lunes, 6 de abril de 2015

CRÍTICA | HIPÓCRATES (HIPPOCRATE), de Thomas Lilti


Ser médico no es un trabajo: es una maldición
HIPÓCRATES (HIPPOCRATE), de Thomas Lilti
Film de clausura, Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2014. Sección oficial.
Festival de Gijón. 7 nominaciones a los Premios César y premio al mejor actor secundario (Kateb)
Francia, 2014. Dirección: Thomas Lilti Guión: Pierre Chosson, Baya Kasmi, Julien Lilti, Thomas Lilti Música: Jérôme Bensoussa y Nicolas Weil Fotografía: Nicolas Gaurin Reparto: Vincent Lacoste, Reda Kateb, Félix Moati, Jacques Gamblin, Marianne Denicourt, Carole Franck, Philippe Rebbot Género: Cine social. Tragicomedia Duración: 100 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 08/05/2015 
¿De qué va?:  Benjamin tiene 23 años y un futuro prometedor como médico. Sus primeros días como interno en el hospital donde trabaja su padre están llenos de descubrimientos y nuevos compañeros. Tras el fallecimiento de un paciente, Benjamin empieza a ver la rutina del hospital desde otro prisma y se refugia en Abdel, un interno argelino con más experiencia, valentía y espíritu crítico.


El último cine francés parece bastante preocupado por la salud de su sanidad pública. Tras Declaración de guerra llega Hipócrates, una película más mordaz y crítica que la Academia francesa aupó en las candidaturas de sus premios anuales. Partiendo de Benjamin, un joven interno que se viste la bata de doctor por primera vez, la película describe la 'familia' de profesionales que congrega un hospital de la capital y enarbola todas las causas de la Europa moderna: demuestra, en otras palabras, los efectos de los recortes económicos y los riesgos que derivan de la escasa comunicación que existe entre los equipos directivos de los centros de salud y sus trabajadores y pacientes. Hipócrates también plantea cuestiones como la muerte digna y la legislación médica relacionada, así como los procesos más adecuados para formar a los nuevos médicos, temas francamente interesantes, perfectamente extrapolables a cualquier país vecino, entre ellos el nuestro. El film se sirve de unas interpretaciones eficaces y de un montaje efectivo, a medio camino entre la objetividad documental de Polisse y la ficción de las clásicas series televisivas sobre los vericuetos de la medicina, una premisa que la convierte en una propuesta de fácil visionado que puede gustar a una variado abanico de audiencias. Tal vez el film no acaba de resultar creíble a la hora de describirnos la órbita íntima de su personal médico (esas fiestas navideñas o esas comidas que parecen juergas universitarias...), tampoco demuestra una pasión excesiva pese a su compromiso y sus buenas intenciones... y aún así, da la sensación de que Hipócrates es una película que no podría llegar en mejor momento, cuyo estreno era tan inevitable como necesario. Eso, aunque los debates que deriven del visionado del film resulten más enriquecedores, complejos o interesantes que la propia obra. Se hablará mucho de ella, tanto para bien como para mal: sólo por eso, vale la pena visionarla.


Para ver el trabajo de nuestros médicos desde otros ojos.
Lo mejor: Los temas-dilemas que plantea.
Lo peor: Algún arranque 'teen' que resta credibilidad a la propuesta.

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