viernes, 12 de abril de 2013

Crítica de LA ESPALDA DEL MUNDO, de Javier Corcuera

El dolor, en todas partes
LA ESPALDA DEL MUNDO, de Javier Corcuera (España, 2000)
¿De qué va?: Tres historias, reflejos de un mismo mundo injusto. En Perú, un niño se levanta a las seis todas las mañanas para picar piedra en una cantera cercana para ayudar a su familia. En Suecia, un kurdo exiliado nos cuenta la historia de su esposa Leyla, una política kurda encarcelada en Turquía. Y en Texas, los padres de un reo condenado a muerte se reúnen con un grupo de víctimas con la esperanza de poner fin a una de las taras del sistema judicial norteamericano.
Palmarés: Premio de la Crítica Internacional del Festival de San Sebastián 2000. Premio de la OCIC del Festival de La Habana 2000. Seleccionada para el Festival de Sundance 2001 y Mar de Plata 2001. Premio Turia 2001 al mejor director novel. Nominación al mejor artista revelación para Javier Corcuera por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos de España.



Valoración: Un relato punzante de diferentes olvidados y desheredados en lugares distintos del planeta. Diferentes espacios y diferentes expresiones del dolor que dibujan un desolador 'estado de las cosas'. Corcuera habla de temas mayores (explotación infantil, conflicto árabe, pena de muerte) y sus imágenes escuecen: en ellas no hay ningún intento de manipular o adoctrinar a la platea, porque el objetivo es acercarnos tres bocanadas de vidas truncadas capaces de sacudir nuestra mirada conformista, bienestante y primermundista. Corcuera evita el documental de investigación, ni tan siquiera pretende tener uno u otro efecto en el público: filma a escasos milímetros de la realidad, al pie del cañón, a primera línea de fuego. Por separado y juxtapuestas, sus historias son algunos de los fragmentos más contundentes que ha dado el cine español de los últimos años. Cine social que pone voz y convierte en noticia tres escándalos ocultos y cotidianos. Echar por tierra las desigualdades e injusticias depende de todos nosotros, de quienes gobiernan y de quienes gobiernan a los que gobiernan: por lo menos La espalda del mundo, cine puro, crudo y duro, consigue que intuyamos lo que la verdad esconde.


Para ciudadanos con conciencia.
Lo mejor: El montaje eficaz y nada partidista.
Lo peor: ¿Habrán silenciado un peliculón como este precisamente por tratar cuestiones que molestan? Tememos que sí.

Nota: 7

Parte 1: El niño

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