RÉQUIEM POR UN SUEÑO, de Darren Aronofsky
Largometraje nº 31: Cinoscar Summer Festival 2015: Sección oficial a concurso
Elección de Andrés Ricaurte
EE. UU., 2000. Dirección: Darren Aronofsky Guión: Darren Aronofsky y Hubert Selby Jr. Duración: 100 min. Género: Drama experimental Tráiler: Link Reparto: Jared Leto, Jennifer Connelly, Ellen Burstyn, Marlon Wayans, Christopher McDonald, Louise Lasser, Marcia Jean Kurtz, Janet Sarno, Suzanne Shepherd
¿De qué va?: Harry es drogadicto. Su madre es adicta a la medicación que toma para adelgazar. Él sueña con tener un futuro con su novia. Ella desea salir en televisión. Sueños dispares, pero con un denominador común: ser felices. Pese a su tenacidad, madre e hijo caerán en picado en una espiral de dolor y locura.
Palmarés: Candidatura al Óscar y al Globo de oro a la mejor actriz. Espiga de oro del Festival de Valladolid 2000 a la mejor película.
RESEÑA DANIEL: Adicción. El diccionario lo define como “hábito o dependencia de quienes usan de alguna droga tóxica”. Adicción. Lo somos. Somos adictos. Somos enfermos. Consumidores de lo que es dañino. De lo que nos mata. Pero cuán disfrutable es el veneno de la vida. Y Arosnofsky lo sabe, y lo sabía cuando tuvo la idea de filmar Réquiem por un sueño. El descenso a los infiernos de una madre y su hijo adictos a dos cosas diferentes es el plano central de esta historia. El film muestra lo sensorial por medio de suculentas imágenes, activa nuestra vista, nuestro deseo, nuestra imaginación. Se burla de la televisión como elemento esclavizador de mentes débiles, de una sociedad manejada al antojo de pocos, dispuesta para echar a miles al despeñadero cerebral. Hace alusión a las drogas y su consumo, como ese elemento destructor del cuerpo, que hace enloquecer nuestra máquina mental y volvernos dependientes de lo que envenena, aunque se deambule día y noche en lo celestial. Réquiem por un sueño impacta, enloquece y asusta. Brillante es un término corto. Se eleva al son de la melodía “Luz aeterna” que vierte sobre cada escena.
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RESEÑA ISIDRO: En líneas generales, puedo decir que me gusta Arofnos… Afronos…, bueno, Darren, pero tengo una relación rara con él: tiene películas que me gustan muchísimo (Cisne negro, El luchador y sobre todo La fuente de la vida) y películas que no me convencen demasiado (Noé y sobre todo Pi, fe en el caos), y me temo que Réquiem por sueño acompaña a las segundas, y es que en todas las veces que la he visto la sensación principal que me invade es la de estar viendo un anuncio largo del Ministerio de Sanidad contra el consumo de drogas. Y funciona: lo último de lo que tengo ganas después de verla es de pincharme cosas. Pero si una película entera se reduce a un mero “no toméis drogas, niños” tampoco es que tenga demasiada sustancia. Vale, es cierto que deslumbra por su realización y su montaje, efectistas a más no poder pero muy efectivos, y consigue que pases un buen mal rato con posterior dolor de cabeza (doy fe). Y quizás cedo un poco si me decís que las tramas de Burstyn y Connelly tienen más chicha (por cierto, ambas soberbias). Pero no me negaréis que el de Wayans es un personaje de apoyo venido a más cuya exploración emocional no podría haber sido más cutre. Entre lo manipulador y lo pasional, lo churretoso y lo eficaz, quizá este réquiem representa mejor que ninguna otra lo que en líneas generales siento por la filmografía de Aronofsky.
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RESEÑA MAYRA: Réquiem por un sueño es una película sobre las adicciones y sus consecuencias. Aronofsky dirige con acertada fotografía tétricas escenas que nos acercan a esta cruda historia, donde sus ambiciosos personajes de a poco se sumergirán en vicios de los que no podrán escapar fácilmente. Es una cinta intensa, con un montaje frenético y vertiginosa banda sonora que cuando se pone en armonía con las imágenes incluso puede resultar perturbadora. Réquiem por un sueño presenta un brutal retrato de devastados personajes que intentando perseguir sus sueños y hacer lo mejor para ellos, terminarán siendo esclavos de sus acciones y arrastrados a un ambiente de autodestrucción. Un drama con buenas interpretaciones, tanto Jared Leto, como Jennifer Connelly y sobre todo Ellen Burstyn realizan un gran labor interpretativa. Sin duda estamos ante una cinta que, aunque dista de ser perfecta, no dejará indiferente a nadie.
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RESEÑA MIGUEL: Réquiem por un sueño forma parte de esa lista de películas que se incluyen en el imaginario de cualquier joven nacido durante las décadas de los 80 o 90; lista en la que se incluyen otros tipos de films como Matrix, El señor de los anillos, Memento, Saw…, por nombrar algunos. No todas ellas con la misma suerte a nivel crítico en su día de estreno; sin embargo, todas con la seguridad de que perdurarían en los esquemas mentales cinéfilos de miles de jóvenes. Réquiem por un sueño es un claro ejemplo. Todos recordamos su banda sonora épica/machacona, el pinchazo de ese brazo gangrenado, la locura televisiva de la madre, y el “¡Correos, correos, correos…!” de su hiperestimulante final. Pero la pregunta que todos nos hacemos es: ¿sobrevivirá a un segundo visionado quince años después?
Las cosas han cambiado, el gusto cinéfilo de su principal target de audiencia ha refinado sus gustos. En donde antes sólo veíamos secuencias de una estética estudiada y funcional, ahora vemos un estilo videoclipero y facilón que tiene la fuerza suficiente para alejarte de la historia. Historia que subraya de la misma forma despiadada y maniquea su pulso narrativo, mostrándonos climax de distinto nivel durante todo el metraje, es decir, la sutileza brilla por su ausencia. La película es un producto hiperbólico chutado de anabolizantes que descansa sobre todo en las espaldas de sus actrices, que regalan un brillante trabajo interpretativo.
La respuesta a la pregunta es sencilla: Réquiem por un sueño no consigue sobrevivir al paso del tiempo al 100%; pero sin duda, ni estos años, ni los que vengan, conseguirán borrar el impacto que proyectó este film en toda una generación.
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RESEÑA XAVIER: Tomando la herencia noventera de Tarantino y Boyle, Aronofsky firmó una película extrema y sensorial capaz de llevar al espectador a un estado de alucinación psicotrópica. Aronofsky se convierte en un ‘camello’ artístico, y sus personajes y espectadores en unos ‘yonkis’ insaciables. Puro arrebato, como diría Zulueta. U onirismo, según Lynch. La cuestión es que Réquiem por un sueño, en sus formas experimentales, su montaje sincopado y sus desaforadas interpretaciones, resulta una experiencia singular, una pesadilla que deja al descubierto las debilidades y las frustraciones de todas sus criaturas. Aronofsky nunca rebaja su grado de imaginación, tampoco deja que se cuele ningún atisbo de esperanza en su oscura arquitectura. Entendemos perfectamente que la película cuente con un nutrido grupo de fans ‘drogodependientes’, aunque el que escribe por momentos se ha sentido un tanto violentado, inmerso en una espiral de desazón pero también en un bucle desagradable que se repite en demasía. Aprecio el experimento que orquestra Aronofsky, pero no me cautiva, no me trastoca, no logra que sufra su historia o sienta ‘el mono’ en mis carnes. Seguramente ello se debe a que el film, como ya le ocurría a Pi, fe en el caos, está demasiado supeditado a sus giros y trucos formales (Cisne negro, en cambio, es un ejemplo de cine más orgánico, igual de original pero con un andamiaje emocional más rico). Los verdaderos ‘chutes’ cinematográficos no dependen tanto de la estética como de un buen guión. Aun así, felicidades, señor Aronofsky.
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VALORACIÓN DE LA CRÍTICA
Aronofsky, ayudándonos a conocer el alma de sus personajes a través de sus ojos, nos involucrará en sus historias y devenir, obligándonos a empatizar con ellos y, por ende, a sufrir con y por ellos y también por nosotros, ya que el único fin del director es hacernos despertar, que nos olvidemos de malgastar nuestra vida deseando propiedades, o destruyendo nuestros valores. Arantxa Acosta, Miradas de cine
Puede resultar un fastidio para algunos espectadores, por su dura visión de la cultura de las drogas. Pero nadie interesado en el poder y la magia de las películas debería perdérsela. Peter Travers, Rolling Stone
NOTA DE LA CRÍTICA
Filmaffinity: 7'8 / IMDB: 8'4 / Sensacine: 8'2 / Metacritics: 7'7 / Rottentomatoes: 8'55
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VALORACIÓN DEL JURADO
El jurado del CSF ha decidido promover el film a
10 PREMIOS DEL FESTIVAL:
Mejor director: DARREN ARONOFSKY
Mejor actor protagonista: JARED LETO
Mejor actriz protagonista: ELLEN BURSTYN
Mejor actriz secundaria: JENNIFER CONNELLY
Mejor reparto
Mejor guión adaptado: DARREN ARONOFSKY y HUBERT SELBY JR.
Mejor música original: CLINT MANSELL
Mejor fotografía: MATTHEW LIBATIQUE
Mejor montaje: JAY RABINOWITZ
Mejores efectos especiales: VV. AA.
NOTA DEL JURADO
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