lunes, 8 de agosto de 2016

CRÍTICA | EXÓTICA, de Atom Egoyan


EXÓTICA (EXOTICA), de Atom Egoyan
Premio FIPRESCI del Festival de Cannes. Espiga de Plata del Festival de Valladolid
Canadá, 1994. Dirección y guión: Atom Egoyan Fotografía: Paul Sarossy Música: Mychael Danna Reparto: Mia Kirshner, Bruce Greenwood, Elias Koteas, Arsinée Khanjian, Don McKellar, Victor Garber, David Hemblen, Sarah Polley Género: Drama. Thriller Duración: 105 min. Tráiler: Link Elección de Pedro Bernadas
¿De qué va?: Un inspector de Hacienda con un pasado turbulento, un homosexual que regenta una tienda de animales, una adolescente que finge tocar el piano en casa de su tío, un disc-jockey enamorado de una compañera de trabajo y la bailarina más sensual de Exótica, un club nocturno muy particular, se dan cita en una historia de rarezas e intimidades.


CRÍTICA MAYRA MEZA: Exótica es una cinta que se desarrolla en una atmósfera turbia de obsesiones con lo que no fue y con lo que ya no será. Historias entrecruzadas de personajes que sufren cada uno a su manera, y otros que sólo son espectadores de tragedias. La cinta juega con los tiempos, nos sitúa en el presente de los personajes pero por momentos nos lleva a indagar en su pasado a través de flashbacks. Exótica es un drama sobre la vida, sobre el amor, sobre el dolor, sobre las incertidumbres propias de nuestra existencia. Egoyan nos relata la historia de sus enigmáticos y lúgubres personajes a cuentagotas, es pausado moviendo los hilos de la trama, nos hace especular y después nos muestra apenas lo necesario para medio entender lo que estamos viendo, una historia sencilla pero que mientras se desarrolla te sumerge en su singular encanto, aunque al terminar te deja la sensación de que nos dieron un puzzle interesante al que le faltaban piezas, o puede que sea lo contrario. De cualquier manera, es una obra muy interesante. ★★


CRÍTICA RONNIE VALENCIA: Egoyan dirige esta pelicula que el paso del tiempo ha convertido en clásico de culto, recurriendo a su destreza para proyectar las amargas consecuencias de la tristeza, la frustración y la muerte en un cine sutil y elegante. Los elementos de Exótica toman valor y forma más allá de sus representaciones, el menudo bar de "nudistas" se convierte en un templo de incitaciones ladinas que nos seducen y excitan con su labia pecadora y morbosa. Especial atención merecen las contorsiones de Mia Kirshner, que forjan una de las secuencias de mayor tensión sexual del cine de los 90. La relación de los proagonistas no se estanca en el razonamiento común como el voyeurismo o la neurosis, sino que trasciende un pacto de empatia que no necesita grandes adornos para darse a entender. Una cinta profunda y cautivadora, sin olvidar su contenido altamente sensual. ★★★


CRÍTICA XAVIER VIDAL: Diferentes personajes se reúnen alrededor de Exótica, un particular club de striptease. Todos los protagonistas esconden un pasado turbulento y actúan movidos por el deseo y la obsesión. Atom Egoyan filma el devenir de sus criaturas con mucho tacto, dejando a la superficie todas las taras y las extravagancias de cada personaje. El resultado de ese ejercicio de estilo es una película cubierta por un velo invisible de extrañeza. Mientras la visionas, Egoyan te desorienta y te atrapa con la precisión de una araña que teje una tupida tela a tus espaldas. Exótica es una de esas películas que te llevan a un estado de ánimo, que te invitan a transitar un espacio entre la pesadilla y la duermevela. A ratos me pregunto qué estoy viendo, pero no puedo sacar los ojos de la pantalla. Tras un primer visionado, reconozco que Exótica me intriga, por momentos me provoca rechazo y en otras me seduce. La considero estrambótica, incluso rocambolesca y un poco burda, pero no me cabe la menor duda que su recuerdo perdurará en mi durante largo tiempo. Escribo esto veinticuatro horas después de descubrirla, como el que despierta de una siesta muy larga y profunda, con un dolor de cabeza terrible y al mismo tiempo con una lucidez extraordinaria. Eso es lo que te produce Exótica, una historia que te altera sin saber muy bien cómo ni por qué. Egoyan firma aquí su gran título de culto, si bien su obra maestra siempre será El dulce porvenir. Puede que os disguste enormemente, pero no dejéis de verla. ★★★

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