lunes, 12 de octubre de 2015

SITGES 2015 | DÍA 4 | Love 3D, The Invitation, The Demolisher, Miss Hokusai, The 10000 Eyes of Dr. Maddin, Near Death Experience


¿En qué lugar puede llenarse una sala de más de 1.000 butacas un 12 de octubre para ver una película con contenidos sexuales muy subidos de tono? Obviamente, en Sitges. Y lo que pasa en Sitges, se queda en Sitges. La organización del festival ha programado la sesión de Love 3D, la película de Gaspar Noé que escandalizó en Cannes y a media Francia, este lunes festivo. El público de Sitges no se ruboriza por cualquier tontería, pero Noé ha dado lo que prometía: un cuento con ecos de la Nouvelle Vague y escenas explícitas de desnudos y momentos de cama. Nunca antes la platea había aplaudido la culminación de un orgasmo en primer plano (tal y como suena). No os asustéis: todavía no nos hemos vuelto locos. Sólo lo justo y necesario para sobrevivir a tal sobredosis de cine. Os lo contamos todo sin spoilers. 


Love 3D es y será la película del festival. Para bien y para mal. Gaspar Noé, en un ejercicio que parece esconder autorreferencias y guiños privados, nos explica el devenir de Murphy, un joven norteamericano aspirante a cineasta con un pasado y presente sexual muy activo. Hay sexo, mucho sexo, demasiado sexo, pero ese no es el tema sobre el que pivota la película. Murphy se siente perdido al conocer la desaparición de una amante suya, y Noé filma esa bajada a los infiernos con constantes saltos en el tiempo y una factura técnica estilizada y sorprendente. Las tres dimensiones aportan verismo a los momentos más íntimos, pero también cierta irrealidad a los personajes y a los espacios del film (como siempre en Noé, con juegos geométricos, luces de neón, espacios vaporosos y tendencia a los colores oscuros y rojos). Love es rabiosa y al mismo tiempo parsimoniosa, lánguida y vital. Tal vez subraya demasiadas escenas en su segundo tramo, pero en su apuesta por repetir frases, escenarios y desnudos consigue ser una experiencia casi narcótica. Es caprichosa, pero lo mismo puede decirse de su aburguesado personaje. En Sitges y en twitter se la ha tachado de guarra y de preciosa, de vacía y de compleja... Que cada uno decida. Con todo, ninguna proyección de Love 3D podrá igualar la vivida esta mañana en el Auditori del Hotel Melià. Love 3D me ha dejado literalmente en trance, al igual que Evolution en Donostia. 


The Invitation, como Coherence o El perfecto anfitrión (por citar títulos de anteriores ediciones), parte de una premisa inquietante: una pareja es invitada en una mansión de Los Ángeles sin motivo aparente. Los personajes hace mucho tiempo que no se ven. No parece que haya nada que celebrar, ni tan siquiera se intuye un amago de reconciliación entre los comensales. Con esta base, la película tiene un primer tramo muy dialogado, excesivamente largo, que nos obliga a preguntarnos quiénes son esos personajes y qué hacen en esa casa. Posteriormente, con todas las cartas desveladas, The Invitation se desmelena y ofrece una recta final adrenalínica. Además, el último plano esconde una lectura entre crítica y cínica al Hollywood del star system, las sectas y los desequilibrios mentales. En conjunto, una obra sorprendente que siempre se reserva un as en la manga. Funciona, inquieta y divierte, la fórmula perfecta para gustar a públicos que no sean demasiado afines al fantástico. Junto a The Gift, es una de las pocas cintas del festival que no costaría ver en la cartelera de un multicines generalista. También, por qué no, en el palmarés del sábado. 


Love 3D ha eclipsado la jornada, pero no podemos dejar de citar otros visionados del día. En la canadiense The Demolisher, un hombre cuida a su esposa, una policía que ha quedado postrada en una silla de ruedas, a la vez que intenta saciar sus ansias de venganza: se repite la fotografía estilizada y la música electrónica que tanto le gusta a Winding Refn, pero este relato sobre la vulnerabilidad y la maldad humana no se sostiene en ningún momento. Tampoco apasiona Miss Hokusai, crónica animada de una ilustradora de éxito en el Japón antiguo que tiene que lidiar con una hermana enferma y la presión por superar el legado de su padre, un artista reputado que ha perdido las ganas de dibujar. Otro ejemplo de manga japonés de regusto histórico y espíritu feminista que la dirección del festival, tal vez animado por sus galardones en Annecy, ha colocado en sección oficial a concurso. Nos quedamos con The Boy and The Beast, película que podrá verse en Sitges en un par de días.


Para acabar nuestro tour cinematográfico, hemos visto dos rarezas con sello francés en los cines Prado. The 10.000 Eyes of Dr. Maddin es un homenaje a Guy Maddin, a su singular filmografía y a su no siempre reivindicada importancia dentro del panorama cinematográfico internacional contemporáneo. El film cede la palabra al propio Maddin y a sus actores, a la vez que proyecta fragmentos de los trabajos más destacados del director. Tiene momentos hilarantes gracias, cómo no, a la mente cachonda e impresible de su entrevistado. Una de esas obras de visionado obligado y puro placer para cualquier cinéfilo. Y no menos extravagante es Near Death Experience, film que lleva el sello inconfundible de Benoît Delépine y Gustave Kervern. En todos los films de los cineastas galos, sus protagonistas emprenden un camino de ruptura, revolución y reivindicación personal. En este caso, el personaje del film viaja hasta la cima de una montaña para suicidarse, pero su periplo durará varios días en plena naturaleza, con humor negrísimo y monólogos interiores muy curiosos. El film va de la muerte a la vida: no por casualidad arranca con los títulos de crédito y termina con un abrupto fundido a negro. Su aspecto desaliñado, la estructura teatral de su guión y la dramática banda sonora con composiciones de Schubert redondean esta historia de quiebro y reconciliación que siempre mantiene al espectador expectante y extrañado. 


Mañana martes será el día de la nueva versión de Frankenstein, una de los platos fuertes a concurso, y Valley of Love, film protagonizado por Isabelle Huppert y Gerard Depardieu que compitió en Cannes. Además, nos empaparemos de cine asiático con Nowhere Girl, Chasuke‘s Journey y Coin Locker Girl, todas ellas exhibidas en la exigente Croisette. ¡Ah! Y los que todavía no han tenido ocasión de visionarla, podrán descubrir Youth de Paolo Sorrentino en la ‘sesión despertador‘ del Auditori. Obviamente, este blog no verá la patraña del italiano por segunda vez. Por el contrario, veríamos de nuevo la denostada Love 3D. Para gustos, colores. Por suerte, la amplísima programación de Sitges tiene películas para todos los paladares. Mañana, más.

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