martes, 7 de mayo de 2013

Crítica de EN UN LUGAR DEL CORAZÓN, de Robert Benton

Depresión y resistencia
EN UN LUGAR DEL CORAZÓN (PLACES IN THE HEART), de Robert Benton (EE. UU., 1984)
¿De qué va?: Texas, 1930. Años del Ku Klux Klan, la Gran Depresión y víspera de la Segunda Guerra Mundial. Tiempos difíciles también para Edna Spalding, madre de dos hijos que acaba de enviudar. Con tal de salvar su finca dedice acoger un nuevo inquilino, un veterano de guerra invidente que realiza manualidades con mimbre, y un vagabundo negro que recorre los Estados Unidos buscando trabajo en los campos de algodón. Mientras Edna intenta reconvertir sus terrenos en plantaciones agrícolas, alrededor suyo se teje un triángulo amoroso y distintos personajes intentan sobrevivir en la desangelada Norteamérica rural y profunda.
Palmarés: Oscar a la mejor actriz protagonista (Sally Field) y mejor guion original (Robert Benton) de 7 nominaciones, entre ellas mejor película y director. Globo de oro a la mejor actriz (apartado drama) y candidatura a la mejor dirección y película. Oso de Plata al mejor director, premio OCIC y participante en la sección oficial del Festival de Berlín 1985. Premio del público del Festival de Toronto. Distintas distinciones al nominado al Oscar John Malkovich como mejor actor de reparto del año, entre ellas la concedida por la National Board of Review. Considerada por los distintos sindicatos de directores, guionistas y sonidistas en sus nominaciones.
El dato: La dirección de fotografía la firma el barcelonés Néstor Almendros, ganador del Oscar por Días del cielo que ya había trabajado con Benton en Kramer contra Kramer. Field ganó su segunda estatuilla en su segunda nominación y es una de las pocas actrices que puede presumir de doble reconocimiento en la categoría principal de los Premios de la Academia con tan pocos años de diferencia: su primer oro fue por Norma Rae (1979) y consiguió tercera nominación este año por el Lincoln de Spielberg. La película se rodó en la misma Texas (ciudad de Waxahachie) y triplicó en taquilla los costes de rodaje. Curiosamente la película reúne tres nombres míticos con relaciones desiguales con la Academia: Danny Glover, que volvió a ser en un trabajador del algodón en Manderlay de Von Trier, nunca ha estado nominado al Oscar, y pese a optar varias veces al mismo nunca lo han ganado ni Ed Harris ni John Malkovich. Uno de los primeros trabajos en el cine de Terry O'Quinn, el popular Locke de la serie Perdidos.


Valoración: Los tiempos difíciles en los que Edna lucha por encontrar un espacio guardan cierto parecido al actual contexto de crisis. La crónica de un personaje que sufre y vence sus dificultades más allá de las reglas e imperativos tanto sociales como familiares es una constante obsesión y una base narrativa que los norteamericanos han cortado y copiado hasta la saciedad. Con todo, En un lugar del corazón es una película con alma, bien dirigida, mejor interpretada, muy sutil en sus descripciones, tierna o dura según la escena. Field da emoción y veracidad a su personaje con una contención expresiva magistral, con lo que es muy fácil sentirse identificado y absolutamente preocupado por esta madre viuda a la deriva. La capacidad de Benton por ir del drama personal a la descripción de toda una época es muy loable. Y para el recuerdo quedan escenas de factura muy sencilla pero eficaz, complejísima en el plano de las emociones. Siguen muy adentro del espectador los título de crédito iniciales, panorámica de los lugares de la Norteamérica profunda y los secretos de sus gentes. Es demoledor el plano con el niño negro arrastrado por un coche y luego ahorcado en un árbol: el film dista de caer en la fácil distinción de buenos y malos. La humanidad sigue en la escena en la que Field pega a su hijo imitando al patriarca difunto, minutos que justifican un Oscar y toda la estantería de trofeos. Y haciendo memoria, pocas escenas finales resultan tan lapidarias a la par que bellas, tan evocadoras al mismo tiempo que conclusivas como la escena final en la iglesia, una genialidad que pone los pelos de punta. Una película para disfrutar, para saborear sus detalles, para revisar y seguir asombrándose de la vigencia de su mensaje y de sus imperecederas cualidades artísticas.


Para analistas de la Norteamérica más cruda.
Lo mejor: La contención y la intensidad de la interpretación de Field. La bellísima escena final.
Lo peor: El tempo ralentizado de algunos pasajes tendrá detractores.

Nota: 8

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