sábado, 20 de septiembre de 2014

CRÍTICA | CÉSAR CHÁVEZ, de Diego Luna


¡Huelga!
CÉSAR CHÁVEZ, de Diego Luna
México, 2014. Dirección: Diego Luna Guion: Keir Pearson y Timothy J. Sexton Fotografía: Enrique Chediak Música: Michael Brook Reparto: Michael Peña, America Ferrara, John Malkovich, Rosario Dawson, Wes Bentley, Gabriel Mann, Jack Holmes, Héctor Suárez, Noé Hernández, Kerry Adra, Duncan Bridgeman Género: Biopic. Drama social Duración: 100 min. Tráiler: Link
¿De qué va?: César Chávez se trasladó de pequeño con su familia al sur de California. Su experiencia como jornalero, y sobre todo los pocos derechos sociales de los trabajadores, le alientan para librar una de las luchas más difíciles. Ya adulto, padre de familia y ciudadano comprometido, se enfrenta a la incomprensión, la inseguridad política y los prejuicios de la sociedad norteamericana de los años 60. Chávez consigue ser el abanderado del movimiento no violento más importante de la historia de los Estados Unidos, y poco a poco se convierte en un símbolo para miles de trabajadores agrícolas del sur estadounidense.


En un momento de la película, César Chávez (Michael Peña) se lamenta de que su hijo se ha vuelto demasiado norteamericano, y por lo tanto que ha olvidado las raíces latinas de sus ancestros. Lo mismo podría decirse del film de Diego Luna, un producto que cede ante la forma de narrar y la mirada típica del cine yanki, o lo que es lo mismo, a la fórmula mil veces reproducida del biopic 'bigger than life', traicionando la esencia de su figura protagonista. Luna no pretende desvirtuar a su homenajeado, más bien lo contrario, pero su escasa seguridad en la dirección cinematográfica se hace notar en cada momento. Ni tan siquiera las interpretaciones de Malkovich, Ferrara o Dawson ayudan a remontar el conjunto. El film, como resultado, termina víctima de su correctismo y de un ritmo poco o nada ameno. La historia nunca discurre interesante, nunca emociona, e incluso roza lo inverosímil cuando quiere contarnos el drama de Chávez durante su huelga de hambre o la mala relación que mantuvo con su hijo durante largos años. A Luna se le reconoce el empeño, incluso le aplaudimos el hecho de querer acercar al público norteamericano una personalidad no siempre reivindicada como la de Chávez, pero difícilmente puede convencernos con un film cuyo formato y argumento hemos visto mil veces, la mayoría de ellas con más pasión. No ponemos en duda la interesante mística de Chávez, pero Luna nunca consigue que su héroe nos convenza de su causa. César Chávez, en definitiva, queda a la espera de un retrato cinematográfico más preciso y, sobre todo, más vigoroso.



Para reivindicar la figura de Chávez.
Lo mejor: Michael Peña, por fin con un papel protagonista.
Lo peor: Su correctismo. ¿Chávez hablaba en inglés con su familia y amigos? Lo dudamos.

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