sábado, 22 de julio de 2017

CRÍTICA | SIN REMITENTE, de Carlos Carrera



SIN REMITENTE
4 premios Ariel, incluyendo mejor película. Nominación al Goya a la mejor película iberoamericana
México, 1995. Dirección: Carlos Carrera Guión: Carlos Carrera, Ignacio Ortiz y Silvia Pasternac Reparto: Tiaré Scanda, Fernando Torre Laphame, Luis Felipe Tovar, Marco Bacuzzi, Guillermo Gil, Luisa Huertas, Gina Morett, Jesús Ochoa, Nora Velázquez, Juan Carlos Colombo, Alvaro Carcaño, Daniel Martínez, Loló Navarro Fecha de estreno en España: Inédita Tráiler: Link


Crítica José: Dos vecinos. Andrés, un anciano que trabaja en una oficina de mensajería, engrapando papeles y sellando. Una joven que trabaja para el periódico, encargada de ir a cada suceso o escena de crimen que se suscite para tomar fotos. Una noche Andrés recibe una carta “sin remitente” por debajo de su puerta, e investigará quién ha sido la persona que está enamorada de él. Una verdadera cinta mexicana, cuando en realidad los directores se preocupaban por mostrar una idea bien estructurada, sin llegar a tener que meter chistes tontos e ilógicos, la manera en que Carlos Carrera aborda la soledad y el amor, de cómo aun siendo viejos se puede llegar a tener ese amor. Fernando Torre Lapham da una actuación nos traslada a ese sentir del personaje por encontrar el amor; por otro lado tenemos a Tiaré Scanda, una actriz que hoy en día ha caído en cintas nada favorables y en telenovelas mexicanas, que al parecer iba por buen camino. Hay ocasiones en las que decimos ignorar aquellas palabras que nos dicen los amigos, para que no salgamos lastimados de alguna situación que creemos estar bien, pero el final será lamentable para uno mismo. Espero fervientemente que el cine mexicano vuelva en todo su esplendor y deje a un lado todas esas comedias baratas. Nota: 7 / 10


Crítica Mayra: Sin remitente nos narra la vida de un hombre mayor que tiene una mala convivencia con su joven y ruidosa vecina, lo cual crea una disputa que les llevará a tomar represalias uno contra el otro. En este conflicto Don Andrés (Fernando Torre Laphame) resulta ser el más afectado al convertirse en víctima de una broma que despierta su ilusión ante la posibilidad de volver a tener una compañera sentimental: una quimera que el protagonista de esta historia perseguirá hasta las últimas consecuencias, dando paso a que más de uno se aproveche de su situación. La película resulta interesante en su planteamiento sobre el peso de la soledad y la necesidad de afecto que siempre está latente en el ser humano (sobre todo ante la nostalgia del paso del tiempo). También habla de cómo nuestras acciones de manera insospechada pueden afectar rotundamente la vida de otros. Una película sin duda interesante y con interpretaciones acordes, especialmente el trabajo actoral de Torre Laphame. Nota: 6 / 10


Crítica Ronnie: La presente película es un ejercicio audiovisual casi autodidacta de un director que con poco o nulo apoyo sacó adelante un proyecto muy bien cuidado e intrépido. A día de hoy, Carlos Carrera es un renombrado director nacional (El crimen del padre Amaro, El traspatio, El héroe) que consiguió con esta cinta el primer Ariel a la mejor dirección de su trayectoria. Sin remitente es una historia que habla del abandono y de la amargura. Nos muestra dos vecinos de un edificio departamental del Distrito Federal que no tienen nada en común. Ella, Mariana, es una joven fótografa que llena sus noches de música y fiesta, algo que perturban a Don Andrés, un anciano empelado del correo postal, cansado del ruido generado por su vecina. Las constantes juergas de Mariana provocan que Don Andrés encuentre la manera de darle un escarmiento a la joven, el problema es el desquite de la vecina. Ambas personas viven sumidas en la infelicidad, sentimiento que no sabe respetar credo, sexo, edad o condición social. Dicha infelicidad es el detonante de un vengativo juego lleno de ilusiones y falsas realidades. Fotografía excelente, un guión mesurado apegado a las moralidades de Televisa (productora) y un par de actuaciones sobresalientes en donde destaca Fernando Torre Laphame como Don Andrés. La estilizada dirección de Carrera es la cereza de este pastel, obra clave de la cinematografía nacional de la década de los 90. Nota: 9


Crítica Xavier: Permítanme que haga un pequeño "rodeo". La publicación de este post coincide con la celebración de los Premios Platino, por lo que es imposible acercarse a la película de Carrera sin pensar que el cine mexicano, y por extensión el hispanoamericano, ha experimentado en las últimas décadas un boom notabilísimo. Con todo, sigo sintiendo que Suramérica, América Central y España, en términos cinematográficos, siguen caminos muy diferentes. Seamos sinceros: no hay nada que me una con la realidad social y cultural (y casi diría que idiomática) de México. Sí, el cine está para establecer puentes y conocer paisajes geográficos y humanos muy diferentes a los nuestros, pero al final uno conecta con lo que entiende, con lo que percibe como propio. Todo esto viene a colación de Sin remitente, una película que, más que verla, sólo la he intuído. Primero, porque pude verla con una copia cuya calidad de imagen dejaba bastante que desear. Segundo, porque entender el léxico y la pronunciación mexicana me resulta muy complicado. Y tercero, porque no puedo valorar en su justa medida hasta qué punto la cinta de Carrera, como imagino, apela a localismos que, por razones obvias, se me escapan. Vaya, que no me siento capacitado para desautorizar o para aplaudir Sin remitente. Lamento profundamente que, aun siendo la triunfadora de los Ariel, nunca llegara a las salas de mi país. Y celebro que esos Platino que citaba antes, a pesar de sus flaquezas, hayan cambiado este contexto. Nota: 6 / 10

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