lunes, 30 de marzo de 2015

SEMANARIO 83: LOS POSTS DE LA SEMANA

¿Te perdiste algún escrito del blog? Con nuestro semanario puedes recuperar las distintas publicaciones de todas las semanas. En el margen derecho del blog, en la sección 'semanario', puedes (re)leer los distintos artículos ordenados.

CONTENIDOS DEL BLOG


Estreno: Reseña de PASOLINI, de Abel Ferrara
Estreno: Reseña de NEGOCIADOR, de Borja Cobeaga
Estreno: Reseña de EL AÑO MÁS VIOLENTO, de J. C. Chandor
Estreno: Reseña de 2 OTOÑOS, 3 INVIERNOS, de Sébastien Betbeder
Estreno: Reseña de MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES, de I. Lacuesta


Cine de los 90: Reseña de PECKER, de John Waters
Cine de los 90: Reseña de ELECTION, de Alexander Payne
Cine de los 90: Reseña de CORAZONES ENFRENTADOS, de Jeroen Krabbé

Cinoscar Awards 2000: PALMARÉS
Cinoscar Summer Festival 2015: SECCIÓN OFICIAL, PARTE 1

domingo, 29 de marzo de 2015

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL 3 | SECCIÓN OFICIAL, PARTE 1

Empezamos la cuenta atrás para el Cinoscar Summer Festival 2015. La inauguración del viernes 29 de mayo todavía está lejos, pero semana a semana conoceréis en distintos posts especiales todos los detalles y films del certamen. En este primer post, empezamos dando a conocer las 5 primeras películas a concurso. Adjuntamos la lista en que los distintos concursantes han promocionado su film: todas esas categorías será las que tendrá en cuenta el jurado de cara a las nominaciones (dicho de otra manera: la película que a día de hoy cuenta con más categorías no tiene por qué ser la que más nominaciones obtenga). El arranque no podría ser más prometedor: Leone, Kubrick, Wilder, Kusturica y Fellini. ¡Y las que quedan todavía!

FILM 1: ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA, de Sergio Leone
Categorías: 1. PELÍCULA 2. DIRECTOR: Sergio Leone 3. ACTOR PROTAGONISTA: Robert de Niro 4. ACTOR SECUNDARIO: James Woods 5. REPARTO 6. GUION ADAPTADO: Sergio Leone, Leonardo Benevenuti, Piero Bernardi, Enrico Mendioli, Franco Arcalli, Franco Ferri 7. MÚSICA ORIGINAL: Ennio Morricone 8. FOTOGRAFÍA: Tonino Delli Colli 9. VESTUARIO: Gabriella Pescucci 10. MONTAJE: Nino Baragli 11. PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE: VV. AA. 12. EFECTOS ESPECIALES: VV. AA. 13. DISEÑO DE PRODUCCIÓN: VV. AA.

FILM 2: ¿TELÉFONO ROJO? VOLAMOS HACIA MOSCÚ, de Stanley Kubrick
Categorías: 1. PELÍCULA 2. DIRECTOR: Stanley Kubrick 3. ACTOR PROTAGONISTA: Peter Sellers 4. ACTOR SECUNDARIO: George C. Scott 5. ACTOR SECUNDARIO: Slim Pickens 6. REPARTO 7. MÚSICA ORIGINAL: Laurie Johnson 8. GUION ADAPTADO: Stanley Kubrick, Terry Southern, Peter George 9. FOTOGRAFÍA: Gilbert Taylor 10. VESTUARIO: Bridget Sellers 11. MONTAJE: Anthony Harvey 12. MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: Stuart Freeborn y Barbara Ritchie 13. EFECTOS ESPECIALES: VV. AA. 14. DISEÑO DE PRODUCCIÓN: Clifton Brandon 15. CANCIÓN: We’ll Me Again

FILM 3: EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES, de Billy Wilder
Categorías: 1. PELÍCULA 2. DIRECTOR: Billy Wilder 3. ACTOR PROTAGONISTA: William Holden 4. ACTRIZ PROTAGONISTA: Gloria Swanson 5. ACTOR SECUNDARIO: Erich von Stroheim 6. ACTRIZ SECUNDARIA: Nancy Olson 7. REPARTO 8. GUION ORIGINAL: Billy Wilder, Charles Brackett, D. M. Marshman Jr. 9. MÚSICA ORIGINAL: Franz Waxman 10. FOTOGRAFÍA: John F. Seitz 11. VESTUARIO: Edith Head 12. MONTAJE: Arthur P. Schmidt 13. PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE: VV. AA. 14. EFECTOS ESPECIALES: Farciot Edouart y Gordon Jennings 15. DISEÑO DE PRODUCCIÓN: Hugh Brown

FILM 4: UNDERGROUND, de Emir Kusturica
Categorías: 1. PELÍCULA 2. DIRECTOR: Emir Kusturika 3. ACTOR PROTAGONISTA: Predrag Manojlovic 4. ACTOR SECUNDARIO: Lazar Ristovski 5. ACTRIZ SECUNDARIA: Mirjana Jokovic 6. REPARTO 7. GUION ORIGINAL: Emir Kusturika y Dusan Kovacevic 8. MÚSICA ORIGINAL: Goran Bregovic 9. MÚSICA ADAPTADA 10. FOTOGRAFÍA: Vilko Filac 11. VESTUARIO: Nabojsa Lipanovic 12. MONTAJE: Branka Ceperac 13. PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE: VV. AA. 14. EFECTOS ESPECIALES: VV. AA. 15. DISEÑO DE PRODUCCIÓN: Miljen Kreka Kljakovic 16. CANCIÓN: Kalashnikov

FILM 5: LA STRADA, de Federico Fellini
Categorías: 1. PELÍCULA 2. DIRECTOR: Federico Fellini 3. ACTOR PROTAGONISTA: Anthony Quinn 4. ACTRIZ PROTAGONISTA: Giuletta Masina 5. ACTOR SECUNDARIO: Richard Basehart 6. ACTOR SECUNDARIO: Aldo Silvani 7. ACTRIZ SECUNDARIA: Marcella Rovere 8. ACTRIZ SECUNDARIA: Livia Venturini 9. REPARTO 10. GUION ORIGINAL: Federico Fellini y Tullio Pinelli 11. MÚSICA ORIGINAL: Nino Rota 12. FOTOGRAFÍA: Otello Martelli 13. VESTUARIO: Margherita Marinari 14. MONTAJE: Leo Cattozzo 15. PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE: Eligio y Dante Trani 16. EFECTOS ESPECIALES: VV. AA. 17. DISEÑO DE PRODUCCIÓN: Mario Ravasco 18. CANCIÓN: Gelsemina

 FILM DE CLAUSURA: TRES COLORES: ROJO, de Krzysztof Kieslowski
La última parte de la Trilogía de los Colores de la bandera francesa será la película encargada de clausurar a finales de agosto el Cinoscar Summer Festival. Con el film, que dio a Kieslowski dos nominaciones al Óscar, pondremos punto y final tanto al homenaje al realizador polaco como a las 100 obras que desfilarán durante 3 meses en el blog. Una de las mejores películas europeas de los 90.

viernes, 27 de marzo de 2015

LISTA | 10 CLÁSICOS QUE ESTE 2015 CUMPLEN 25 AÑOS

El publicitario aniversario de Pretty Woman nos ha animado a elaborar una lista con las mejores película que este 2015 cumplen 25 años. Muchas de las presentes son títulos del año 1989 (así figura en su ficha de producción), pero llegaron a las carteleras españolas y europeas con cierto retraso (detalle, por otra parte, que sigue repitiéndose a día de hoy, ya que muchas de las citadas fueron obras surgidas de la temporada de premios 1989-1990). Algunas son hitos populares que eclipsaron la taquilla en su momento y que contaron con un apoyo mayoritario en sus ediciones en formato doméstico y sus emisiones televisivas. Otras son películas que han sobrevivido gracias al empeño de la crítica o a la revalorización de ciertos directores, que supieron configurar una carrera en constante ascenso. La lista admite múltiples cambios y ordenaciones: ¡que no haya enfados! Ponemos la flecha de la máquina del tiempo en el año 1990: ¡a disfrutar!


10. NACIDO EL 4 DE JULIO, de Oliver Stone
¿Quieres triunfar? Pues no ganes el Óscar. Dicho y hecho. Para la posteridad, Nacido el 4 de julio es una de las derrotas más sonadas de la historia del cine (o lo que es lo mismo: una victoria 'moral', que a la larga de más frutos). En su momento pesó el hecho de que Stone hubiese ganado el premio muy recientemente por Platoon (algo similar pasó en los 90 con Spielberg y el año en que Shakespeare fusiló, aunque a base de palabras-palabrería, al soldado Ryan), o bien por la simple razón de que Paseando a Miss Daisy era todo lo 'cuca', 'mona' y 'plana' que la Academia podía soñar. Los premios pasan, el cine queda y la memoria audiovisual sobre el conflicto en Vietnam no se escribiría igual sin la icónica imagen de Tom Cruise sentado en una silla de ruedas con barba de náufrago reinvidicativo. Cruise, por cierto, dio carpetazo a su imagen de 'yerno perfecto', cliché al que volvió a caer, salvo contadas ocasiones, por imposiciones industriales (ahora encarna otro ideal: el de 'action man' imparable, futuro protagonista de Los mercenarios 6). Ni Cruise ha vuelto a estar tan bien ni nunca ha estado tan cerca de llevarse el Óscar (tal vez, muy a la par con Magnolia): de haber ganado, ahora la historia del cine reciente se escribiría de otra manera (chi lo sa...). También, y a pesar de que Stone siguió dando guerra en los 90, la irrupción en esa década de nombres como Tarantino o Rodríguez impusieron unas modas de cine negro irreverente de la que Stone no participó (ahora la polvareda que levantó Asesinos natos parece cosa de niños): por eso, Nacido el 4 de julio es, simbólicamente, un film que marca un fin de época.


9. CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY, de Rob Reiner
Si pensamos en escenas emblemáticas de la última comedia estadounidense, es imposible no citar el orgasmo fingido de Ryan en la cafetería. A principios de década, Sally encontró a Harry, Ryan encontró el filón de la comedia palomitera (también encontró a Hanks, pero esa es otra historia...) y la crítica no le dio ascos a un género tan impopular como el humor con romance de por medio. Con el tiempo puede parecer que una única nominación al Óscar al mejor guión original fuera insuficiente (¿o acaso era mejor Cuatro bodas y un funeral, meganominada y archiolvidada?), pero parte del encanto de la película de Rob Reiner (por cierto, en ese momento en su etapa más productiva: encadenó ésta con Cuenta conmigo, La princesa prometida, Misery y Algunos hombres buenos) es que no ha sido una película especialmente citada, visionada o reivindicada. También hay que reconocerle su ligera irreverencia y su tono desenfadado, detalles que se echan de menos hoy en día (seguramente, a finales de los 80 - principios de los 90 resultaba más fácil poner en pantalla a una mujer libre y libertina, capaz de hacer sombra a los hombres de su entorno y de ponerse el mundo por montera que ahora). La mejor obra de Nora Ephron... y no la dirigió Ephron.


8. SOLO EN CASA, de Chris Columbus
En un mismo año, como da fe esta lista, Joe Pesci interpretó a un mafioso y a la lectura pródica de dicho gángster. La vertiente humorística siempre tiene mayor recorrido, y tal vez por eso Solo en casa (peliculita con suerte... ¡pero peliculita al fin y al cabo!) ha conseguido aguantar veinticinco navidades siendo la risa (que no el hazmerreír) de abuelos, padres e hijos. Una de sus claves reside en desmontar la idea de Navidad ideal y familiar que el cine lleva vendiéndonos desde tiempos inmemoriales: por primera vez podemos hacer lo que nos da la gana, comer guarradas sin remordimientos y pasar de los villancicos, los primos lejanos y el vecino con la zambomba. Todo ello, claro está, en apariencia, porque Solo en casa es más yanki y bienintencionada que la bandera de estrellas y barras. Eso es precisamente lo que nos gusta de ella: la contradicción que encierra, su perfecta estructura de 'placer culpable'. No hay nada que funcione mejor a nivel cómico que ver a alguien caerse por las escaleras o dándose mamporros imposibles (los clásicos del cine mudo ya lo sabían, y ahora la moda se ha vulgarizado en forma de vídeos de whatssap y programas de zapping). También nos encanta saber que Macaulay Culkin ha tenido un 'mal crecer', por decirlo suavemente (formaría, junto a Joel Osment, Lohan y compañía, un particular muestrario de niños malditos). Es lo que tiene Solo en casa: despierta todo tipo de instintos y humores. ¡Ah! Y las partes que siguieron al film del 1990, mejor ni mencionarlas.


7. MUERTE ENTRE LAS FLORES, de Joel Coen 
Los Coen se confirmaron con Muerte entre las flores como los renovadores del cine negro estadounidense. Si Sangre fácil los puso en la picota mediática a mitad de los 80, Muerte entre los flores los situaba como referentes indiscutibles. Tras ésta, Barton Fink, Fargo y siguientes demostraron que lo suyo no era flor de un día. Todavía ahora Muerte entre las flores es la película más depurada de sus autores, un film de aliento atemporal que podría llevar la firma de Coppola y coetáneos. Junto a L.A. Confidential, Seven y Sospechosos habituales, la película de cine negro más importante de los 90, con el permiso de realizadores afines, especialmente productivos en dicha década, como De Palma, Cronenberg, Tarantino, Scorsese o Altman. Una de las obras más inclasificables de la larga filmografía de los Coen: parte del pulso que demostraron aquí lo reproducieron, en una época y en un espacio claramente diferentes, en la oscarizada No es país para viejos. En su momento no llamó demasiado la atención (presencia casi nula en la órbita de galardones y festivales que ahora mima a los Coen), pero el ascenso meteórico de este 'monstruo de dos cabezas' (palabras de Javier Bardem) ha conseguido que las flores sigan vivas veinticinco años después.


6. ¡ÁTAME!, de Pedro Almodóvar
En el 1990 Banderas y Abril eran los actores del momento (ella tuvo tropocientas nominaciones al Goya en una década), Almodóvar seguía al borde del éxito de Mujeres al borde de un ataque de nervios y la crítica empezaba a responder con mayor entusiasmo ante las películas del manchego (hasta que Kika deshizo el hechizo). Situada estratégicamente entre la irreverencia de los 80 y el refinamiento posterior de Todo sobre mi madre, ¡Átame! no sólo es la mejor película de Almodóvar de los 90 (la década más irregular del director), sino que marcó un antes y un después a todos los niveles en el cine español (el film se vió en Berlín y fue el primer título en beneficiarse de la popularidad internacional de su artífice). Dos anécdotas (el varapalo goyesco, la misma noche que ¡Ay, Carmela! arrasó con todo, entendido como el primer capítulo de las relaciones punzantes entre Almodóvar y la Academia; y la polémica fútil que levantó el film en Estados Unidos por su contenido sexual, con preestreno con regalo de consoladores 'submarinos' a las presentes) apenas han empañado el honor de un film que, como su canción final, ha 'resistido' muy bien el paso del tiempo. Si quieren que les rapte un loco tan atractivo como Banderas, o si quieren dar una nueva vuelta de tuerca a la actriz sumisa en pleno Síndrome de Estocolmo, el dvd de ¡Átame! colma los fetiches y los deseos de todos.


5. MI PIE IZQUIERDO, de Jim Sheridan
Con el Óscar todavía reciente de Eddie Redmayne por La teoría del todo, resulta especialmente recurrente volver a Mi pie izquierdo, para muchos la mejor interpretación y exposición cinematográfica sobre la discapacidad (también la mejor obra de Sheridan, aunque muchos defenderán En el nombre del padre o The Boxer, todas ellas con Day-Lewis al mando). Day-Lewis, el actor más intenso que haya parido madre (superando a los clásicos, vivos o muertos, que se quiera: ahí están sus tres Óscar a mejor actor protagonista, marca de libro Guinness), se puso a medio planeta en el bolsillo gracias al artista irlandés Christy Brown. Pudo haber pasado como un biopic más, pudo haber caído en el limbo de los títulos de 'tufo' académico (ahí está Paseando a Miss Daisy, cadáver y Óscar del 90), e incluso pudo haber sido maldecida como el principio de un tipo de drama cuestionable (¿cuántos actores han intentado en los últimos 25 años ganar la estatuilla con un personaje de características similares?), pero Mi pie izquierdo se levantó con el pie bueno y nunca dio su extremidad a torcer (valga el chiste). En lo personal, ha quedado un poco anticuada, y aún así es de esas antigüedades dignas de figurar en el mejor de los museos. ¿Quieren saber lo que vale un peine, qué significa ser actor y cómo se cuenta, sin ñoñerías ni subrayados, una historia que es puro drama? Ahora, en las mejores estanterías cinéfilas.


4. DELITOS Y FALTAS, de Woody Allen
Allen lleva tanto tiempo con el reloj en hora (con película al año... y esperemos que por muchos más) y nosotros llevamos tanto tiempo siendo fieles al maestro neoyorkino que ya hemos perdido la noción de la realidad y de la ficción. Hay tantas buenas películas en la lista que cada uno tendrá su particular 'top' con las mejores creaciones de Allen, pero hay títulos que invitan al consenso. Delitos y faltas es una de ellas, y sólo por eso figura, junto a Annie Hall, Manhattan y Hannah y sus hermanas, en el podio de oro (quien escribe incluye Match Point, más reciente pero de arquitectura perfecta). Puede decirse incluso que el film fue el último gran estreno de Allen, aunque Balas sobre Broadway gustase muchísimo cuatro años después. La imagen de un Allen que a día de hoy parece imposible: sobrio, elegante, certero, crítico, ácido... Un film de dilemas morales, grandes diálogos y momentos de puro goce. El poso bergmaniano es evidente, pero al mismo tiempo es una película de interiores, de esencia norteamericana (por eso resulta más compacta que Otra mujer, por citar sólo un ejemplo). Un clásico de 25 años que, como los mejores vinos, gana cuerpo y sabor con el paso del tiempo. De nuevo, Allen y el tiempo...


3. EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS, de Peter Weir
Si echamos mano de hemeroteca nos daremos cuenta que El club de los poetas muertos no fue una película especialmente taquillera en su momento, tampoco tuvo críticas muy entusiastas (nadie la citó a la hora de configurar las clásicas listas de los mejores estrenos de su año) ni pudo beneficiarse de la gloria del Óscar (paradójicamente, nadie se acuerda que sí ganó el Bafta: aunque cueste creerlo, hace 25 años los premios del cine británico 'molaban'). Con todo, tal vez porque Williams tuvo un periodo especialmente productivo a finales-principios de esa década (El rey pescador, Despertares, Good morning, Vietnam), porque los miembros del 'club' tuvieron una carrera en constante crescendo (Ethan Hawke fue el gran beneficiado) o porque sus retransmisiones televisivas fueron muy sonadas (repetidas y de enorme seguimiento), la película de Peter Weir ha llegado hasta nuestros días como clásico (casi) indiscutible. ¿Que El show de Truman nos parece la mejor obra de Weir? Cierto. Pero al capitán nadie le quita lo que es del capitán. Más si cabe tras el triste fallecimiento de Williams: todos, en mayor o menor medida, nos sentimos sus alumnos (ni LOMCE ni puñetas: ¡el suyo sí era un buen método de enseñanza!).


2. UNO DE LOS NUESTROS, de Martin Scorsese 
Curiosa coincidencia: en la terna por el Óscar pelearon dos película con la mafia como telón de fondo y dirigidas por dos compañeros de profesión y amigos. Uno de los nuestros compartió temporada de premios con El padrino: Parte 3, pero el capricho de las fechas de estreno quiso que la tercera entrega de los Corleone llegara a los cines españoles a inicios de 1991 (decisión salomónica: una fue declarada la mejor película del 1990, y la otra, del año siguiente). En los Óscar, los lobos de Costner se impusieron a todos los gangsters de la lista, pero las anécdotas se quedan en los anuarios, la cinefilia es sabia y la película de nuestro querido 'Marty' ha aguantado muchísimo mejor el examen del tiempo. Ni Ford Coppola terminó teniendo la carrera brillante que prometía en los 70 ni Martin Scorsese ha contado con el apoyo unánime de la crítica, pero ambos están destinados a ser clásicos del cine (ya lo son en vida, de hecho). Incluso los más críticos con Scorsese tendrán que reconocer que Uno de los nuestros es una de las obras más sólidas de su artífice, una película que se codea con los clásicos del género y que ha conseguido dejar huella y ser fuente de múltiples citas. La crítica en bloque se rindió a sus pies y sigue rindiéndole pleitesía en el 2015.


1. PRETTY WOMAN, de Garry Marshall
La leyenda de Pretty Woman no es cosa de un día. Roberts tuvo a finales del 89 y principios del 90 unos meses especialmente brillantes: había sido una de las protagonistas de la temporada de premios gracias a su papel secundario en Magnolias de acero. En marzo de 1990 llenó las salas norteamericanas con Pretty Woman, convirtiéndose en novia de América y revitalizando la carrera de Gere. En otoño llegó a España y el fenómeno se repitió. Los Óscar se acordaron nuevamente de Roberts, pero la estatuílla tendría que esperar diez años más hasta la irrupción de Erin Brockovich. Y mientras Roberts se convertía en icono de una época, de un cine popular y de un modelo de industria, los pases televisivos del film no pararon de cotizar al alza (contar los shares y el número de emisiones nos llevaría horas). Versión moderna de La Cenicienta, todavía imbatible como ejemplo de película romántica con las diferencias y los prejuicios sociales como telón de fondo. Su mérito: imponerse como referente de su género para varias distintas generaciones de espectadores. Ni el propio Marshall, que nunca ha podido superar la sombra de Pretty Woman (su carrera podría definirse como un intento constante y fallido por repetir el pelotazo de ésta), podía imaginarse tanto revuelo. No es la mejor película de la lista, pero sí es la más deseada, la niña bonita, el buque insignia de la promoción del 90.


Otras películas emblemáticas que están de aniversario:
Paseando a Miss Daisy (el drama perfecto para el académico medio)
Los fabulosos Baker Boys (el mejor trabajo de Michelle Pfeiffer)
La sirenita (la primera actualización de los clásicos Disney: le siguieron otras...)
Tiempos de gloria (el despegue de Denzel Washington)
¡Ay, Carmela! (el Saura del consenso)
La guerra de los Rose (simpática pero matona)
Magnolias de acero (el drama perfecto para el académico medio, parte 2)
Drugstore Cowboy (Van Sant y Dillon, iconos underground)
Valmont (siempre ensombrecida por Las amistades peligrosas)
El tiempo de los gitanos (Kusturica, moda festivalera de los 90)
Los sueños de Akira Kurosawa (el genio nipón, en la recta final de su carrera)
Enrique V (una de las películas más sólidas de Kenneth Branagh)
Ariel (Kaurismäki en su etapa más productiva)
Ghost: más allá del amor (quintaesencia del romance de mediatarde)

miércoles, 25 de marzo de 2015

CRÍTICA | CORAZONES ENFRENTADOS (LEFT LUGGAGE), de Jeroen Krabbé


Equipajes
CORAZONES ENFRENTADOS (LEFT LUGGAGE), de Jeroen Krabbé
4 premios en el Festival de Berlín 1998
Bélgica, 1998. Dirección: Jeroen Krabbé Guión: Edwin de Vries, a partir de la novela de Carl Friedman Fotografía: Walter Vanden Ende Música: Hennie Vrienten Reparto: Isabella Rossellini, Maximilian Schell, Jeroen Krabbé, Laura Fraser, Marianne Sägebrecht, Topol Duración: 95 min. Género: Drama. Histórico Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 11/06/1999
¿De qué va?: Chaja empieza a trabajar de niñera para una familia judía ortodoxa. Aunque al principio acepta el trabajo desconfiada y a regañadientes, pronto siente una atracción especial por el hijo pequeño de sus jefes. El niño se siente a gusto con su cuidadora y pronto empieza a hablar. Con todo, Chaja deberá hacer frente a los prejuicios del padre, al miedo de la madre y a la intolerancia del portero del piso donde trabaja.


Pocas películas llevan las heridas de la Segunda Guerra Mundial a espacios tan íntimos, dolorosos y hermosos como Corazones enfrentados. El film nos traslada a la Europa de los años 70, en cuya variedad social coinciden tanto las víctimas de la barbarie nazi como una generación que por edad no vivió el horror. En ese contexto, una joven idealista, afín a idearios liberales y feministas, se da de bruces con la realidad cuando recibe la misión de cuidar los pequeños de una familia judía ortodoxa, un mundo que le resulta ajeno y que al principio no logra entender. Corazones enfrentados, en su comparación de vidas y destinos, ofrece una historia de autodescubrimiento, de reconciliación, de respeto y de comprensión. También es una demostración de los peligros que derivan de cualquier educación basada en el silencio y en la represión. El film evita el drama lacrimógeno, tampoco incide en su contexto histórico y rehuye cualquier tremendismo: tal vez por eso la película termina por tocar la fibra sensible, por impactar a niveles emocionales e intelectivos. Varias escenas se quedan grabadas a fuego en la memoria del espectador por su mezcla de ternuda y frialdad. No figura en la lista de los dramas más recordados de los últimos años, tampoco es una película que veamos en los tops cinéfilos habituales, pero Corazones enfrentados es una película especial, con mucha alma, con temple y convicción. En lo personal, su visionado ha sido todo un descubrimiento. A reivindicar. Carne de remake.


Para ponerse en la piel del otro (nos hace falta).
Lo mejor: Es un cuento liviano y doloroso, todo a la vez.
Lo peor: El título con el que se estrenó en España.

martes, 24 de marzo de 2015

CRÍTICA | ELECTION, de Alexander Payne


Jornada de elecciones
ELECTION, de Alexander Payne
Nominada al Óscar al mejor guión adaptado
EE. UU., 1999. Dirección: Alexander Payne Guión: Alexander Payne y Jim Taylor, a partir de la novela de Tom Perrotta Fotografía: James Glennon Música: Rolfe Kent Matthew Broderick, Reese Witherspoon, Chris Klein, Jessica Campbell, Mark Harelik, Phil Reeves, Molly Hagan, Colleen Camp, Delaney Driscoll, Matt Malloy, Holmes Osborne Género: Tragicomedia Duración: 95 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 29/09/2015
¿De qué va?: En un instituto norteamericano todo está preparado para que arranque la temporada de elecciones. El profesor modélico se levanta por la mañana, entrena en las instalaciones deportivas y aguanta del tirón todo un día de clases. Por su parte, la alumna modélica tiene toda la campaña electoral a punto, los deberes hechos, las lecciones estudiadas y un futuro prometedor por delante. Hasta que ambos se encuentran, se enfrentan, se desquician y dejan entrever su cara menos modélica.


Alexander Payne ha dedicado toda su carrera a explorar y a dignificar la figura del perdedor, encarnado en el norteamericano medio. Election, su segundo largometraje y una de sus películas más lúcidas, es una gran sátira sobre la obsesión norteamericana por alcanzar la cima del éxito, sin importar las consecuencias ni los medios utilizados. Witherspoon da vida a una 'empollona' enervante que pone contra las cuerdas a su profesor (Broderick) y que eclipsa toda la película con su caricaturesco pero reconocible comportamiento arrivista. Payne siempre tiene un pie en lo humano y otro en la comedia teen surrealista, de forma que Election acaba resultando un espectáculo bastante equilibrado: ni demasiado hiriente ni excesivamente accesible, realista a la par que esperpéntico. Election alcanza sus cotas más lúcidas cuando juega a mezclar voces narradoras y hace piruetas de tiempos y montajes, señas de lo que acabaría siendo el indie norteamericano que Payne lleva abanderando desde hace casi dos décadas. Un documento festivo sobre algunas de las directrices de nuestra sociedad: las ganas por aplastar al compañero a toda costa y la interiorización de una jerarquía basada en la competición sucia. Una inteligente deconstrucción del 'american dream' que podría hacer sesión continua con la más dramática American Beauty. Los pasillos de un instituto de la Norteamérica profunda convertidos en pasarelas de la mediocridad y de las conductas imperantes. Para reír a gusto, y al mismo tiempo para sentir un poco de rechazo y afecto por unos personajes que se parecen, aunque nos pese, demasiado a nosotros.


Para los que las prefieren ácidas (las comedias, claro).
Lo mejor: Reese Witherspoon.
Lo peor: Tal vez pierde un poco el norte en su segunda parte (pero sólo un poco). 

lunes, 23 de marzo de 2015

CRÍTICA | PECKER, de John Waters


Fotografiando Baltimore
PECKER, de John Waters
Sección Oficial Festival de Gijón 1998
EE. UU., 1998. Dirección y guión: John Waters Fotografía: Robert Stevens Música: Stewart Copeland y VV. AA. Reparto: Edward Furlong, Christina Ricci, Mary Kay Place, Martha Plimpton, Lili Taylor, Bess Armstrong, Brendan Sexton III, Mink Stole, Patricia Hearst Género: Comedia negra Duración: 85 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 12/03/1999
¿De qué va?: Pecker tiene 18 años, una cámara de fotos, una novia malhumorada, un amigo cleptómano, una familia estrambótica y una energía contagiosa. Una combinación perfecta que llama la atención de una marchante de arte de Nueva York. Pecker, relanzado como fotógrafo promesa, viaja hasta la gran ciudad para recibir su particular baño de multitudes. La fama, pese a todo, pondrá patas arriba la hiperactiva rutina de Pecker.


John Waters, el padre de criaturas tan transgresoras como Pink Flamingos o Polyester, filmó a finales de los 90 una de sus películas más amables. Pecker, otra rareza más dentro de una filmografía llena de bizarradas, fue recibida como la obra más mainstream de su autor, un juicio sesgado porque en realidad estamos ante la película más sincera y autobiográfica de Waters. Aligerada de las exageraciones 'marca de la casa', pero fiel al espíritu bizarro de sus inicios, el padre de Hairspray se sirve de altas dosis de imaginación y energía positiva para contarnos el devenir personal y artístico de Pecker, un joven fotógrafo que captura en sus improvisadas estampas el alocado mundo que le rodea. El protagonista, simbólico álter ego de Waters, conoce el éxito y el fracaso como artista casi al mismo tiempo, una premisa que le sirve a Waters para criticar las tendencias de las élites culturales y la opinión pública, a la vez que defiende la pureza de la vida 'de barrio', desprovista de la superficialidad y fría sofisticación atribuida a la gran Nueva York. Pecker tal vez peca de cierto 'buenismo' y desorden narrativo, y en todo momento pesa sobre ella la sensación de estar asistiendo a un chiste privado de repercusiones muy comedidas, pero también es una cinta tocada por una energía casi contagiosa. A los intérpretes habituales del cine de Waters, hay que sumar un acertado Edward Furlong y una malhumorada Christina Ricci, por aquel entonces rostros muy populares y referentes del indie norteamericano gracias a obras como American History X o Buffalo '66 respectivamente. Un film simpático y a contracorriente, tan único en su especie que no se parece a ningún otro. Un cuento inofensivo en apariencia, pero con mucha mala baba en su interior.


Para amantes de películas sobre los vericuetos del arte.
Lo mejor: Sabe conservar un tono de 'realismo mágico' durante todo el metraje.
Lo peor: Que se interprete como una caricatura.

domingo, 22 de marzo de 2015

CRÍTICA | MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES, de Isaki Lacuesta


Murieron. Y punto.
MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES, de Isaki Lacuesta
España, 2014. Dirección y guión: Isaki Lacuesta Fotografía: Diego Dussuel y Marc Gómez del Moral Música: VV. AA. Reparto: Raúl Arévalo, Imanol Arias, Bruno Bergonzini, Àlex Brendemühl, José Coronado, Eduard Fernández, Ariadna Gil, Bárbara Lennie, Sergi López, Carmen Machi, Ángela Molina, Àlex Monner, Albert Pla, Josep Maria Pou, Pau Riba, José Sacristán, Jaume Sisa, Emma Suárez, Ivan Telefunken, Luis Tosar, Jordi Vilches, Julián Villagrán Género: Comedia Duración: 95 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 24/04/2015
¿De qué va?: Distintos personajes, cada uno a su manera afectado por la crisis económica, se dan cita en un centro psiquiátrico. Tras un motín, la banda decide urdir un plan para acabar con el caos reinante: secuestrar al presidente del Banco Central. Los sinsentidos y disparates están servidos.


Kubrick tenía la pericia de abordar cada género y transformarlo: hacerlo suyo, servirse de sus constantes y al mismo tiempo engrandecerlo. Pero de 'Kubricks' sólo hay uno, y no hay peor movimiento, en la vida y en el cine, que intentar ser alguien que no se es. Lacuesta en Murieron por encima de sus posibilidades juega a ser otro director, y el fallo es tan garrafal, el patinazo es tan catastrófico que la película, por decirlo de la forma más atenuada posible, roza y traspasa las fronteras del mal gusto, del bochorno sin paliativos.

El film ensambla con más o menos fortuna diferentes personajes, diálogos, sketches y salidas de tono con el objetivo de radiografiar cierta histeria colectiva motivada por la crisis económica, pero no nos engañemos: el objetivo de Murieron por encima de sus posibilidades es funcionar como comedia gamberra, como esputo salvaje, como espectáculo desaforado y exagerado. Lacuesta podrá enmascarar el film con muchas monsergas (en San Sebastián subrayó sin éxito que el film es 'de denuncia' y 'con mensaje'... ¡glups!), pero su película quiere ser, simple y llanamente, un gran divertimento. Sintiéndolo mucho, el film no entretiene: sonroja. Hay exageración, sí, pero lo peor de todo es que ese barroquismo también resulta insulso y gratuito. Y, contra todo pronóstico, no hay crítica social: de lo contrario, en cualquier ficción bastaría una mera mención a la crisis para realizar un tratado de la misma, algo que obviamente no sucede. 


Lacuesta gustará más o menos (no nos pertoca aquí valorarlo como cineasta), pero lo que sigue es una obviedad: Murieron por encima de sus posibilidades ganaría enteros pasada por el filtro de, por ejemplo, el Santiago Segura 'atorrentado' o el Bajo Ulloa de Airbag (dicho de otra manera: con menos pretensiones y mayor aplomo cómico). El film, en definitiva, es un tremendo error de cálculo, el intento de un autor 'experimental' por realizar una película 'mainstream' abarcando el público de una y otra orilla. Sintiéndolo mucho, pocos auparán tal pastiche: en Donostia nos quedamos a cuadros y descompuestos. Un descalabro circense que no discurre ni por debajo ni por encima de ninguna posibilidad: simplemente nace, crece y perece en la nada más absoluta. No se recuerda un reparto tan notable, en cantidad y cantidad, y a la vez tan desaprovechado. En otro contexto, Murieron por encima de sus posibilidades bastaría para dar al traste con la carrera de sus responsables. Lacuesta se habrá despeñado, pero no tiene ni un pelo de tonto y sabrá vender el producto como una exquisita ida de olla. Pero si por un momento estáis a punto de caer presos de los cantos de sirena, recordad: Lacuesta no es Kubrick.


Para amantes de los planteamientos radicales.
Lo mejor: 'Pasopalabra'.
Lo peor: Pensar en la película que hubiera podido ser y no ha sido.

jueves, 19 de marzo de 2015

CRÍTICA | EL AÑO MÁS VIOLENTO, de J. C. Chandor



Familia, patria, mafia 
EL AÑO MÁS VIOLENTO (A MOST VIOLENT YEAR), de J. C. Chandor
EE. UU., 2014. Dirección y guión: J. C. Chandor Fotografía: Bradford Young Música: Alex Ebert Reparto: Oscar Isaac, Jessica Chastain, Albert Brooks, David Oyelowo, Christopher Abbott, Peter Gerety, Elyes Gabel, Catalina Sandino Moreno, Alessandro Nivola, Ashley Williams, John Procaccino, Glenn Fleshler, Jerry Adler, Annie Funk, Matthew Maher, David Margulies, Ben Rosenfeld, Pico Alexander Duración: 120 min. Género: Thriller, cine negro Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 19/03/2015
¿De qué va?: Nueva York, 1981. Para la historia de los Estados Unidos, uno de los años con mayores tasas de delincuencia y criminalidad. En ese contexto, un inmigrante intenta hacerse un hueco en el negocio de los transportes y la gestión de energías. Su ascenso social es inmediato, pero tras de sí deja una estela de corrupción, trampas y traiciones difíciles de enmascarar.


J. C. Chandor va camino de convertirse en uno de los directores más importantes de su generación. Con solo tres títulos (El año más violento, estreno hoy jueves, se suma a Margin Call y Cuando todo está perdido), Chandor ha demostrado una habilidad especial para servirse de géneros muy diferentes, confluir influencias artísticas de todo tipo y, sorprendentemente, crear un producto moderno y complejo. Por ello, El año más violento puede entenderse como una versión modernizada de los títulos más celebrados de Lumet, Coppola o Scorsese (o, lo que es lo mismo, del mejor cine negro norteamericano); y al mismo tiempo, en su profundo aroma clásico, el film se desvela como una descripción de la corrupción en todas sus dimensiones y repercusiones, estableciendo claros nexos con el panorama sociopolítico de nuestros días. 


En El año más violento no hay personajes unitarios o patrones de conducta identificables, sino grandes paletas de claroscuros, una gran nómina de ambigüedades; hay acción, pero no una acción vacía o recargada de efectos, al más puro estilo 'blockbuster'; hay un tempo lento, pero nunca cae en el letargo; hay introspección, y aún así en todo momento suceden episodios y se dicen palabras cargadas de significado. El año más violento forma parte de ese grupo extraño, reducido y genuino de películas en las que el espectador piensa constantemente sin darse cuenta, en las que la épica emana de un trabajo impecable de todos sus rubros, tanto técnicos como artísticos, sin que nada ni nadie desentone o eclipse el conjunto. Films, vaya, que apelan a lo atemporal para, tal vez, conquistar lo inmortal. 


Al menos para el que escribe, el parlamento de Jessica Chastain en la oscuridad del comedor de su mansión tiene la intensidad de los mejores monólogos del cine noir, el ataque nocturno a la casa tiene una perversión poco o nada explorada por el cine del S. XXI, la escena final está a la altura de las escenas más míticas del género, la persecución por las vías del tren se codea con el Pollack más lúcido, y las pugnas, los pactos y las tácticas dialécticas en despachos y restaurantes tienen el aroma del mismísimo Corleone. Admito ser el primero que en su momento no comprendió la nada desdeñable Margin Call, pero ahora, con El año más violento sobre la mesa, no me queda ninguna duda de que estamos asistiendo a la confirmación de una carrera superlativa, al despegue de un futuro genio. El año más violento tendrá sus puntos cuestionables (la crítica purista rebajará sus méritos: se codea con vacas demasiado sagradas, y lleva las de perder en cualquier comparativa cinéfila), pero mucho tienen que torcerse las cosas para que no figure entre las mejores películas del 2015.


Para espectadores con sensibilidad clásica que miran al futuro.
Lo mejor: Una Chastain carnívora. 
Lo peor: Su escandaloso ninguneo durante la ya clausurada temporada de premios.

martes, 17 de marzo de 2015

CRÍTICA | PASOLINI, de Abel Ferrara


Pasolini según Ferrara
PASOLINI, de Abel Ferrara
Festival de Venecia 2014: Sección Oficial; Festival de San Sebastián 2014: Perlas de otros festivales
Italia, 2014. Dirección y guión: Abel Ferrara Música: VV. AA. Fotografía: Stefano Falivene Reparto: Willem Dafoe, Ninetto Davoli, Riccardo Scamarcio, Valerio Mastandrea, Adriana Asti, Maria de Medeiros Género: Drama. Biopic Duración: 85 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 19/03/2015
¿De qué va?: Crónica de los últimos días de vida del cineasta italiano Pier Paolo Pasolini antes de su asesinato la madrugada del 2 de noviembre de 1975. Retales de la personalidad y la intimidad de un hombre apegados a su familia y amigos, constantemente requerido por los medios de comunicación y profusamente criticado por su máxima creativa: 'Escandalizar es un derecho. Ser escandalizado es un placer'.

Abel Ferrara, un cineasta que cultiva la sana costumbre de hacer lo que le da la gana y el cine que le place, se acerca en esta ocasión a la figura de Pasolini, nombre clave del séptimo arte. Ferrara se aprovecha del parecido físico de Dafoe con Pasolini (enorme actor en su enésima transformación en la gran pantalla) para acercarnos los últimos días del artista italiano, con una crudeza y un sentido lírico que sorprenderá al espectador. Con todo, lo más chocante, y a la postre decepcionante, es que Ferrara no parece tener demasiada piedad o apego por la persona que retrata. Pasolini, suerte de biopic apócrifo, prefiere quedarse en el ruido, en los episodios más escabrosos (cuestionados y cuestionables) de Pasolini y en una falsaria atmósfera que, intuímos, quiere reproducir torpemente el flujo creativo del personaje. El Pasolini de Pasolini resulta un ser demasiado sombrío, distante y contradictorio, una caricatura, o cuanto menos un esbozo incompleto, del hombre y del artista (curiosamente, Ferrara apenas cita la obra de Pasolini: apela, de nuevo, a los episodios más folletinescos y morbosos). Al final, Pasolini es más la versión desalmada de la muerte de Pasolini (mil veces acallada por unos y discutida por otros), la lectura parcial y subjetiva de un hombre poco humano que, paradójicamente, cayó víctima de sus flaquezas (o, tal vez, sólo de su propia esencia: el film no entra en pesquisas tan interesantes). Lástima que Ferrara apenas sepa recoger la furia del genio italiano, sin radiografiar su cabeza y sobre todo su corazón, y sin hacer suyo el espíritu transgresor y polémico que se atribuía al autor de Las mil y una noches. Un Pasolini sin postizos físicos pero sí emocionales: apenas tiene el lustre de un telefilm de mediatarde.


Para seguir hablando de un cineasta tan moderno como Pasolini.
Lo mejor: Dafoe y el innegable interés cinéfilo de la propuesta.
Lo peor: Su delectación morbosa, que no provocadora, por la muerte de su personaje.

lunes, 16 de marzo de 2015

CINOSCAR AWARDS 2000: PALMARÉS

PALMARÉS CINOSCAR AWARDS 2000
Se han tenido en cuenta todas las películas estrenadas en España
o editadas directamente en dvd entre el 01/01/2000 y el 31/12/2000

Post de NOMINACIONES: Link


MEJOR CONTRIBUCIÓN TÉCNICA
GLADIATOR (EL GLADIADOR)

Nominados: El talento de Mr. Ripley, Las cenizas de Ángela,  
Magnolia, Sleepy Hollow, Stuart Little

viernes, 13 de marzo de 2015

CRÍTICA | 2 OTOÑOS, 3 INVIERNOS, de Sébastien Betbeder


Estaciones emocionales
2 OTOÑOS, 3 INVIERNOS (2 AUTOMNES, 3 HIVERS), de Sébastien Betbeder
Francia, 2013. Dirección y guión: Sébastien Betbeder Fotografía: Sylvain Verdet Música: Bertrand Betsch Reparto: Vincent Macaigne, Maud Wyler, Bastien Bouillon, Audrey Bastien, Thomas Blanchard, Pauline Etienne, Jean-Quentin Châtelain, Olivier Chantreau Género: Comedia dramática Duración: 90 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 13/03/2015
¿De qué va?: Arman tiene 33 años y una vida anodina. Decidido a cambiar su suerte, un día decide salir a correr. En un parque coincide con Amélie, una joven de la que queda prendado. Tras su primer encuentro, seguirán otros, y Arman no tendrá más remedio que dejarse llevar por los avatares del amor y de la vida. La crónica de dos otoños y tres inviernos entre la alegría y la tristeza, el romance y el corazón roto.


El cine francés no atraviesa su etapa más productiva, y ya se sabe: en tiempos de vacas flacas, nada mejor que explotar las fórmulas del pasado. 2 otoños, 3 inviernos, un ejemplo del cine galo outsider que casi nunca se asoma a nuestras carteleras (en definitiva, carne de festival), demuestra la influencia de la Nouvelle Vague en los autores de nuevo cuño, como referente (ético, estético, temático) y como mundo abierto a revisitaciones y mutaciones (en el caso que nos ocupa, con gotas del indie yanki de Reitman, Appatow y compañía). Con esta premisa, 2 otoños, 3 inviernos es todo lo que un espectador con tendencia al gafapastismo puede desear: diálogos introspectivos, largos monólogos, escenas 'arty', montaje a modo de diario personal, personajes entre cercanos y extravagantes, una buena nómina de chistes, una banda sonora con hits frikis y un halo de melancolía que define y toca todas las alas del relato. 


En esencia, la película aporta más bien poco: de nuevo, nos acercamos a esa generación de 'veintibastantes' y 'treintaypocos' que juegan a ser niños grandes o adultos adolescentes, convencida de que la búsqueda de la felicidad lo mueve y justifica todo, tocada por la crisis económica y acostumbrada a (sobre)vivir al borde del precipicio. Con todo, hay que destacar que su posición con respecto a sus referentes (a los dichos anteriormente, podríamos sumar Truffaut o Allen) esconde cierta exageración, ligera impostura, una actitud un tanto vanidosa. Tal vez por eso 2 otoños, 3 inviernos resta abierta a encendidas simpatías y a airadas enemistades, e incluso a ambas visiones a la vez, como si la película, en su entramado episódico, se plegase en dos partes: una, amena y franca; y la otra, pomposa y con excesos de intelectualidad. Un cajón de sastre, en definitiva, lo suficientemente rico como para merecer la atención de la cinefilia más selecta. Una curiosidad que gustará a los que profesan especial devoción por películas declinadas en primera persona.


Para enamoradizos nostálgicos.
Lo mejor: Macaigne, confirmado como rostro del cine francés raruno.
Lo peor: Puede resultar un tanto cargante.