jueves, 17 de agosto de 2017

CRÍTICA | CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY, de Rob Reiner


(Des)encuentros amorosos
CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY, de Rob Reiner
Premio Bafta y nominación al Óscar al mejor guión original
EE. UU., 1989. Dirección: Rob Reiner Guión: Nora Ephron Fotografía: Barry Sonnenfeld Música: Marc Shaiman Reparto: Meg Ryan, Billy Crystal, Carrie Fisher, Bruno Kirby, Steven Ford, Lisa Jane Persky, Michelle Nicastro, Gretchen Palmer, Robert Alan Beuth Género: Comedia romántica Duración: 95 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 27/04/1990
¿De qué va?: Dos estudiantes recién licenciados coinciden durante un viaje en coche. Él sostiene que la amistad entre un hombre y una mujer es imposible. Ella quiere encontrar un amigo en Nueva York, la ciudad donde desea trabajar. Los años pasan y ambos se reencuentran.



Cuando Harry encontró a Sally ha sabido imponerse como una de las comedias más influyentes de los últimos años. El film, aunque dirigido por Rob Reiner, siempre ha quedado asociado a Nora Ephron, guionista que obtuvo una nominación al Óscar por este encuentro amoroso y que posteriormente, ya como directora, siguió explotando la vis cómico-romántica de Meg Ryan en las inferiores Algo para recordar y Tienes un e-mail. Realmente estamos ante una película que marca la diferencia por su libreto, una mezcla equilibrada de la liviandad más comercial y la ironía típica de Woody Allen. Más allá de su archifamosa escena del falso orgasmo en la cafetería, la película despliega una inteligente descripción de la generación de urbanitas con título universitario y trabajo más o menos estable que a finales de los 80 buscaban el amor en un ambiente de positividad sostenida. Ahora Nueva York brilla menos, Billy Cristal ni se asoma a la gran pantalla, Meg Ryan está tocada y hundida por culpa de la cirugía, Nora Ephron ya no está entre nosotros y la crisis ha hecho que tengamos una visión menos ingenua de la amistad con derecho a roce. Pero el film sigue ahí como icono moderno, haciéndonos creer que Sally y Harry, en su constante toma y daca dialéctico, siguen paseando por Central Park, yendo a fiestas de Nochevieja, visitando a sus amigos, leyendo libros de autoayuda y viendo Casablanca en televisión. De hecho, la historia de los protagonistas se intercala con testimonios de parejas que cuentan anécdotas personales en pantalla, dando a entender que el "encuentro" del film es una historia más en una larga nómina de retales románticos. La estrategia perfecta para, a pesar de algunas escenas y frases poco lucidas, formar parte del imaginario colectivo.


Para románticos adictos a los clásicos del género.
Lo mejor: La combinación "Nueva York + actores + guión ágil pero inteligente".
Lo peor: Alguna ñoñez de más.


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