martes, 12 de julio de 2016

CRÍTICA | ALEMANIA, AÑO CERO, de Roberto Rosselini


ALEMANIA AÑO CERO (GERMANIA ANNO ZERO), de Roberto Rosselini
Mejor película y mejor guión del Festival de Locarno 1948
Italia, 1948. Dirección: Roberto Rosselini Guión: Max Colpet, Carlo Lizzani y Roberto Rosselini, a partir de una idea de Basilio Franchina Fotografía: Robert Juillard Música: Renzo Rosselini Reparto: Edmund Moeschke, Ernst Pittschau, Barbara Hintz, Franz-Otto Krüger, Alexandra Manys, Erich Gühne Género: Drama social Duración: 75 min. Tráiler: Link Elección de Daniel Bermeo
¿De qué va?: Edmund, un niño de 12 años, intenta sobrevivir en el Berlín de posguerra. La situación de máxima desesperación que se respira en toda la ciudad llevará al pequeño a tomar una decisión inesperado.


CRÍTICA ISIDRO: Estamos acostumbrados a ver ficciones sobre la Alemania nazi, el holocausto y el dolor del pueblo judío, pero quizá no tanto ficciones sobre aquellos alemanes que se vieron obligados a volver a la normalidad tras la Segunda Guerra Mundial en una Alemania devastada económica y moralmente. Y de eso va esta Alemania, año cero. Un padre enfermo y sus tres hijos, uno de ellos antiguo soldado alemán que teme ser ajusticiado, intentan apañárselas para sobrevivir trabajando de lo que pillan y mendigando como pueden. En sus escasos 74 minutos seguimos principalmente las desventuras de Edmund, el hijo menor, con sus arrebatos criminales y sus ramalazos a lo Tommen Baratheon. Rossellini sabe retratar el desgaste moral y la dureza de la realidad de posguerra, pero me sobra esa música invasiva de peli de Hitchcock y me faltan minutos que dejen respirar a sus personajes: apenas hay silencio, es todo charlas y disputas y reproches y viejos verdes pedófilos tirándoles la caña a pobres niños desvalidos. Necesaria en muchos sentidos, pero a mi juicio dista de ser redonda. ★★★


CRÍTICA XAVIER: El valor de Alemania, año cero va más allá de lo estrictamente cinematográfico. Estamos ante un testimonio del horror, un documento de su época que nunca perderá vigencia. Sin su impronta, gran parte del cine contemporáneo no hubiera existido, desde Los olvidados de Buñuel hasta manifestaciones más recientes como los dramas sociales iraníes o los cuentos de los hermanos Dardenne. Por todo esto, prefiero acercarme a Alemania, año cero aceptando su importancia, pero también entendiendo que ese respeto no está reñido con una visión crítico. Vista ahora, Alemania, año cero me parece una película excesivamente discursiva que consigue mayores cuotas de verdad y de emoción cuando más se acerca al documental. En este sentido, Ladrón de bicicletas sigue siendo una obra más equilibrada, seguramente el mejor trabajo del Neorrealismo italiano. Rosselini quiere retratar una realidad ficcionándola, una estrategia que el cine moderno, en constante expansión de los límites del documental, desecharía sin dudarlo. A Rosselini se le agradece su capacidad de síntesis, su contención, su tremendismo muy medido y la credibilidad de todo su reparto. Un documento de arqueología cinematográfica. ★★★½


CRÍTICA RONNIE: Rosellini logró con Alemania, año cero un documento de gran importancia fílmica, un reflejo de la triste realidad social que se vive durante una guerra. Cuando el realizador rodó en Berlín su película, fue durante un periodo histórico en el que la capital germana se encontraba subyugada por los estragos de la Segunda Guerra Mundial, por lo tanto los “sets” y “decorados” que vemos en pantalla retoman un significado aterrador, las calles destruidas y gentes sin provisión de alimentos, edificios masacrados, etcétera, representan el horror. El caso es similar al de Roma Città Aperta, filmada en la "ciudad eterna" durante el periodo de guerra. La trama sigue la tragedia de una familia alemana que se convierte a su vez en una metáfora de la tragedia humana. Ahí está Edmund, un niño de 12 años que terminará por darle un giro colateral a la historia. Condena de manera directa y sin alardes a la ideología nazi y hurga en las cenizas del ser humano mostrando los restos de humanidad que quedan entre los escombros. ★★★½

NOTA MEDIA del JURADO: ★★★½


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