viernes, 17 de enero de 2014

Crítica de COME, DUERME, MUERE (ÄTA SOVA DÖ), de Gabriela Pichler

La crisis económica ha ayudado todavía más a acentuar ciertos prejuicios sociales e ideas preconcebidas sobre las culturas que nos rodean. La Escandinavia que creíamos perfecta, cuna de un bienestar que ahora escasea, se cae a trozos poco a poco, pero desde el mediterráneo seguimos proyectando en el norte esa especie de paraíso utópico, esa manera de proceder tolerante y solidaria, ese bienestar que aquí ha dejado de existir por la magia negra de los recortes. El cine, y sobre todo el cine que se alimenta del presente y de lo humano, sirve para relativizar conceptos, para ver las cosas en perspectiva y para ser conscientes, sin viajar al país con el que se quiere hacer un ejercicio comparativo, de aquello que nos une y separa de nuestros vecinos. Come, duerme, muere se inserta en una Europa desencantada, la misma que unas décadas atrás hablaba en términos de interculturalidad, moneda común y otros espejismos. Y no sólo interesa por el contexto: Come, duerme, muere es tanto un aviso a todos los ciudadanos del mundo como una crítica feroz, entre el humor y la tragedia, de las injusticias que sustentan las bases culturales y sociales de Suecia (efectivamente, los movimientos migratorios siguen a la orden del día, la inseguridad laboral afecta a todos los eslabones, y en cada territorio hay colectivos más vulnerables a los caprichos empresariales).


A partir del personaje de Rasa, una enérgica joven de origen montenegrés que se estableció con su padre en la Suecia rural años atrás, la directora Gabriela Pichler pone una lupa de aumento sobre la silueta de un norte que se resquebraja en forma de racismo, desconfianza, menos derechos sociales y laborales y despidos en cadena. Pichler quiere estar tan apegada a la realidad que el resultado final resulta duro, directo y tristísimo: pese al empeño, el vitalismo, la hiperactividad y la tenacidad de su adorable protagonista, las dificultades por salir del hoyo, o la pervivencia de los estamentos sociales, resultan implacables. La lástima es que ese mensaje se ofrece al espectador mediante fórmulas narrativas y visuales ya definidas: a la clara influencia local del cine de Lukas Moodysson se suma un esquema de cine social cercano según la escena a los Dardenne o a Loach, moldes aplicados en infinidad de ocasiones que restan a la película parte de la gravedad y las dimensiones de los problemas que retrata. Queda, con todo, la sensación descorazonadora de una crisis que se ha expandido como una mancha de aceite por todo el mapa, ya presagiada por el cine europeo con títulos como Rosetta, Recursos humanos, Los lunes al sol o En un mundo libre, títulos coetáneos a Come, duerme, muere que con los años han ganado potencia y vigencia. La Academia del cine sueco decidió conceder su máximo galardón a esta ópera prima en detrimento de títulos más valientes, pero tras el conservadurismo tal vez se esconda una sensación de autoculpa: de ahí que Come, duerme, muere, incluso pudiendo parecer una película de estilo y discurso caduco, demuestre una vez más que el cine puede no sólo representar a la vida sino superarla y, por qué no, mejorarla.


Para los que se interesen por el otro lado de la Suecia perfecta.
Lo mejor: El trabajo de la actriz Nermina Lukac, una de las revelaciones del año.
Lo peor: Que pueda parecer una película ya vista.

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Nota: 6

2 comentarios:

  1. Hola Xavier!
    Antes de ver una pelicula la busco siempre en tu blog, tu criterio me ayuda mucho y la mayoría de las veces coincidimos en los gustos.
    No suelo dejar nunca comentarios, pero llevo semanas buscando una película que vi en su día aquí criticata y me voy a volver loca buscándola, porque no me acuerdo del título.
    Es reciente y trata de un tío que se encuentra por casualidad con su doble.
    Me harías muy feliz si con esos pocos datos me dijeses de que película se trata.

    Muchas gracias y enhorabuena por este magnífico blog.

    Saludos desde Granada.
    Elena

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  2. Muchas gracias, Simon-Elena, por tu comentario! Me alegro muchísimo que te guste el blog, :)

    Por la descripción, creo que la peli que buscas es ENEMY de Denis Villeneuve, con Jake Gyllenhaal. Puedes encontrar la reseña en el margen derecho, en el índice de críticas. Otra película reciente sobre la figura del doble es LA MIRADA DEL AMOR, pero como hablas de un hombre que encuentra su doble seguro que te refieres a Enemy.

    Un abrazo! :)

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