sábado, 7 de diciembre de 2013

MIS SOUNDTRACKS: EL PACIENTE INGLÉS, de Gabriel Yared

EL PACIENTE INGLÉS (THE ENGLISH PATIENT), de Gabriel Yared (Anthony Minghella, 1996)
Oscar 1996 a la mejor banda sonora
Palmarés: Globo de oro y Bafta a la mejor banda sonora. Premio Grammy a la mejor pieza instrumental.
El compositor: Fiel a Minghella, el libanés Gabriel Yared saltó a la fama al musicalizar films franceses como Camille Claudel y posteriormente inmortalizó su nombre al ganar el Oscar por El paciente inglés. Aunque no se deja ver demasiado por las alfombras rojas, sigue trabajando en América (Amelia, En tierra de sangre y miel) y Europa (La vida de los otros, Bon voyage).


Reseña: La banda sonora de El paciente inglés es un ejemplo de soundtrack que sigue las directrices del melodrama clásico. Yared nunca se guía por una estructura fija ni ofrece variaciones de una misma partitura, sino que se adapta al dramatismo de las imágenes para aportar una u otra textura melódica en función de la narrativa del film. El track The English Patient nos introduce en la espesa nebulosa de polvo y sol que cubre el desierto donde los enamorados intentan sobrevivir. Los instrumentos de cuerda y los de viento van alternándose para resaltar el tiempo del recuerdo del paciente Fiennes y la vívida y tórrida historia de amor del personaje. Mientras a las escenas de acción les corresponden músicas de corte más calmado, Yared ofrece piezas más étnicas en otras partes y tracks muy serenos que pertenecen al personaje de la enfermera Hanna: Convento Di Sant'Anna es una increíble pieza a piano de siete minutos y I'll Always Go Back To That Church, con una muy italiana y pizpireta guitarra inicial, realza el fantástico momento en el que Juliette Binoche descubre con la luz de una bengala los frescos de la Iglesia cercana a su improvisado hogar. Un imponente trabajo que se redondea con músicas de cámara, casi todas hermanadas con el jazz, que ambientan las escenas en las que Fiennes asiste a fiestas y a actos diplomáticos, sin olvidar temas conocidísimos como el Cheek To Cheek cantado por Ella Fitzgerald y Fred Astaire. Una inmortal composición, tal vez ligeramente descompensada por la variedad de sus temas, pero cohesionada por la palpable tristeza que recorre cada una de sus notas.
Nota: 9

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