Al leer el título, Las ventajas de ser un marginado, uno puede pensar que está ante la nueva comedia indie norteamericana dedicada a ensalzar la figura del inadaptado, del invisible, de aquel que está aunque no lo parezca y que en el resto de títulos comerciales ni tan siquiera tiene un papel relevante en la historia. Pero la película no marca la diferencia y tampoco es un relato sobre las diferencias. Es más bien un cuento de amistad, amor y humor que sigue la tradición de las mejores 'tramas estudiantiles', un subgénero si se quiere que tiene sus adeptos y un par de títulos excelentes. La gracia de un producto como Las ventajas de ser un marginado es que no termina de salirse de los márgenes ni acata al pie de la letra las convenciones, lo suficiente para que su público potencial crea estar ante una historia genuina y para que la crítica especializada desenfunde sus cartuchos de adjetivos potentes e hirientes. No caeremos en ninguna de esas posibilidades. Porque Stephen Chbosky ha escrito la novela, el guion de la cinta y ha dirigido este largometraje sirviéndose, intuímos, de un total amor y convicción por lo que está contando. Apoyándose en las grandes interpretaciones de Logan Lerman, Emma Watson y sobre todo Ezra Miller. Pariendo, en definitiva, una película a medio camino entre lo fácil y lo difícil, lo infantil y lo adulto. Porque estamos ante una película que no busca la perfección formal, que ni controla ni pretende dominar la técnica cinematográfica, que quiere llegar y llega por la vía del corazón. Eso es lo que confiere a esta historia cierta magia y personalidad. Las ventajas de ser un marginado tiene alma: ¿pueden decir lo mismo de las, pongamos, diez últimas películas que vieron en el cine? Por una vez Hollywood nos brinda una historia de iniciación, adaptación y fidelidad a un grupo que ni está protagonizada por el guapo de turno, ni es el vehículo de lucimiento de la estrella de moda ni toma por tontos a su audiencia, la misma que consume Crepúsculo a placer. Las ventajas de ser un marginado no es redonda pero es simpática. Tiene los suficientes atractivos para que cada espectador haga suya la historia, a distintos niveles según el bagaje, las vivencias y la edad de cada uno. Y al final, a ritmo de la colosal Heroes de David Bowie, uno tiene la sensación de haber vivido una hora y media de parrandas y tensiones adolescentes con una pandilla tan normal y a la vez tan extraordinaria que podría ser la nuestra. No la marginen cuando se estrene entre nosotros: puede convertirse en la cinta de cabecera de toda una generación que aun siguiendo los cánones establecidos grita su diferencia. A imagen y semejanza de lo que supuso 500 días juntos para los enamoradizos de pura cepa.
Para los que alguna vez se han sentido diferentes al resto (o sea, para todos)
Lo mejor: Asistimos a la eclosión definitiva de un gran actor: Ezra Miller.
Lo peor: El trauma del protagonista, desvelado al final de la cinta, es totalmente prescindible.
Nota: 7
Me encantó esta película! No se porque definían muy bien como se siente el primer día y te dices a ti mismo "venga va, con ganas". Tiene sus fallos y sus cosas que no cuadran, pero me llegó muy dentro y, como dices, tiene alma. Ya la reseñé y le puse notaza, hay cosas del corazón que la razón no entiende, jaja.
ResponderEliminarUn saludo! :)
Me encantó la crítica Xavi. La película me gustó mucho más, es que en el fondo todos somos unos críos xD
ResponderEliminarUn abrazo!