martes, 12 de enero de 2016

CRÍTICA | MERU, de Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi


Límite vertical
MERU, de Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi
Nominación al Independent Spirit Award al mejor documental
EE. UU., 2015. Dirección: Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi Fotografía: Jimmy Chin y Renan Ozturk Música: J. Ralph Reparto: Jon Krakauer, Jimmy Chin, Renan Ozturk, Grace Chin, Conrad Anker, Jennifer Lowe-Anker, Amee Hinkley (documental) Género: Deporte. Documental Duración: 95 min. Tráiler: Link
¿De qué va?: Tres escaladores de élite norteamericanos se disponen a superar la cima del Monte Meru, uno de los mayores retos en el mundo del alpinismo. Tras un intento frustrado, distintos accidentes y golpes inesperados de la vida, Meru se convierte en una prioridad, también en una obsesión. ¿Lograrán su objetivo?


Meru es un ejemplo de cómo el ser humano, si se lo propone, es capaz de todo. Un grupo de alpinistas traspasan las fronteras del dolor y exponen su cuerpo a situaciones extremas con el objetivo de coronar el Monte Meru, la cima 'inescalable' por excelencia. Por el camino, la película retrata los lazos de amistad que se crean entre aquellos que han decidido caminar al borde del abismo. También el dolor de los que se han quedado atrás en el intento y la angustia por los amigos y familiares que esperan en casa.


Meru es un homenaje a un paisaje (los planos rodados a ras de piedra y hielo son extraordinarios), y a la vez una alabanza a esos alpinistas anónimos que son capaces de arriesgarlo todo por subir unos metros más de altitud. Dicho así puede parecer que sus protagonistas son poco más que unos deportistas fuera de sus cabales, pero la película nos ayuda a entenderlos, a simpatizar con su obsesión y a comprender el esfuerzo que amaga cada expedición.

Al final, el Monte Meru no es más que una excusa para retarse, para sentirse vivo. Tocar el suelo estando, paradójicamente, muy cerca del cielo. Y cuando una persona tiene clara su pasión, actúa en consecuencia y su película retrata todo ello con fidelidad y sobre todo con energía, no queda más que sentir una enorme admiración. Una oportunidad perfecta para disfrutar de la grandeza de la naturaleza y sentir el vértigo más extremo desde la comodidad de la butaca.


Para deportistas natos.
Lo mejor: Sus majestuosos planos en plena montaña.
Lo peor: Si no amas el alpinismo, no se visiona con la misma intensidad.

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