martes, 11 de marzo de 2014

Crítica de RECURSOS HUMANOS, de Laurent Cantet

Conciencia de clase
RECURSOS HUMANOS (RESSOURCES HUMAINES), de Laurent Cantet (Francia, 1999)
¿De qué va?: Frank es un joven que está a punto de empezar sus prácticas universitarias en la fábrica donde su padre lleva trabajando desde hace muchos años. Frank deja París y vuelve a la casa familiar con la intención de conocer el mundo empresarial desde dentro. En calidad de becario, Frank tiene acceso a los principales despachos de la fábrica y labra una notable amistad con los jefes de su padre y de su hermana. Frank idea un plan que entusiasma a todos: mediante una encuesta, la dirección conocerá la opinión de sus trabajadores sobre la inminente reducción de horas laborales a la semana, una medida que cuenta con la negativa de los sindicatos. Un día Frank descubre las verdaderas intenciones de los directivos: el trabajo de Frank es una tapadera para reducir la plantilla y despedir a los trabajadores que llevan más años cotizados, entre ellos su padre. Frank se debate entre ser fiel a sus ideales o luchar por sus intereses como futuro licenciado...
Palmarés: Mejor ópera prima en los festivales de San Sebastián y Turín. EFA a la mejor ópera prima europea del año 1999. Triple reconocimiento en el Festival de Amiens, mejor película y premio del público del Festival de Buenos Aires, mejor guion del Festival de Thessaloniki y premio del jurado del Festival de Seattle. Protagonista de la temporada de premios francesa de su año: premio Lumière a la mejor interpretación debutante (Jalil Lespert), mejor primera película para el Sindicato de Críticos Cinematográficos de Francia y César a la mejor ópera prima y actor novel.
El dato: Cantet, uno de los descubrimientos de finales de los 90, pronto se convirtió en uno de los grandes renovadores del cine social en Europa con El empleo del tiempo, Hacia el sur, La clase (Palma de oro) y Foxfire (premio de interpretación en San Sebastián). Lespert trabajó posteriormente para los grandes directores de su país (Guédiguian, Resnais, Canet, Jacquot, Beauvois) y dirigió dos films, inéditos en España: 24 mesures y Des vents contraires.


Reseña: Fernando León de Aranoa dijo hace poco que tenía la sensación de que no se le echaba de menos en el cine español porque sus películas, especialmente Barrio y Los lunes al sol, aparecen todos los días en los periódicos y han ganado actualidad y capacidad expresiva con el paso de los años. Lo mismo podría decirse de Recursos humanos, título francés que se ve beneficiado por la crisis que actualmente atraviesa la otrora Europa del bienestar. El estudio minucioso que hace Cantet sobre las clases sociales y el espíritu obrero, así como los límites que deben mediar en las directrices de las políticas laborales, es más recurrente ahora con la cola del paro más larga y la palabra ERE en todos los carteles. Pero la suerte de Recursos humanos no se debe únicamente a una funesta coincidencia de la ficción con la cruda realidad que atravesamos, sino a un guion nada maniqueo y muy inteligente, de mensaje atemporal y universal, que funciona con la precisión de un sabio jugador de ajedrez que sabe mover todas sus fichas en beneficio de todas las partes implicadas. Recursos humanos es una película sencilla, de estilo naturalista pero serio, sin la cámara en mano y la exaltación de la fealdad que sigue de moda en el cine de corriente social (ya en ese no tan lejano 1999 Recursos humanos se distanciaba de la Palma de oro de ese año, Rosetta, para asemejarse más a un Loach con brío). Viendo Recursos humanos uno entiende que no hay ni buenos ni malos sino seres humanos con sus ideas y sus circunstancias, y el dilema que propone, a nivel emotivo e intelectual, desborda al espectador, al mismo tiempo que le da las armas suficientes para poder reflexionar después del visionado (películas como Recursos humanos, en definitiva, justifican la práctica del debate o cineclub posterior a la proyección). Algunos solo verán la historia de un estudiante ingenuo, con toda la teoría de los libros en la cabeza pero sin ningún sentido del verdadero estado de las cosas en el mundo real, pero en realidad Recursos humanos es mucho más: un documento impagable que explica por qué hemos llegado hasta este punto y por qué volveremos a quebrar en caso de superar las vacas flacas. Antes Francia tenía las novelas de Zóla: ahora es Cantet el encargado de enarbolar la bandera de la lucha y la dignidad obrera, esa que está desapareciendo con tantos recortes, tijeretazos y términos económicos que saben a eufemismo.


Para ver quién mueve los hilos del poder.
Lo mejor: Todo en ella resulta cierto y lapidario.
Lo peor: Que alguien pueda utilizar el film con fines oscuros.

Nota: 8

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