CRÍTICA | LAS CANCIONES DEL AMOR (LES CHANSONS D'AMOUR), de Christophe Honoré

LAS CANCIONES DEL AMOR (LES CHANSONS D'AMOUR), de Christophe Honoré

Sección oficial del Festival de Cannes 2007. Premio César a la mejor banda sonora original

Francia, 2007. Dirección y guión: Christophe Honoré Fotografía: Rémy Chevrin Música: Alex Beaupain Reparto: Louis Garrel, Ludivine Sagnier, Clothilde Hesme, Chiara Mastroianni, Brigitte Roüan, Jean-Marie Winling, Alice Butaud, Yannick Renier, Grégoire Leprince-Ringuet, Annabelle Hettmann, Esteban Carvajal Género: Drama musical Duración: 100 min. Tráiler: Link Elección de Rafael Mejía

¿De qué va?: Tres amantes en París se encuentran, se desencuentran... y mientras, cantan sus alegrías y sus penas.

CRÍTICA DANIEL BERMEO: Hay cierta belleza que se esconde entre la fascinante música y las poéticas imágenes que se cuecen en el transcurso de los minutos de Las canciones del amor. Un halo místico e irresistible nos hace partícipes de este grupo de seres humanos, tan naturales como cualquiera; tan soñadores como todos; tan humanos que se equivocan y vuelven a empezar. El film va de amor, sí, pero de un amor nacido en la más irónica razón donde lo único capaz de florecer son los sentimientos y emociones de cada uno de sus personajes, y todo esto acompañado de un selecto manjar de canciones que acompasan todo a su alrededor, de una forma muy equilibrada que da gusto. Y en medio de toda esa melancolía que despierta cada pasaje, cada lugar, cada momento, se exhibe el candor y la magia del amor, que en medio de las cenizas de lo perecible renace con fuerza en los corazones que no se rinden. Honoré (el director) se sienta a observar y ver cómo su mano dibuja uno de los mejores homenajes al amor, creado en las noches más bohemias y nostálgicas del siempre solemne París. ★★★★

CRÍTICA RONNIE VALENCIA: Una ópera casual en donde los personajes cantan y exponen sus sentimientos a través de un repertorio musical, que resulta ser lo más memorable de la cinta. Las canciones del amor son canciones de amores espontáneos, melancólicos, frondosos y potentes en los que abundan las ausencias, el vacío y la desesperación; opuestos que reinan el espacio transitorio justo cuando las dudas y el desconcierto se hacen fuertes. Louis Garrel y Ludivine Sagnier son una pareja que se quiere, pero que están entrando en una etapa de experimentación, ya que el primero introduce una mujer a sus vidas, Clotilde Hesme, para armar un trío. Relaciones complejas que suelen presentar más debilidades que fortalezas, un triángulo amoroso que termina en tragedia pura. A los tres actores se les da la oportunidad de poder desenvolverse, evolucionar y resolver sus caminos. El libreto inteligentemente explora la humanidad a través de estos personajes y el medio que les rodea con una crudeza que molesta al espectador por el planteamiento que propone. Y atentos al personaje de Chiara Mastroiani, un papel secundario con mucho jugo. En el ámbito técnico tenemos una banda sonora excepcional que acompaña una fotografía bien trabajada. Las imágenes de Paris bajo la lluvia hacen que su visionado valga la pena. ★★★½ 

CRÍTICA MAYRA MEZA: Las canciones del amor es un musical bohemio ambientado en un París contemporáneo y liberal, donde las relaciones homosexuales al igual que las heterosexuales surgen sin ningún prejuicio, donde hacer un trio es la cosa más natural, y donde todo surge sin demasiado conflicto. Una historia de amor y de pedida que, siendo sincera, no llega a conmoverme ni a emocionarme ni un ápice. Las canciones y escenas funcionarían muy bien si se trataran de videoclips musicales, pero como película siento que no termino de conocer a los personajes, y eso no me deja empatizar con ellos. Además, me parece una historia con personajes de apariencia adulta pero de fondo inmaduro cuyo desarrollo resulta demasiado superficial y poco interesante. Una historia sencilla donde sus personajes parecen sufrir ante la pérdida y el desamor, pero en la que todo resulta muy frívolo. Como dice aquel refrán: "mucho ruido y pocas nueces", canciones y coreografías muy bien dirigidas, pero el resultado final es una historia edulcorada y vacía. ★★

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