre de 2017

CRÍTICA | ESAS NO SON PENAS, de Anahí Hoeneisen y Daniel Andrade

ESAS NO SON PENAS
Ecuador, 2007. Dirección: Anahí Hoeneisen y Daniel Andrade Guión: Anahí Hoeneisen Música: Xavier Muller Fotografía: Daniel Andrade Reparto: Amaia Merino, Anahí Hoeneisen, Francisca Romeo, Paquita Troya, Carolina Valencia, Juan Martín Cueva, Milagros Andrade, Nicolás Andrade, Sebastián Burbano, Paulino Camacho, Gustavo Corral, María Del Mar Espinoza, Coca Ponce, Mauricio Samaniego Género: Comedia, Drama Duración: 90 min. Tráiler: Link
¿De qué va?: Cinco mujeres amigas de la adolescencia deciden volver a reunirse luego de catorce años. 

Muchos recordaremos a Anahí Hoeneisen por su destacable interpretación en el film La llamada (ópera prima de David Nieto Wenzell), pero lo cierto es que antes de dicha obra, Hoeneisen había realizado la labor de guionista y directora en la  película Esas no son penas, la cual dirigió al alimón con Daniel Andrade, y donde además interpretó uno de los personajes. La cinta fue realizada y estrenada cuando el panorama de la cinematografía ecuatoriana era mucho menos alentador que el panorama actual (debido a que aún no existía la ley de cine instaurada en el año 2006), por tanto, Esas no son penas se sitúa entre esas obras sin demasiados medios, con estreno tardío y escasa difusión que, emergían para dar a conocer una historia sencilla y sin pretensiones. La trama se desarrolla en la ciudad de Quito: narra la historia de cinco mujeres de clase media quienes fueron compañeras de colegio y grandes amigas, pero con el pasar de los años cada una tomó su camino y, a pesar de vivir en la misma ciudad de apoco perdieron el contacto, catorce años después una de ellas decide retomar el contacto con las demás y vuelven a reunirse. A partir de esta premisa Esas no son penas recurre a situaciones cotidianas para desarrollar una comedia dramática y de mirada femenina que, de a poco nos lleva a conocer sus personajes: una mujer divorciada, una joven de vida algo disoluta, una actriz de teatro con conflictos amorosos, una madre que ha dejado aparcada su vida sentimental y una mujer que se está recuperando de cáncer. Un nostálgico reencuentro donde sus personajes entre lágrimas y risas hacen remembranza y hablan del paso del tiempo y los avatares de la vida. Una historia intimista y sencilla aunque posiblemente algo escueta, pero logra proveer al espectador la suficiente información como para disfrutar la atmósfera amena y divertida que se gesta a lo largo de los 90 minutos que dura el metraje. Además, ofrece unas interpretaciones muy acordes donde el reparto sin duda funciona muy bien.


Frase Favorita
“Si las fotos duraran un poco más, la gente no se vería ni tan tranquila, ni tan feliz.”

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