Al final Ben Affleck hizo historia. Argo no necesitó estar nominada a mejor director ni figurar entre las más nominadas para ser la ganadora de la edición número 85 de los premios Oscar. Una edición con grandes películas, con una temporada de premios bastante reñida. Finalmente Argo se impuso por la mínima (3 premios: película, guion adaptado y montaje), seguramente por tratarse de la película más accesible (nada que vez con la 'robustez', para algunos simplemente 'espesor', de Lincoln), la que había reunido menor cantidad de enemigos (aunque ello no quiera decir que cuente con defensores acérrimos), la que no se había visto inmersa en ningún escándalo (al otro lado estaba la maestra La noche más oscura, ya damnificada en la lectura de nominados) y el film mejor promocionado del año (en este sentido, resultó muy significativo que George Clooney, galardonado en calidad de productor, no quisiese intervenir en el último speech de la gala). Los miserables cumplieron con 3 estatuillas (actriz secundaria, maquillaje y sonido) y La vida de Pi se fue a casa como la más mencionada: hasta 4 veces, entre ellas la sorpresa de mejor dirección que protagonizó un Ang Lee que se impuso por segunda vez como cineasta sin ver a su película con el premio gordo.
Si alguien tenía la tentación, por números y estadísticas, de emparejar la gala de este año con la de Crash - Brokeback Mountain se equivocaba de lleno. Jack Nicholson 'cantó' el Oscar rey, pero el sobre lo abrió desde la Casablanca una Michelle Obama dedicada a encumbrar las 9 propuestas nominadas. Sorpresas, cómo no, que dan relumbrón a una ceremonia larga (duró 3 horas y media) e inevitablemente acartonada. Y si se nos permite, con un toque ligeramente queer, por diferente bastante agradecido, a ritmo de mil y una melodías recientes e icónicas del séptimo arte.
El cambio, al menos por parte de los productores del evento, fue sustancial. En primer lugar por el propio recinto, rebautizado como Dolby Theatre aunque algunos comentaristas dijeran por inercia el nombre del antiguo 'Kodak Theatre'. Y en segundo término, por la generosa ración de momentos musicales, que sirvieron para celebrar los cincuenta años de James Bond, homenajear las últimas películas musicales nominadas (se dejaron algunas como Moulin Rouge o Nine), despedir a los fallecidos en un In Memoriam al son de Barbra Streisand o rubricar algunos de los momentos estelares como el 'vimos tus pechos' de Seth MacFarlane. Y con respecto al nuevo host, todo se desvaneció tras una entrada apoteósica: un tanto soso y formulario, balanceándose de derecha a izquierda seguramente para esconder los nervios y con un desigual dominio del humor entre amable e hiriente. Con todo, la dinámica de la gala fue ligeramente más original que la de años anteriores: MacFarlane, al fin y al cabo, puede estar contento por formar parte de la mejor noche de Oscars en mucho tiempo. Eso aunque la presencia de Hugh Jackman cantando un colosal Suddenly hiciese recordar tiempos mejores.
Los Oscar quisieron ganar audiencia y para ello echaron mano de nuevos rostros. Channing Tatum entregó premio, Daniel Radcliffe pisó por primera vez la alfombra roja y Kirsten Steward intentaba olvidar con un extraño tic en la pierna que veinticuatro horas antes había sigo 'galardonada' con el razzie a la peor intérprete. El palmarés también fue joven: Jennifer Lawrence y Anne Hathaway, de menos de treinta años, compartieron foto de ganadores con los maduros y reincidentes Waltz y Day-Lewis. Y las más guapas en el desfile de moda previo también contaban con pocas arrugas pero mucha experiencia: el traje marrón de Chastain, a juego con su melena pelirroja, se llevó la palma de la elegancia junto al blanco de Theron, el traje 'Bond' de Berry o el curioso traje amarillo de Jane Fonda; y ya dentro Lawrence tropezó con su vestido casi nupcial al subir al estrado, eso después de perder parte de su atuendo en los segundos más comentados de su premio SAG.
Repitieron: Waltz, Tarantino y Lee ganaron su segundo Oscar, como Affleck (ya premiado por el guion de El indomable Will Hunting) y Clooney (ya premiado por su papel de reparto en Syriana). Day-Lewis se convirtió en el único actor con tres Oscar al mejor actor protagonista en su casa. Y Pixar siguió con su reinado: mejor largometraje (Brave) y cortometraje animado (Paperman), aunque en esta ocasión de forma más reñida y discutida que en otros años.
Aplaudimos: El Oscar al mejor documental de Searching for Sugar Man. Haneke, un grande. Y los apartados que estaban 'cantados', en los dos sentidos del término: los de Adele y Hathaway.
El gag: El vídeo inicial: MacFarlane es avisado desde el futuro de los nefastos titulares que le dedicarán los distintos periódicos tras la gala. A esa ristra de comentarios puede sumar este post, tecleado tan solo pocos minutos después de concluir el show.
Nos emocionamos: Con Day-Lewis, un maestro que todos recibieron de pie, y su chiste confidente con Streep: 'yo tenía que protagonizar La dama de hierro'. Y estuvimos con nuestros candidatos: el español Paco Delgado, que perdió el Oscar a mejor vestuario en favor de Anna Karenina, y la española 'de corazón' Naomi Watts, que cedió honores a la jovencísima Lawrence.
Nos enfadamos: Con un desafortunado apunte del presentador: 'a Cruz, Bardem y Hayek no se los entiende'. Eso aunque MarFarlane, en uno de sus chistes iniciales, asegurase haber sacado 'un 10 en español'. Hayek presentó los cuatro Oscars honoríficos.
Palmarés completo: Link
Christoph Waltz fue el ganador como actor secundario. No fue Tommy Lee Jones. Aparte de eso la págima como siempres de lo mejor.
ResponderEliminarGracias
¿Recuerdas que hace una semana te dije que Argo ganaba mejor pelìcula y Ang Lee mejor director?
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