martes, 7 de octubre de 2014

SITGES 2014 | DÍA 4 | One on one, The Voices, Stereo, Honeymoon, Réalité (Reality), A Girl Walks Home Alone At Night

One on One, de Kim Ki-Duk (Corea del sur, 2014). Sección Noves Visions Ficció.
La semana empieza a pleno rendimiento en Sitges. Los visionados de la jornada han subido el nivel general gracias a autores fieles a su estilo (Ki-Duk, Dupieux), otros que han cambiado notablemente su mirada (Satrapi) y nombres que marcarán el futuro del cine fantástico (Erlenwein, Amirpour). Cuarto día en la capital del cine más extremo y el cansancio empieza a asomar entre los presentes: confesamos que en alguna sesión hemos cerrado los ojos por pura necesidad biológica. Pero que no decaiga el ritmo: os dejamos con la cuarta reseña de esta edición número 47 de Sitges.

The World of Kanako, de Tetsuya Nakashima (Japón, 2014). Sección oficial a concurso.

De Kim Ki-Duk uno se espera cualquier cosa. El coreano se ganó el aplauso cinéfilo gracias a obras como Hierro 3, La isla o Samaritan Girl, pero su filmografía ha distado de ser regular pese a los recientes premios obtenidos en Cannes (Arirang) y Venecia (Pietá). Ki-Duk, con sus más y sus menos, sigue siendo un nombre de peso internacional: siempre tenemos curiosidad por conocer la última extravagancia del cineasta asiático, por lo que la inclusión de One on One en el escaparate sitgense es totalmente coherente. El balance es positivo: Ki-Duk retoma su cine más oscuro, aligerado de las piruetas visuales y de los tics pseudolíricos de sus inicios. El film empieza como un ejercicio de cine negro y termina como una tragedia de Shakespeare con los personajes en constante verborrea y en plena catarsis. Ki-Duk cuenta la historia de un grupo de justicieros anónimos que se dedican a torturar a los responsables del asesinato de una mujer. One on One no escatima en detalles: vemos a cada implicado sufriendo las vejaciones de los protagonistas, una estructura un tanto anodina que resta potencia a la película. No es una obra sutil, desconoce las elipsis y tal vez subraya demasiado su discurso crítico con el gobierno coreano y sus políticas sociales, pero en general deja la sensación de que Ki-Duk sigue mereciendo figurar entre los más grandes del audiovisual contemporáneo. Al menos es una de las pocas películas presentes en Sitges que incluye el habitual menú violento en un contexto político y social concreto y reconocible, y que incluso utiliza los resortes del cine fantástico para establecer un interesante debate sobre los límites del 'ojo por ojo, diente por diente'. La cinta, en otras palabras, va más allá del mero divertimento... y lo agradecemos.

Réalité (Reality), de Quentin Dupieux (Francia, 2014). Sección oficial a concurso.
El que sí sabe cómo divertir a la platea de Sitges es Quentin Dupieux, elevado a los mismísimos cielos del séptimo arte alternativo desde el estreno de Rubber. Wrong Cops se vio el año pasado en el Auditori de la ciudad, y hoy se ha repetido escenario para la proyección de la nueva pirueta del francés: Réalité. Si Ki-Duk busca trascender, Dupieux, aunque pueda parecer lo contrario, únicamente aspira a trazar un cine desenfadado para espectadores ávidos de fórmulas e historias differentes. Réalité puede verse como una sucesión de metáforas sobre el poder de las imágenes y la capacidad de manipulación del cine, pero la película se sostiene por lo que es: una suma de gags curiosísimos con personajes extravagantes que su encuentran y desencuentran mediante mecanismos igual de inversemblantes. Réalité, en definitiva, se disfruta o se aborrece de forma directa e impulsiva, nada racional. Vaya, que no estamos ante Caché (Escondido), Holy Motors o Magical Girl (por citar tres títulos conectados con el cine fantástico y con un entramado filosófico más que evidente), pero tampoco hace falta. Ver a Chabat ensayando alaridos para su película, a Bouchez intentando controlar a su marido o a la niña protagonista visionando el VHS que ha encontrado en las tripas de un ciervo muerto (sí, han leído bien) es una de las experiencias más gozosas que nos ha dejado Sitges este 2014. Puede resultar una tontería, algunos la tacharán de pedante y otros reivindicarán a un Dupieux menos difuso a lo que argumento se refiere. Para gustos, colores: personalmente es la mejor obra de su director.

The Voices, de Marjane Satrapi (EE. UU., 2013). Sección oficial a concurso.
Y de autores que siguen fieles a su sello pasamos a un nombre que hoy ha presentado una película absolutamente irreconocible. Lo nuevo de Marjane Satrapi no tiene nada que ver con Persépolis o Pollo con ciruelas: The Voices es una comedia de terror protagonizada por un Ryan Reynolds dispuesto a ampliar sus campos interpretativos, detalle que aplaudimos (aquí da vida a un asesino que habla con sus mascotas y que colecciona las cabezas de sus víctimas en la nevera de su casa: nada que ver con los registros más serios de Buried (Enterrado) y La morada del miedo). Satrapi parece norteamericana de nacimiento, e incluso se diría que su estilo bebe de la serie B yanki. Ver para creer, porque The Voices parece firmada por un cachondo con solera. El film aporta nuevos frentes a la figura del asesino en serie, casi todos gracias a un original humor negro que rebaja gravedad a la película al mismo tiempo que respeta a sus personajes como lo que son: voces imaginarias dentro de una mente perturbada. La platea se reía de lo lindo con las intervenciones mordaces del gato de Reynolds. Del film también se recuerdan fotogramas como los del protagonista clasificando la carne despedazada de su amada en distintos tuppers de cocina. Esperemos que la presencia en el reparto de rostros tan conocidos como Anna Kendrick y Jacki Weaver permita su estreno en salas. Y si llega a los cines, vaticinamos que será un éxito en sesiones nocturnas.

A Girl Walks Home Alone At Night, de Ana Lily Amirpour (EE. UU., 2014). Sección oficial a concurso.
De Lily Amirpour, una jovencísima artista iraniana, teníamos muy pocas referencias, pero hoy se ha bautizado en Sitges por todo lo alto: Amirpour, presente en la sala, ha comparado el subidón de estar en Sitges con una sobredosis de ácido. Podría decirse que A Girl Walks Home Alone At Night se sirve de muchas sustancias psicotrópicas (el film es 'un flipe' en toda regla), pero no seríamos del todo justos con una película que ofrece más de lo que parece. Seguramente estamos ante uno de los pocos trabajos sitgenses en los que se detecta una voz nueva y personal con muchas ganas de contar historias mediante estrategias todavía no exploradas. Esta ópera prima, sin ir más lejos, presume de un titular de lo más potente: ser el primer western vampírico del cine iraní (dicho medio en broma medio en serio). Amirpour no inventa nada nuevo, pero su largometraje hace gala de una fotografía estilizada, grandes juegos de luces y unos personajes marginales que sumen al espectador en una experiencia malsana e hipnótica. El guion no está todo lo perfilado que desearíamos, pero su riesgo merece con creces figurar entre las propuestas más rompedoras de la sección oficial. Es demasiado pronto para decir si hoy ha nacido o no una estrella del cine fantástico, pero maneras no le faltan. Para bien o para mal, A Girl Walks Home Alone At Night es tan inolvidable como su largo título. Si al jurado del certamen le va la marcha, estará en el cuadro de ganadores.

Stereo, de Maximilian Erlenwein (Alemania, 2014). Sección oficial a concurso.
Maximilian Erlenwein también ha viajado hasta Sitges para presentar Stereo, su segundo largometraje. Desde su estreno en la Berlinale, el film ha viajado por numerosos festivales, y su paso en Sitges corrobora su notoriedad como uno de los films europeos más cacareados de la temporada. La presencia en el reparto de Jürgen Vogel y Moritz Bleibtreu (el primero, protagonista de La ola; el segundo, de Corre, Lola, corre) han aumentado las ganas por ver el film, pero tras la proyección el sabor de boca ha sido un tanto desigual. Stereo explica la historia de un hombre que es acosado por un fantasma, y a partir de aquí se cuenta el pasado del personaje y la significación de ese 'doble' que amenaza al protagonista justamente cuando éste está atravesando uno de los momentos más estables de su vida. Stereo no canaliza bien los géneros en los que se inspira, y el resultado final agolpa de forma descompensada el thriller psicológico con el cine de acción criminal, este último con planos de una concepción visual y vacuidad narrativa propia de Nicholas Winding Refn. Erlenwein ha confesado en Sitges que el cine alemán se prodiga poco en terrenos de terror y ciencia ficción: de ser esto cierto, apreciamos el riesgo de la película, pero tal vez esa falta de tradición hace que la película resulte de todo menos coherente y compacta. Con todo, está bien hecha y puede gustar a espectadores que no suelen apostar por el tipo de cine que triunfa en Sitges. No nos extrañaría, en resumen, que pudiese colarse en el palmarés, aunque esté a años luz de Borgman y compañía.

Honeymoon, de Leigh Basset (EE. UU., 2014). Sección Fantàstic Panorama.
Acabamos la ración sitgense del día con Honeymoon, una obra más dentro de la ya conocida fórmula del nuevo horror estadounidense: pocos escenarios, contadísimos personajes, explotación del found footage y una premisa narrativa potente con final abierto y capacidad para convertirse en trending topic viral. Honeymoon tiene truco, pero como sucedía con Creep sabe reciclar sus limitaciones como sello identitario. En pantalla vemos la luna de miel de dos tortolitos que sólo piensan en hacer el amor, pasear por el bosque, chapucearse en el lago y disfrutar de unos días lejos del ajetreo de la gran ciudad. Obviamente el argumento toma derroteros poco felices: en este caso, el terror sirve para poner sobre la mesa las dudas de los recién casados y funciona como expresión de esa falsa felicidad de postal por la que apuesta cierto cine mainstream (y que el film satiriza con acierto en sus títulos de crédito). Por desgracia, su factor paranormal no tiene demasiada explicación (hay una bestia de por medio con una fijación vaginal bastante inquietante... decir más sería spoiler), pero la película se ve de un tirón y se le pueden reprochar pocas cosas (mantiene en alerta durante su hora y media de metraje, algo significativo).

Mañana seguiremos comentando toda la actualidad de Sitges. ¡Gracias por leer el blog!

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