jueves, 6 de julio de 2017

CRÍTICA | EL CARAMELO ASESINO (JAWBREAKER), de Darren Stein


EL CARAMELO ASESINO (JAWBREAKER)
Nominada al MTV Movie Award al mejor villano
EE. UU., 1999. Dirección y guión: Darren Stein Reparto: Rose McGowan, Rebecca Gayheart, Julie Benz, Judy Greer, Chad Christ, Ethan Erickson, Carol Kane, Pam Grier, William Katt, Tatyana Ali, Charlotte Ayanna, Marilyn Manson, Jeff Conaway, Alexandra Adi, Allie Moss, Jane Leigh Connelly Fecha de estreno en España: 11/02/2000 Tráiler: Link


Crítica José: Tres amigas deciden preparar una sorpresa a una cuarta compañera, pero esa “sorpresa” se les va de las manos hasta acabar en asesinato. ¿Qué haríamos ante tal situación? Dos opciones: decir la verdad u ocultarlo todo. Las amigas deciden emprender el segundo camino... Una comedia que parodia las películas de terror ambientadas en las preparatorias estadounidenses. Rose McGowan podría llamarse la “Regina George” de los 90, siendo ésta un poco más cruel y vengativa que la "chica mala" del siglo XXI. Una cinta con actuaciones nada interesantes, a excepción de la mencionada Rose. Si me pidieran que la volviera a ver, daría una negación. Nota: 5 / 10


Crítica Mayra: En El caramelo asesino asistimos a una típica y tópica historia de instituto norteamericano donde existen dos grupos de personas: uno, en el que sus personajes son un montón de jóvenes que tienen como mayor preocupación en la vida ser populares e idolatrados; y otro, un grupo de jóvenes marginados que por alguna extraña razón, a pesar de ser vejados, se desviven por sus agresores, y se sienten todavía mejor si llegan a convertirse en un reflejo de ellos. Un argumento que tal vez ahora resulta desgastado pero que funcionaba en aquel entonces, cuando la industria hollywoodense no apostaba con mucho entusiasmo por el cine de superhéroes o las sagas y trilogías distópicas que predominan estos tiempos. El caramelo asesino carece de ideas interesantes, pero es una comedia juvenil cargada de un humor negro capaz de entretener y sacar alguna que otra risa al espectador, sobre todo gracias al desenfadado personaje de Rose McGowan y el de la siempre simpática Judy Greer. La cinta cumple con lo que ofrece, es entretenimiento ligero y poco más, pero en comparación con muchas otras películas de su época y estilo (como la American Pie de Paul Weitz, que se estrenó ese mismo año) sin duda resultará cuanto menos pasable. Nota: 5 / 10


Crítica Ronnie: Courtney (Rose McGowan), Liz (Charlotte Ayanna), Julie (Rebecca Gayheart) y Marcie (Julie Benz), las chicas más populares del instituto, llaman la atención de todos cuando se pasean por los pasillos, entre clases. Un día el grupo de chicas populares realiza una broma con catastróficas consecuencias, sin reverso; y para enderezar la situación utilizan un disimulo sepulcral que no hace más que generar dentro de su círculo amistoso un sinfín de reproches llenos de envidias y odio. Rose McGowan se luce en su papel de Courtney Shane, en estado de gracia y con una belleza inigualable. El caramelo asesino es la perfecta Chicas malas, y no aquella protagonizada por Lindsey Lohan unos años después, ya que la cinta de Stein toca temas escabrosos sin la censura que supone la citada película de 2004. La dirección de Stein puede resultar floja, pero sabe poner maldad donde debe haberla, un humor negro que se disfruta bajo el absurdo panorama de una teen movie. Nota: 8 / 10


Crítica Xavier: Venida de unos años 90 de slashers y tramas juveniles, El caramelo asesino es, descubierta ahora o rescatada en pleno 2017, un ejercicio de nostalgia. He aquí un cine norteamericano únicamente preocupado por empatizar con su target potencial, saltándose a propósito cualquier sentido del decoro. También un chiste kitch que no tiene ningún miedo a resultar ridículo. Efectivamente, El caramelo asesino tiene el encefalograma más bien plano, pero su combinación de ingenuidad "rosa palo" y maldad "brilli brilli" resulta bastante atractiva. Arranca, de hecho, por todo lo alto. Dura lo que tiene que durar: apenas 80 minutos. Tiene giros de trama lo suficientemente jugosos como para que de ella se puedan extraer algunas lecturas interesantes. Cuenta con no pocos guiños cinéfilos (ese final "a lo Carrie"). Vaya, que el caramelo tiene poco gusto, pero hay que agradecer que en ningún momento se nos haga bola en la boca. ¿Dónde quedaron esas historias intrascendentes de institutos que parecen un "chiquipark" y un "matadero" al mismo tiempo? ¿Cómo serían ahora, en tiempos de Facebook, Twitter, Instagram y Whatssap? Una chuchería que no hace daño. Nota: 5 / 10

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