martes, 10 de diciembre de 2013

Crítica de DE CABALLOS Y DE HOMBRES (HROSS Í OSS), de Benedikt Erlingsson

HROSS Í OSS (DE HOMBRES Y DE CABALLOS), de Benedikt Erlingsson (Islandia, 2013)
Premio Nuevos Realizadores del Festival de San Sebastián 2013. Premio al mejor director del Festival de Tokio. Premio del Jurado Joven del Festival REC de Tarragona.
La relación del hombre con los animales ha merecido muchas reflexiones y ha sido el centro de infinitas expresiones artísticas. A todo este debate, los islandeses, cuyo cine no hace más que crecer en cantidad y calidad año tras año, tienen mucho que aportar: en su caso, tanto por sus particularidades culturales como geográficas, no viven rodeados de naturaleza sino precisamente insertados en ella como parte de un paisaje heterogéneo que abarca explanadas yermas, pequeñas praderas, zonas de géisers y volcanes. De hombres y de caballos avanza con historias más o menos cruzadas, todas ellas protagonizadas por humanos que reprimen y que dejan llevarse por sus instintos según el momento, como lo haría un animal en estado puro, libre, salvaje. Muchos han comparado la dialéctica de Erlingsson con Kusturika, del que hereda no sólo grandes dosis de surrealismo y un reparto de lo más pintoresco, sino sobre todo una historia cargada de humanidad que pone en comunión al espectador con su propia esencia, sin restar un ápice de dureza a las escenas más salvajes y sin desaprovechar la ternura marciana que destilan sus momentos más descacharrantes (en lo personal, creo que también podrían establecerse lazos de unión con Kaurismaki). De hombres y de caballos es una película serena y austera que se construye de sentimientos y de paisajes, un cuento potentísimo que propone una experiencia visual única. En España nos llegan pocas películas del norte, algo que nos impide determinar si De hombres y de caballos obedece a un tono local o si su mezcla de western y realismo mágico es obra y mérito del novel Erlingsson: sea como sea, y dejando aparcados cualquier prejuicio o ideología, el film es un fresco tiernísimo que nos permite ver el calor que se esconde en el hielo islandés.


Para viajar a la Islandia rural sin necesidad de coger el avión.
Lo mejor: La precisión tragicómica de casi todo el conjunto.
Lo peor: Que se cuestione la moralidad de ciertas escenas o decisiones de sus personajes.

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Nota: 7

1 comentario:

  1. Muchas ganas de verla, y más después de tu estupenda crítica.

    Un saludo.

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