lunes, 29 de junio de 2015

CRÍTICA | TIERRAS DE PENUMBRA, de Richard Attenborough


TIERRAS DE PENUMBRA (SHADOWLANDS), de Richard Attenborough
Largometraje nº 17: Cinoscar Summer Festival 2015: Sección oficial a concurso
Elección de Marcelo Morales
Reino Unido, 1993. Dirección: Richard Attenborough Guión: William Nicholson, a partir del libro Una pena en observación de C. S. Lewis Duración: 125 min. Género: Drama biográfico Tráiler: Link Reparto: Anthony Hopkins, Debra Winger, Joseph Mazzello, Edward Hardwicke, John Wood, Michel Dennison, James Frain, Peter Howell, Roger Ashton-Griffiths
¿De qué va?: C. S. Lewis trabaja como profesor de literatura en Oxford. Su vida está consagrada a la lectura, a la escritura y a sus alumnos, pero la carta de una admiradora le llamará poderosamente la atención. La remitente es Joy, una ama de casa norteamericana que está pasando una temporada de Londres junto a su hijo. Al encontrarse, la vida de ambos cambiará para siempre.
Palmarés: Bafta al mejor film británico y al mejor actor (Hopkins). Dos nominaciones al Óscar: mejor actriz (Winger) y mejor guión adaptado.


RESEÑA ISIDRO: Si antes de ver Tierras de penumbra me hubiera venido alguien contándome que acaba de pegarse una pechá de llorar con una película muy bonita sobre un famoso escritor británico, autor de una de las mejores obras infantiles del siglo XX, que empieza a entablar una relación, no por todos aprobada, con una mujer algo pachucha de salud con cuyo hijo se lleva fenomenal, le habría dicho: “oy, sí, qué bonita Descubriendo Nunca Jamás, yo también me harté de llorar”. Y es que la película sobre el autor de Peter Pan tiene mucho de la película sobre el autor de Narnia. Quizá la principal diferencia sea que viendo la primera en ningún momento piensas: “¡coño, el niño de Jurassic Park!”. Pero obviando esa distinción tan sustancial, las dos películas tienden a idealizar a sus protagonistas, son muy políticamente correctas y rebosan elegancia y corrección británicas por los cuatro costados; vamos, como cualquier biopic guiri-yanqui que se precie. Y eso, salvo contadas ocasiones, resta verdadera emoción a las historias. Winger está completamente encantadora y Hopkins muy apropiado, pero me falta química entre ellos, no me termino de creer el romance y el visionado de la película se me acaba haciendo simplemente agradable. A lo mejor me habría emocionado más si al final de la película, para poner contenta a la convaleciente Winger, Hopkins se hubiera disfrazado de león, su hermano de bruja y el niño de armario. O no, quizás no. 

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RESEÑA MAYRA: Tierras de penumbra nos acerca a una historia principalmente de amistad, rodeada de un halo literario y filosófico que permite atisbar escenas con diálogos muy interesantes. Un drama romántico ejecutado con mucha sutileza y del que destaco sobre todo el hecho de que no cae en la cursilería, ni busca la lágrima fácil; habla de la amistad, el amor y los sentimientos desde una perspectiva seria y de madurez desarrollada con mucha elegancia y sobriedad, lo que por momentos quizás hace que el film resulte un tanto frío, pero esto tal vez se deba a que estamos acostumbrados a tanto ‘dramón romántico pasteloso’, que esta forma y fondo nos puede parecer inverosímil. Personalmente creo que Tierras de penumbra logra ser certera en su relato y muy conmovedora, sin caer en dramatismos exagerados; puede que no sea una obra maestra, pero sin duda es una entrañable película, con destacables interpretaciones protagónicas y gran puesta en escena. Para románticos, con los pies bien puestos en la tierra.

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RESEÑA MIGUEL: Tierras de penumbra comparte año con Lo que queda del día de James Ivory. Ambas películas son dramas románticos con Anthony Hopkins. Y ambas guardan bastantes similitudes: en ambas, los personajes de Hopkins son reacios a la sociabilidad, parcos en emociones y honorables ante la vida. Con la llegada del personaje femenino, los personajes de Hopkins comienzan a mudar. Si en Lo que queda del día la sutileza de Ivory era de quitarse el hipo, Richard Attenborough se muestra más inclinado por un tono culebronesco. A pesar de ello, desenvuelve la historia de forma elegante y con un sentido de la estética muy acertado. Attenborough huye del algodón de azúcar y construye una relación de amor maduro muy natural, apoyado en dos interpretaciones protagonistas superlativas. Para una tarde de domingo de invierno, Tierras de penumbra es la mejor opción.

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RESEÑA XAVIER: Tierras de penumbra, la última gran película que dirigió el recientemente desaparecido Richard Attenborough, es un melodrama de aliento clásico. El guión de Nicholson, cargado de diálogos bellísimos, nos descubre la historia de amor entre el escritor C. S. Lewis y una ama de casa norteamericana que viaja a Inglaterra huyendo de su esposo. El romance parsimonioso se acaba convirtiendo en la confluencia de dos mundos muy diferentes: el de Lewis, recluido en su casa y despacho, ajeno a cualquier actividad que no sea la docente y literaria; y el de la mujer, cuya espontaneidad y franqueza pone patas arriba la órbita académica en la que vive ensimismado el escritor. Los momentos más álgidos de la película coinciden con los encuentros de los dos personajes: Hopkins, muy solicitado en los 90, cincela un personaje rico en matices; y Winger, enfundada en un personaje de Óscar, defiende con convicción la mujer indomable que acaba seducida por la tranquilidad y las palabras delicadas de su compañero. También funcionan los debates que Lewis entabla con uno de sus alumnos sobre la función y los poderes de la literatura. El corazón de Hopkins se derrite, y nosotros nos rendimos ante la evidencia: todo está contado, interpretado y escenificado con sumo mimo. Lástima que la rectitud británica lastre el film: le sobra sobriedad y le falta pasión. Pecata minuta, en todo caso, aunque ese detalle me impide describir estas Tierras de penumbra como la obra maestra que, por momento, se intuye en los fotogramas del film.

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RESEÑA DANIEL: Bajo los hermosos páramos que envuelven una Inglaterra académica y clásica se escribe una delicada y tierna historia de amor entre dos seres que en su etapa tardía se declaran compañía perpetua. Richard Attenboroug es el encargado de dirigir a Anthony Hopkins y Debra Winger, dos seres apasionados por la literatura que encuentran una química sustancial en el proceso de conocerse y tratarse al paso del tiempo. La película encuentra el equilibrio deseado al presentar una historia que evita caer en poses ridículas y dotarla de sobriedad y estilo, parte de ello gracias a las colosales interpretaciones de los protagonistas: ambos brindan realismo, seriedad y compromiso al film. La película, además, gusta por la manera de presentar el romance: un romance sentido, virtuoso, sincero, nacido el crepúsculo de la existencia de dos amantes foráneos a la vida. Los acompaña un escenario icónico que parece salido de alguna hermosa y sensible pintura rupestre, enriquecida por el frondoso paraje y el álgido viento. Y pese a tener un desenlace anticipado, consigue dejar una gran sensación. Película para románticos, románticos de cepa.

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VALORACIÓN DE LA CRÍTICA

La película se contagia de la entereza y la dignidad de Joy en su enfermedad, y sabe que la felicidad encierra el dolor y que el dolor también forma parte de la felicidad. Lo que traducido en términos cinematográficos se podría decir: la sencillez encierra la grandeza y la grandeza forma parte de la sencillez. Nuria Vidal, Fotogramas Nº 1806 

No salgo de mi asombro ante la inesperada belleza y profundidad humana de la película. Attenborough ha conseguido una obra redonda, lúcida y preñada de emoción sincera. El día que la vi, la humedad en el ambiente de la sala era tan densa como la de un baño turco. El Sobrino, Fotogramas Nº 1806

Plantea una historia de amor siempre en el borde de la desesperación, por cuanto sus protagonistas no saben hacer compatibles la razón y la pasión. El evidente interés de estas premisas no impide que su director se muestre tan apagado como de costumbre, pero las excelentes interpretaciones salvan la función. Fotogramas, Redacción

Bella, inteligente y conmovedora. Entiende que el amor no sólo llega por vía del deseo físico, sino que, para algunos, ese proceso es interno, mental. Roger Ebert, rogerebert.com

NOTA DE LA CRÍTICA

Filmaffinity: 7'4 / IMDB: 7'4 / Sensacine: 7'4 / Rottentomatoes: 9'25
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VALORACIÓN DEL JURADO

El jurado del CSF ha decidido promover el film a  
7 PREMIOS DEL FESTIVAL:

Mejor actor protagonista: ANTHONY HOPKINS
Mejor actriz protagonista: DEBRA WINGER
Mejor guión adaptado: WILLIAM NICHOLSON
Mejor banda sonora original: GEORGE FENTON
Mejor fotografía: ROGER PRATT
Mejor vestuario: PENNY ROSE
Mejor diseño de producción: STUART CRAIG

NOTA DEL JURADO

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