martes, 28 de octubre de 2014

CRÍTICA | [•REC] 4: APOCALIPSIS, de Jaume Balagueró


Infección en alta mar
[•REC] 4: APOCALIPSIS, de Jaume Balagueró
Festival de Sitges 2014: Film inaugural
España, 2014. Dirección: Jaume Balagueró Guion: Jaume Balagueró y Manu Díez Fotografía: Pablo Rosso Música: Arnau Bataller Reparto: Manuela Velasco, Mariano Venancio, Héctor Colomé, Paco Manzanedo, María Alfonsa Rosso, Carlos Zabala, Críspulo Cabezas, Emilio Buale, Paco Obregón Duración: 90 min. Género: Terror Tráiler: Link Estreno en España: 31/10/2014
Reseña del film, Crónica 1, Sitges 2014: Link
¿De qué va?: Tras manifestarse un extraño brote viral en un edificio de Barcelona y en una zona cercana donde se celebraba una boda, un equipo formado por médicos, investigadores y militares evacuan en una embarcación a los pocos supervivientes para analizar la infección. Ángela Vidal es estudiada durante una semana y todo parece indicar que no es portadora del virus. Sin embargo, la situación dista de estar controlada y las alarmas se vuelven a encender cuando la infección empieza a extenderse por todo el barco. Ángela deberá volver a iniciar una lucha por la supervivencia: ahora los zombis se encuentran en los camarotes y en los pasillos estrechos de la nave.


Cuando Balagueró planteó el primer [•REC] no podía prever que la crónica de una invasión zombi en un bloque de pisos barcelonés generaría tanta pasión entre los fans del terror. Balagueró acertó en la trama, pero sobre todo en la manera de plantearla: ese 'grábalo todo, por tu puta madre' convertido en forma y ética de la nueva telerrealidad. Pero más allá de la novedad de la primera película, la premisa quedaba bastante limitada a nivel expresivo, a la vez que quedaba abierta a infinidad de giros, cambios, revisitas y amagos de precuelas y secuelas. Teniendo en cuenta todo ello, puede considerarse que la saga [•REC] al completo ha tomado un rumbo coherente. Los cuatro films dibujan un todo irregular y cuestionable, pero también hay que valorar ese cómputo de obras tanto desde la fidelidad de Balagueró y Plaza a los clásicos del terror como a su constante reinvención de principios: a excepción de la segunda película, más apegada a la trama inicial, puede considerarse que el resto de largometrajes han jugado a seguir pero sobre todo a pervertir en tono y contenido lo expuesto en las entregas anteriores. Por eso, el estreno de [•REC] 4: Apocalipsis pone de manifiesto la solidez de [•REC] como experimento único, como gran contenedor de ideas, subgéneros y constantes de ese cine de terror que Balagueró y Plaza convirtieron primero en una pasión y luego en una profesión.  

[•REC] 4: Apocalipsis, el colofón de la serie, es una película de técnica irreprochable que respira una convicción realmente admirable: Balagueró se cree la historia y disfruta con cada animalada de su criatura. El film, vaya, tiene un gran sentido del humor, una capacidad de autoparodia y reseteo interno muy similar a la de [•REC]³: Génesis. También una extraña seriedad, una tendencia a la acción voluptuosa con escenas aparatosas, carreras en espacios cerrados y un sentido del espectáculo muy cercano al cine norteamericano de los 80: la memoria nos lleva indudablemente al primer [•REC], con un recurrente cambio de escenario (los pasillos estrechos de un barco) y una heroína muy diferente (la Ángela Vidal tímida y acobardada de hace siete años es aquí una amazonas que no duda en defenderse con un arma tan curiosa como la espiral del motor de una lancha, cual Teniente Ripley en plena lucha por sobrevivir). 


Como resultado, el hecho de que [•REC] 4: Apocalipsis resulte un film más o menos satisfactorio depende en gran medida de la capacidad de la platea para valorar esa parte graciosa y esa vertiente seria que conviven y chocan durante todo el metraje. Balagueró ha llevado tan al límite el principio de 'grabarlo todo' (o lo que es lo mismo, poner en primer plano todas las variaciones sangrientas y argumentales posibles de las que es capaz en 85 minutos) que [•REC] 4: Apocalipsis funciona a un ritmo muy desfasado que sólo podrán apreciar los fanáticos del desenfreno (de ahí que su estreno se haya realizado en un marco tan afín a las pasiones oscuras como Sitges). Mientras que el film de Plaza se disfrutaba desde la incorrección, como si entre el director y el espectador hubiese un pacto tácito para no tomarse nada demasiado en serio, en [•REC] 4: Apocalipsis sí hay una voluntad por hacer un film de aventuras recio, de clara influencia yanki, y por eso no acaba de convencer el dibujo poco perfilado de personajes, las pobres interpretaciones de algunos miembros del reparto y sus rodeos a la hora de cerrar la infección zombie (conclusión, cómo no, que puede leerse como el nuevo inicio de una quinta parte). 

Nos quedamos, en definitiva, con la parte primera (por su pericia a la hora de reatualizar el found footage heredero de El proyecto de la bruja de Blair) y tercera (por su consciente vinculación a la serie B), aunque no hay que restar méritos a este apocalipsis que dará mucha vida a la cartelera de este Halloween. [•REC] 4: Apocalipsis confirma a Balagueró como un cineasta muy bien dotado a la hora de trazar crescendos finales y vuelve a demostrar la capacidad de nuestro cine por abordar todos los géneros con una soltura realmente admirable (algo que, a juzgar por los visionados sitgenses, no puede decirse de todas las cinematografías europeas). Si hay algo realmente positivo de [•REC] 4: Apocalipsis es que, aun resultando excesiva, deja con ganas de más, con la sensación de que todavía se puede retorcer más la idea surgida hace ahora siete años: solo por eso vale la pena visionar una película que, si bien como film independiente no es demasiado remarcable, sí pasará a la historia como capítulo del conjunto salvaje al que pone punto y final. ¿O solo punto y seguido? Estaremos atentos...


Para los que se divirtieron con los tres [•REC].
Lo mejor: Sus impecables 10 minutos finales.
Lo peor: Hay acción, pero no personajes. 

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