martes, 10 de junio de 2014

CRÍTICA CSF: ELISA, VIDA MÍA, de Carlos Saura


ELISA, VIDA MÍA, de Carlos Saura
Largometraje nº 7. Cinoscar Summer Festival 2014: Sección oficial a concurso
España, 1977. Dirección y guion: Carlos Saura Duración: 120 min. Género: Drama familiar Fotografía: Teo Escamilla Música: Erik Satie, J. P. Rameau y G. Mainiero Reparto: Fernando Rey, Geraldine Chaplin, Isabel Mestres, Joaquín Hinojosa, Norman Briski, Ana Torrent
Elección y presentación de Alberto Tovar: "Desde su propia concepción original, pasando por el apoyo expresivo de las diversas artes, Elisa, vida mía se convierte en un extraordinario ejercicio de introspección y reflexión. Reflexión de amplias dimensiones que no sólo se contenta en desglosar la psicología emocional de cada uno de los dos protagonistas de esta extraña relación, sino que también quiebra las precisas fronteras literarias y cinematográficas antojándose como una excelente pieza de metaliteratura, finalizando con un constante en la obra de Saura: ese recuerdo herido de un período represivo vivido durante más de 30 años. Todo este conglomerado desarrollado con absoluta maestría. Maestría que te hace temblar por sumergirte bajo tanta belleza en una especie de hipnosis que no puede estar mejor liderada que por dos grandes y sobresalientes trabajos interpretativos de Fernando Rey y Geraldine Chaplin. Absoluta obra maestra del genio Carlos Saura".


¿De qué va?: Luis es un profesor a punto de retirarse que vive solo en una casita en mitad del campo. Un día, la soledad que reina en la vida de Luis se rompe cuando su hija Elisa decide irse a vivir con él durante unos días. Elisa quiere alejarse de un matrimonio ya roto, y Luis está escribiendo una narración autobiográfica en la que su familia ocupa un papel protagonista. Pronto las realidades de Luis y de Elisa confluyen y se confunden, los textos de Luis adquieren nuevos significados y narradores, y algunas de las confesiones que se hacen los protagonistas llegarán a alterar el devenir de ambos.
Palmarés: Palma de oro al mejor actor para Fernando Rey en el Festival de Cannes 1977. Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos de España al mejor director para Carlos Saura.


Reseña Xavier: En la primera edición del Cinoscar Summer Festival pudimos visionar y reseñar Cría cuervos..., seguramente la película más importante del cine español de los 70 por ser una descripción de la España de posguerra y un claro presagio de los tiempos que estaban por venir, con el dictador ya en la tumba. Elisa, vida mía, película que sigue a Cría cuervos... en la filmografía de Carlos Saura, perfectamente podría entenderse como un despertar y una dependencia de los tiempos oscuros, de nuevo partiendo de las relaciones familiares, y de nuevo con una historia íntima y misteriosa, llena de magia y giros inesperados. Con todo, Elisa, vida mía me recuerda, ni que sea por su vinculación al mejor cine de relaciones 'padre-hija', a dos títulos clave posteriores: El nido de Jaime de Armiñán y El sur de Jaime de Armiñán. Al inicio de Elisa, vida mía vemos un coche acercándose a un caserío perdido en mitad de la nada mientras un narrador inconcreto nos cuenta la historia de un viaje (arranque, por cierto, análogo al de Mamá cumple 100 años). Pronto Saura difumina lo que parece un retorno a la casa familiar y llena su relato de una trabajada ambigüedad: no sabemos qué viaje, físico o psíquico, es el más importante, ni tan siquiera cuál es la identidad de la voz narradora, y con ella la perspectiva sobre la que se asienta toda la historia (puede ser, en definitiva, la autobiografía del padre, la evocación del padre por parte de la hija, o la evocación del abuelo por parte del padre, todo en un bucle sin fin de redes de parentescos y afectos con un traslado visible entre el campo y la ciudad). También sorprende el hecho de que estemos ante una película que parece dibujada en tonos claros, casi invisibles, formando una crónica del desconcierto: el padre cuenta una historia a la hija que luego tiene su reflejo en una escena lorquiana, con Geraldine Chaplin imitando a la novia ensangrentada del poeta; y a su vez la hija cuenta una historia al padre, que sirve, quién sabe, de preludio para la transposición de cuerpos y almas que encierra su enigmático final. En medio hay escenas tan bellas, de composición pictórica, como la secuencia en que Chaplin se despierta mientras está amaneciendo o el momento en el que el padre da clases a sus alumnas. Puede que no llegue a las cotas de emoción de El nido ni llegue a poseer la mística de esa película-mundo que es El sur, o puede que Elisa, vida mía precise de más visionados: lo cierto es que esta segunda incursión de Saura en el festival lo reivindica como gran autor de nuestro cine, poseedor de un universo personalísimo. Curiosamente Saura, sintiendo que había aspectos de la trama que no estaban claros o que directamente no se contaban en el film, escribió una novela trazando una historia paralela de la filmada en los 70: tal vez la lectura del libro nos dará la clave para descifrar en toda su dimensión uno de los grandes largometrajes-enigmas de esta segunda edición.


Reseña Mayra: Elisa, vida mía es una película llena de reflexiones y preguntas existenciales, tan difíciles de responder como el enigma que nos narra la película, bordeando el tema de los temores, de la comunicación y de las traiciones. Todo ello bajo el argumento del acercamiento entre un padre y su hija, que más bien es la excusa o el hilo conductor para adentrarnos en las profundidades de los personajes, sus dudas y sus temores, y desarrollar así una historia montada de manera nada cronológica que se funde entre lo que bien pueden ser los escritos del padre, los recuerdos del pasado o incluso el mismo presente. Elisa, vida mía contiene muchos diálogos interesantes y bien escritos, un montaje que a ratos crea cierto aire de suspenso e incluso de terror, una fotografía muy buena y acordes interpretaciones protagónicas, pero aun así siento que este film no llega al nivel de solidez narrativa de films como Cría cuervos... (que, cabe decirlo, es mi favorito).


VALORACIÓN DE LA CRÍTICA

Es su undécima película y una de las más relevantes de su filmografía. Interpretada por Fernando Rey y Geraldine Chaplin, la película se convirtió en su momento en uno de los grandes éxitos del director oscense. Ángela López, El Mundo

En 'Elisa, vida mía', la alusión a la España del momento es más indirecta (con respecto a Cría Cuervos...), pues el espectador asiste a un drama más introspectivo e intimista, centrado en la relación de una hija (Geraldine Chaplin) con su padre (Fernando Rey), que ha decidido abandonar el mundo y vivir retirado en el campo. Sí es importante, desde luego, la reflexión sobre el pasado y las continuas referencias a la literatura y al arte. Joaquín Juan Penalva, El espectador imaginario

La película, para el que escribe al menos, ha sido una total decepción. El rigor de 'Cría Cuervos...' brilla por su ausencia. Saura vuelve a unos juegos psicológicos, temporales y simbólicos que creíamos olvidados. El tema era prometedor... Saura lo desarrolla de forma torpe y ambigua. Los actores nunca han estado tan mal en un film de Saura. La película es un bache lamentable en la carrera de su autor. Fernando Trueba, La guía del ocio, a partir del fragmento que presenta Agustín Sánchez Vidal en 'El cine de Carlos Saura: Tipología de una recepción'

Si 'Doctor Zhivago' le dio popularidad, 'Elisa, vida mía' de Carlos Saura consagra a Chaplin como una de las mejores actrices del Festival de Cannes 1977. Positif, según el fragmento recogido por Culturaslismi.com

Nota Filmaffinity: 6'8 - Nota IMDB: 7'3


VALORACIÓN DEL FESTIVAL

Elisa, vida mía es candidata a 4 PREMIOS DEL FESTIVAL:

Mejor actor protagonista: FERNANDO REY
Mejor actriz protagonista: GERALDINE CHAPLIN
Mejor guion original: CARLOS SAURA
Mejor fotografía: TEO ESCAMILLA


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