jueves, 28 de mayo de 2015

CRÍTICA | POSTALES DESDE EL FILO, de Mike Nichols


Estampas familiares
POSTALES DESDE EL FILO (POSTCARDS FROM THE EDGE), de Mike Nichols
Óscars 1990: Nominaciones a la mejor actriz protagonista (Streep) y mejor canción original
EE. UU., 1990. Dirección: Mike Nichols Guión: Carrie Fisher, a partir de su novela homónima Fotografía: Michael Ballhaus Música: Carly Simon Reparto: Meryl Streep, Shirley MacLaine, Simon Callow, Gene Hackman, Dennis Quaid, Richard Dreyfuss, Oliver Platt, Rob Reiner, CCH Pounder, Annette Bening, Gary Morton, Mary Wickes Género: Comedia dramática Duración: 100 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 15/02/1991
¿De qué va?: Suzanne es atendida en un hospital tras una sobredosis de pastillas. Tras una larga estancia en un centro de rehabilitación, la mujer quiere volver a emprender con su carrera como actriz, pero se encontrará con una cláusula contractual inesperada: si quiere participar en el rodaje de una película, deberá vivir en casa de su madre y presentar pruebas que certifiquen su estado de salud a cada momento. Resignada, Suzanne vuelve a la mansión familiar, consciente de que la convivencia con su madre, una intérprete ya retirada que esconde su adicción al alcohol, no será fácil.


Carrie Fisher, famosa por dar vida a la princesa Leia de la saga de La guerra de las galaxias, expuso su lado más personal en Postales desde el filo, un libro autobiográfico en el que hablaba abiertamente de su adicción a las drogas y de la influencia que su familia, vinculada a la industria cinematográfica, había tenido tanto en su esfera privada como en su carrera profesional. Posteriormente, Mike Nichols llevó a la gran pantalla la novela con guión de la propia Fisher, matizando algunos pasajes del libro para adaptarse al correctismo de Hollywood. La película, si bien apunta el problema de la protagonista con ciertas sustancias y con una opción de vida suicida, limita su endamiaje dramático al retrato de las desavenencias maternofiliales entre una actriz desequilibrada (Streep, en uno de sus incontables papeles que coquetearon con el Óscar) y su madre, una diva en horas bajas que eclipsa a su retoño a la mínima que tiene ocasión (MacLaine, espectacular). Por ello, el aspecto más interesante de Postales desde el filo es, paradójicamente, un elemento externo a su conflicto familiar: la propuesta de cine dentro del cine, el juego entre realidad y ficción, simulación y verdad, que establece la película al combinar escenas cotidianas con otras en pleno set de rodaje (al fin y al cabo, la existencia de la protagonista es, metafóricamente, un plató en constante cambio de libreto y de decorado). Con todo, Nichols quiere apelar a cierto cine femenino con buen corazón, y en ningún momento consigue que el conflicto entre madre e hija tenga un mínimo interés, a la vez que descuida a todos sus personajes masculinos: de ahí que Postales desde el filo, revisada 25 años después, resulte poco más que un telefilm ligeramente mejor escrito e interpretado. Por fortuna, el film contiene una escena tan gloriosa que justifica con creces su visionado: el momento en que Streep canta una canción para congraciar a su madre, y ésta última contraataca acto seguido con un espectáculo de cabaret trasnochado, superando todos los méritos que minutos atrás había conseguido la hija. Una tensión entre dos generaciones de excelentes actrices que, a pesar de los pesares, atesora cierta gracia cinéfila.


Escucha el podcast que le dedicamos a MERYL STREEP aquí:

Para desmitificar las interioridades de Hollywood.
Lo mejor: MacLaine, incomprensiblemente ninguneada en los Óscar de su año.
Lo peor: Benning, Hackman, Quaid y Dreyfuss, por desgracia, no tienen personaje.

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