Madre no hay más que una... o tal vez dos
MOMMY, de Xavier Dolan
Representante canadiense al Óscar a la mejor película de habla no inglesa
Festival de Cannes 2014: Premio del jurado. Festival de San Sebastián 2014: Sección Perlas de otros festivales
Festival de Cannes 2014: Premio del jurado. Festival de San Sebastián 2014: Sección Perlas de otros festivales
Canadá, 2014. Dirección y guion: Xavier Dolan Fotografía: Eduardo Noya Música: Eduardo Noya y VV. AA. Reparto: Anne Dorval, Antoine Olivier Pilon, Suzanne Clément, Patrick Huard, Alexandre Goyette Duración: 140 min. Género: Drama social Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 05/12/2014
¿De qué va?: Steve es un chico hiperactivo que tras salir de un centro de acogida se reencuentra con su madre, una mujer viuda, luchadora y con un pasado difícil a sus espaldas. Aunque los dos se quieren y se necesitan, la convivencia pronto se revelará conflictiva. Entre ambos media Kyla, una de sus vecinas, una profesora retirada que esconde un terrible secreto y que se encargará de la educación del adolescente.
Estos últimos meses se ha escrito casi a modo de automatismo que Mommy es la confirmación de Xavier Dolan como gran director. La frase, mil veces repetida en las crónicas cannois, demuestra que para la mayoría de los analistas Dolan era hasta la fecha poco más que un enfant terrible, un provocador precoz. En otras palabras, parece que muchos no se tomaron en serio, o bien no estuvieron al tanto del cineasta genial que se escondía tras las historias y los fotogramas de He matado a mi madre, Los amores imaginarios, Laurence Anyways y Tom a la ferme. Para quien escribe, los prejuicios de la comunidad crítica no se ajustan a la aportación de Dolan al cine contemporáneo, si bien en ocasiones el visionado de sus películas ha quedado supeditado tanto a la propia personalidad de su creador (dibujado como un veinteañero burgués y caprichoso) como a las tendencias que imponen los circuitos festivaleros (y por las cuales se sanciona, o por lo menos se pone en duda que una voz novel pueda estar en la primera línea de la atención de la prensa cinematográfica). Tal vez por eso hay que relativizar la euforia que ha despertado Mommy, así como entender que el cine de Dolan, con sus posibles virtudes y defectos, seguramente no será analizado en su justa medida hasta dentro de unos años, cuando Dolan haya definido sus directrices, sus intenciones y sus horizontes como creador.
Si Mommy suscitó comentarios tan entusiastas, extrañamente unánimes para tratarse de alguien de vocación tan radical como Dolan, puede explicarse, por lo tanto, por otras vías. Estamos sin duda ante la película más humana de su joven responsable, la cinta con la que Dolan presume de una habilidad inédita en sus ficciones a la hora de configurar unos personajes cálidos, con aristas y matices, capaces de transmitir al
espectador una compleja paleta de sentimientos. En este sentido, Mommy
puede entenderse como el reverso, incluso como la continuación natural
de la ópera prima de Dolan: si en He matado a mi madre primaba la
euforia adolescente en rebelión contra una madre ridícula y maligna, aquí tanto la madre como el hijo, ambos con unos comportamientos absolutamente desfasados aunque reconocibles, participan de un mismo desasosiego, ya que de alguna manera son dos partes de un mismo todo (comparten un hogar tambaleante, la ausencia de cariño, la imperiosa necesidad de reivindicarse, hacerse visibles y defender su espacio en el tablero de la desestructuración familiar y social). Dolan, en definitiva, relativiza su mirada, y pasa de las pulsiones juveniles al estudio complejo de la familia, sus condicionantes y sus participantes. Dolan, vaya, ha dejado de ser el artista que tomaba el cine como un esputo teen con sabor a ajuste de cuentas personal (He matado a mi madre) o como un juego de texturas y trucos visuales (Los amores imaginarios). Méritos suficientes para considerar a Mommy un gran avance, aunque no el paso definitivo, de una carrera tan atractiva como desconcertante.
Con todo, Mommy dista de ser una propuesta redonda, y no lo es precisamente porque Dolan, pese a su innegable y creciente dominio del medio cinematográfico, sigue apegado a constantes poco satisfactorias. A la contra de sus anteriores trabajos, despliega todo su potencial
cuando describe, escudriña y dilapida el triángulo maternal y afectivo
de la película (las tres interpretaciones protagonistas son, sin
exagerar, prodigiosas). El aspecto más cuestionable de Mommy es su tendencia al subrayado, al exceso, al barroquismo narrativo. Da la sensación de que Dolan quería abarcar mucho y que al final tan sólo ha apretado una parte de sus pesquisas: el film no convence como supuesta distopía (nos sitúa innecesariamente en un Canadá futuro), no acaba de equilibrar sus aportaciones musicales (mientras que, por ejemplo, el track del grupo Oasis ayuda a definir el estado de ánimo del protagonista, en otros cortes las canciones simplemente ambientan la escena y la convierten en un videoclip ramplón, como sucede con la canción de Dido), y tampoco resulta creíble la ristra de falsos finales que eclipsan el último tramo del film.
Seguimos detectando un estilo engolado, algo pagado de sí mismo, pero con pequeñas demostraciones de brillantez a la hora de tratar las interioridades de sus personajes. En lo personal, sigo quedándome con el ejercicio noir de Tom à la ferme (título en el que, por cierto, ya se jugaba con el scope de la imagen, si bien los cambios de las dimensiones de la imagen tienen en Mommy una lectura metafórica de la que carecía su anterior trabajo, tal vez por tratarse de una trama eminentemente atmosférica), y tampoco me desagrada el Dolan más intuitivo y exhibicionista que no disimula su vinculación a la corriente queer (sobre todo, el de Los amores imaginarios), pero Mommy, gustos aparte, es una película con garra, con capacidad de poner en jaque nuestra mirada y nuestro endamiaje emocional. Uno de los títulos más importantes del 2014.
Para curiosos, defensores, escépticos o desconocedores del 'sello Dolan'.
Lo mejor: Clement, Dorval y Pilon.
Lo peor: Le sobran ases en la manga y unos veinte minutos de metraje.
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Buenísima crítica Xavier. O dicho de otro modo: estoy totalmente de acuerdo contigo. Estábamos entusiasmados con el cine de Dolan y Mommy nos ha decepcionado. Sin lugar a dudas, su peor película. Saludos.
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