Crítica de PÍDELE CUENTAS AL REY, de José Antonio Quirós

De la mina al Palacio de la Zarzuela

PÍDELE CUENTAS AL REY, de José Antonio Quirós (España, 1999)

¿De qué va?: La mina asturiana donde trabaja Fidel, un padre de familia de 44 años, amenaza con cerrar después de sufrir cinco accidentes graves en el último mes. Cansado de no encontrar ninguna solución por parte de trabajadores, compañeros, jefes y sindicatos, decide caminar a pie con su mujer y su hijo los más de 400 kilómetros que separan su villa de Madrid con el fin de entrevistarse con el rey. El plan de Fidel es recibido con sorpresa por sus convecinos, pero pronto su causa se hará famosa en todo el país hasta saltar a los medios de comunicación.

Palmarés: Mejor película, director, ópera prima, guion y banda sonora en el Festival de comedia de Peñíscola 2000. Premio del público en la Seminci Valladolid.

El dato: La película recoge las experiencias de Luis Castro, un minero que realizó la misma gesta que el personaje de Antonio Resines. El film, ópera prima del cortometrajista y documentalista José Antonio Quirós, tuvo numerosos problemas económicos que obligaron a eliminar secuencias como el apoteósico final con todas las vías madrileñas colapsadas de mineros en marcha, una escena que nunca se pudo rodar. Los responsables de la cinta también tuvieron que lidiar con un complicado sistema de licencias y permisos para poder rodar en diferentes vías y carreteras: la Comunidad de Madrid solo dio permiso de rodaje al equipo durante pocos minutos a altas horas de la madrugada. La escena final se montó mediante efectos digitales tomando un encuentro del rey con Julio Anguita: la Casa Real se negó a rodar en sus instalaciones y alrededores alegando cuestiones de seguridad. El pequeño Nicolás Fernández Luna es hijo en la vida real del director: posteriormente dio vida al hijo del personaje de Lola Dueñas en Mar adentro y al pequeño del matrimonio Marull-Tosar en Te doy mis ojos, además de los títulos posteriores filmados por Quirós como Cenizas en el cielo. Resines y Bonilla, enfrentados en la película, dieron vida pocos años después a dos amigos en busca de fortuna en la taquillera El oro de Moscú. Uno de los últimos trabajos de los veteranos y desaparecidos Emma Penella y Manuel Alexandre. En los títulos de crédito se indica un signo de interrogación en la identidad de 'el vagabundo': en realidad se trata del actor Santiago Segura, que da vida a uno de los personajes más cómicos de la película.

Valoración: Quirós firma una primera película optimista y costumbrista sustentada en las interpretaciones amables de Resines y Ozores. Con todo, el realismo mágico no llega a la altura de los clásicos españoles y la crítica queda un tanto azucarada a favor de la road movie ligeramente cómica. Ese equilibrio, eso sí, permite al film seguir vigente hasta la actualidad e incluso ganar significados con la crisis económica y las escandalosas cifras de paro. Se agradece que Pídele cuentas al rey sea una narración viva, con unos personajes absolutamente luminosos y una historia sencilla pero efectiva. Se nota algún parche de más, seguramente como resultado por parte del director de querer ser fiel a la historia de Luis Castro sin perder de vista ciertas licencias enteramente ficticias: algunos momentos, intuímos, sucedieron en realidad, pero en el cine quedan o forzados o como mínimo descompensados (el encuentro con los periodistas es un ejercicio imposible de llevar la esencia de Berlanga hasta nuestros días). Al menos después de verla uno tiene más energía para seguir adelante, con la esperanza de que ningún esfuerzo queda en balde: solo por eso, ya tarda la televisión pública en reponer una película que aunque pasó bastante desapercibida en su estreno resulta totalmente recurrente recuperar.

 Para comprometidos optimistas.

Lo mejor: Su tono amable.

Lo peor: Desecha la posibilidad de poner el dedo en la llaga.

Nota: 6