lunes, 21 de enero de 2013

Crítica de DJANGO DESENCADENADO (DJANGO UNCHAINED), de Quentin Tarantino



1. Si con The Master hablábamos en términos de confirmación o de eclosión de un autor, ante una película como Django desencadenado asistimos a la version amplificada, por desbocada y genial, de un autor, o lo que es lo mismo, ante un film que deja al descubierto lo más cuestionable de uno de los directores más importantes del cine de los últimos veinte años. Porque Django desencadenado sabe a repetición, a rodeo, a acomodamiento a una 'marca Tarantino' de la que por desgracia su artífice ha sido demasiado consciente de su existencia; a, en definitiva, para lo bueno y para lo malo, estancación.
2. El cine de Tarantino le debe tanto a la creación como al reciclaje. Sus films están dotados de una corporeidad increíble. Su trabajado contorno visual hace que la atención de las historias que traza Tarantino no esté tanto en lo que se cuenta sino en cómo se cuenta. Al fin y al cabo, sus películas son largos preliminares, casi siempre desordenados en tiempos y espacios, que nos llevan a causas del todo sencillas, la mayoría de ocasiones vinculadas a la sed de venganza. En Tarantino interesa más el pretexto que el texto, y su singularidad no reside tanto en una trama personal como en una exposición alocada de referencias, títulos y guiños que engrandecen cada obra hasta alzarla como frescos de una viveza y rotundidad incontestable. En este sentido, Kill Bill, y más concretamente Kill Bill Volume 1, funciona como espejo hiperbólico de todo lo que forma y subyace en el cine de Tarantino: una premisa argumental mínima donde la gracia está en sorprender al espectador con texturas visuales, juegos lingüísticos y piruetas narrativas que en su día, al irrumpir Reservoir Dogs y Pulp Fiction en mitad de los 90, fueron entendidas como las directrices del nuevo thriller estadounidense.


3. Django desencadenado no es un western, pero eso no sirve para descalificar el film: Malditos bastardos no era un film bélico, y si nos remontamos a títulos más lejanos en el tiempo nos daremos cuenta que Tarantino nunca ha seguido los cánones establecidos. Estamos, de nuevo, ante la revisión, entre personal y melancólica, de un género; y en consonancia a ese ejercicio, Django desencadenado es a su vez un remake. Estamos, vaya, en el bucle de referencias que siempre traza Tarantino. Hasta aquí ninguna novedad. La pena es que Django desencadenado es demasiado consciente de sus formas. Podría parecer que al acoger una narrativa más ordenada, sin capítulos ni bloques que fragmenten la narración, la película tiene una homogeneidad atípica en Tarantino. Más bien lo contrario: el director cede a la acumulación, nos avisa con demasiado descaro de los momentos culminantes de su trama, y cuando estos tienen lugar no lo hacen ni con la intensidad ni con la diversión de antaño. Basta recordar la escena inicial de Malditos bastardos, una conversación en un espacio reducido, para darse cuenta que pese a los recursos técnicos de este Django liberado no hay nada en estos nuevos 150 minutos de cine que superen en precisión y brillantez la ironía, la negrura, la mala baba de esa escena. Comparación que sería más sangrante si citásemos cualquiera de los mil momentos que forman Pulp Fiction o el diálogo en el bar con el que arranca Reservoir Dogs.
4. Django desencadenado, en definitiva, no me llena porque es un Tarantino que intenta a cada plano ser Tarantino, cuando ello debería resolverse de una forma más natural, menos engolada. El largo parlamento del personaje de Leonardo Dicaprio antes del fastuoso tiroteo, la larga broma del médico charlatán al ser apuntado con un rifle por medio poblado o la coda final diseñada a modo de culminación descacharrante, aun siendo momentos absolutamente brillantes, carecen de la energía del mejor cine, y a la postre reducen la sensación de sorpresa en el espectador. Con todo, estamos ante una película de Tarantino, demoledora pero no rotunda, suficiente para seguir pensando que Tarantino y su mente de videoclub y perversión se merecen todos los halagos del mundo. Lástima que la película termina con Tarantino atado, víctima de sus cadenas. Y con una pregunta en el aire: ¿será capaz el responsable de Jackie Brown de desasirse de su cinefilia y escaso sentido del ridículo en un futuro proyecto que sea cien por cien Tarantino y que al mismo tiempo ofrezca nuevos frentes en un estilo en el que asoma cierta tendencia al ensimismamiento?


Para devotos del rabino Tarantino.
Lo mejor: Tarantino ha llegado a una total complicidad con Waltz y ello enriquece el film.
Lo peor: Se le ven las costuras.
Nota: 7


6 comentarios:

  1. Muy de acuerdo en todo. No es la gran película de Tarantino que todos esperaban.
    Es buena, y tiene enormes momentos (la larga escena de la mesa y la negociación mientras comen es mi favorita) pero flojea mucho, le sobra metraje y le falta un hervor.

    Saludos!

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  2. La vi ayer (si quieres un día hablamos del genial mercado de DVDs de pelis sin estrenar que existe en Bolivia) y me gustó muuuucho! genial Watlz, Tarantino sigue siendo brillante por momentos... aunque el metraje buff, le sobra tantísimo!!
    abrazo!

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  3. Recientemente me han premiado mi blog "La Taverna del Mastí" con el premio "BEST BLOG". Como es habitual en este tipo de galardones/cadena, hay que eleir tus blogs favoritos y el tuyo no podía faltar entre mis elegidos.

    http://tavernamasti.blogspot.com.es/2013/01/premio-bloggero-best-blog.html

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  4. Completamente de acuerdo con esta crítica. Además de Waltz, destacan DiCaprio y L. Jackson, muy por encima de un soso Jamie Foxx.

    Saludos!

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  5. Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!

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  6. Me encanta esta película, a pesar de tratarse de una película que refleja un tema fuerte como lo es la esclavitud, me gusto la cinta que protagoniza Jamie Foxx junto a Walton Goggins, aunque maneja muchas escenas cargadas de sangre, de disparos y de pelas que deja cierta moraleja sobre estos temas polémicos.

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