sábado, 2 de abril de 2016

CRÍTICA SERIES | EL CRAC (Temporada 1)



Joel Joan al desnudo
EL CRAC, de Joan Joan y Héctor Claramunt (creadores)
España, 2014. 1 temporada de 12 episodios. Emitida por TV3 (del 29/09/2014 al 15/12/2014) Género: Comedia Duración: 40 min. por episodio Web oficial: Link Reparto: Joel Joan, Miki Esparbé, Sara Espígul, Assumpta Serna, Carla Pérez, Paula Malia, Rafa Delgado, Matthias Bullach, Roger Coma, Pau Vinyals, Lina Mira, Joan Sirera, Joan Sabaté, Sílvia Molins
¿De qué va?: El actor Joel Joan, inmerso en un periodo personal y profesional complicado, recibe la oferta de aparecer en la película Moragues, el gran general. Durante la filmación, tendrá que lidiar con las exigencias de su productora, las extravagancias de su director y diversos incidentes, a cada cual más surrealista. ¿Logrará reconquistar a Sara, su ex pareja, o por el contrario conseguirá enrollarse con Carla, la estrella del film?



EL ARTE DEL 'AUTOSABOTAJE': ¿TERAPIA O SUICIDIO? (Reseña sin spoilers)

Al final de cada capítulo de El crac, un rótulo recuerda que todo lo visto es ficción, y añade un apunte humorístico al decir que lo único fiel a la realidad es el actor Joel Joan porque 'él es así'. Y por 'así' hay que entender egoísta, interesado, oportunista, narcisista, desagradecido, maleducado, adicto al sexo, infiel por naturaleza y otros adjetivos similares. Una manera un tanto curiosa por parte de Joel Joan, protagonista, creador y guionista de la serie junto a Héctor Claramunt, de parodiar a su entorno y de parodiarse a sí mismo. Se ríe de todo: del éxito de Plats bruts y Porca Misèria, de sus ideales políticos (para más información, visionad Fénix 11·23) y de los bulos que circulan sobre él. Y aunque no es el primero ni será el último que utilice la comedia para espantar sus males (en Norteamérica, Ricky Gervais y Larry David llevan aplicando la fórmula desde hace mucho), sorprende que El crac ofrezca, 'humor mediante', una visión-versión tan desagradecida de su persona-personaje. El crac, vaya, bien merece inaugurar un género televisivo propio: el 'selfie' de la desvergüenza literal y metafórica. Tan 'heavy' que mejor llamarlo de otra manera: 'autoputeo'.


Obviamente, ni Joel Joan es como el Joel Joan de la serie ni los doce capítulos de El crac son un reflejo del mundo del cine y del star system. Se trata de aceptar la exageración y troncharse a lo grande. La serie, en coherencia con sus principios, mezcla realidad y ficción: cuenta la filmación de una película, también es la filmación de la filmación de dicha película, y así hasta el infinito del enredo. A medida que avanza se deja abrazar con mayor vehemencia por el descrédito y el descaro: de hecho, la serie llega a sus momentos cumbre cuando está 'más pasada de rosca' (el episodio de la donación de hígado, el engaño al productor bajo una premisa que recuerda al film Very Bad Things, etc.). Incluso tiene pasajes que, de puro absurdo, terminan por resultar simpáticos, como toda su retahíla de cameos (¡ese dardo envenenado a Balagueró, Espinosa y Serra!). En definitiva, hay que ser muy 'crac' para llevar algo como El crac hasta sus últimas consecuencias. También hay que ser muy valiente para emitir un título que puede resultar un chiste privado demasiado experimental, más si cabe para una audiencia (la catalana) acostumbrada a comedias de corte más costumbrista. Lo mejor es que Joel Joan y TV3 ya han confirmado que El crac tendrá una segunda temporada, y las posibilidades que ofrece la historia de cara a una nueva tanda de episodios son infinitas. Mientras nadie insulte o mire mal a Joel Joan por la calle (en twitter es inevitable), ¡que siga la broma!


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