jueves, 7 de enero de 2016

CRÍTICA | LA CHICA DANESA, de Tom Hooper


La mujer del cuadro
LA CHICA DANESA (THE DANISH GIRL), de Tom Hooper
Festival de Venecia: Sección oficial. 3 nominaciones a los Globos de oro y 2 a los SAG
EE. UU., 2015. Dirección: Tom Hooper Guión: Lucinda Coxon, a partir de la novela homónima de David Ebershoff Fotografía: Danny Cohen Música: Alexandre Desplat Reparto: Eddie Redmayne, Alicia Vikander, Amber Heard, Ben Whishaw, Matthias Schoenaerts, Victoria Emslie, Adrian Schiller, Richard Dixon, Paul Kerry, Helen Evans, Michael Gade Thomsen, Alicia Woodhouse Género: Drama. Biopic Duración: 115 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 15/01/2016
¿De qué va?: Copenhague, años 20. Una pareja de pintores, Einar y Gerda Wegener, esconden un secreto. Einar se viste de mujer para los retratos de Gerda, e incluso sale de casa con ropa femenina. En una fiesta, un joven intenta flirtear con Einar. A su vez, los cuadros de Gerda consiguen un éxito que traspasa las fronteras de Dinamarca. Einar decide que ha llegado el momento de ser una mujer completa, pero el cambio no será fácil.


La chica danesa es un nuevo ejemplo del cine de época exquisito, descaradamente académico, que el cineasta Tom Hooper ha cultivado con El discurso del rey y Los miserables. El despliegue de decorados y vestidos de época sirve ahora para presentar la historia del que pudo ser el primer transexual en Europa, un pintor que puso a prueba la moral de su época y sobre todo la relación con su esposa. Como era de esperar, la película cumple en todos sus apartados técnicos y ofrece otro reto interpretativo para el cada vez más imprescindible Eddie Redmayne (si se me permite, más sutil e intenso que en La teoría del todo). Y en paralelo, el sello de Hooper también hace acto de presencia con una historia bastante convencional: la historia de amor de una esposa que quiere colmar los deseos de su marido a pesar de los imperativos sociales. La historia merece de largo el visionado, pero es una pena que Hooper no haya filmado un thriller más evocador (el personaje de Lilly hace pensar en un triángulo imposible que el film desaprovecha), una película más comprometida (la odisea del personaje por las consultas de doctores y psiquiatras apenas ocupa un par de minutos en la trama) o una historia que realmente destile el compromiso y la pasión que Gerda siente por Einar (este episodio se resuelve con planos enfáticos, frases tópicas y interludios musicales sin demasiada imaginación). Si Tom Hooper fuera un pintor, se limitaría a copiar los trazos de los grandes artistas. La chica danesa tiene técnica, que no es poco, pero le falta emoción y le sobra metraje. Esperemos que Hooper renueve en un futuro su paleta de colores.



Para espectadores que busquen historias de amor poco convencionales.
Lo mejor: Eddie Redmayne.
Lo peor: El segundo tramo cae en repeticiones innecesarias.

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