Soderbergh es un hombre de acción y sus personajes son seres que hacen cosas, que provocan cosas, que buscan su propia suerte. Una hiperactividad que traspasa la pantalla: en un año hemos visto tres películas de Soderbergh y en el 2013 nos llegarán otras tantas. Con Indomable (Haywire) ya tuvimos ocasión de hablar de la curiosa carrera de Soderbergh, y con Magic Mike sobre la mesa es interesante destacar la complejidad que encierra un film aparentemente intrascendente. Magic Mike nos lleva a las bambalinas de un espectáculo de streaptease masculino pero también a las trampas y a los excesos que esconde la noche. Soderbergh no se aleja nunca de su interés social y con su nueva película viene a retratar la generación del desencanto que lucha por tirar adelante en un mundo fútil y fugaz, alimentado de egos y apariencias. En este juego de máscaras y desnudos, a Soderbergh le divierte mostrarnos sinfín de pectorales y a la vez filmar largos diálogos que aparentemente no dicen nada pero que encierran el sombrío mensaje de la historia. Contada en un verano simbólico y en orden cronológico, Magic Mike es sexy y valiente, un equilibrado ejercicio de comedia y drama, la película que habríamos tenido si Erin Bronkovich, en lugar de acceder a un bufete de abogados, hubiera entrado cual Pretty Woman como estrella de un local de alterne. Magic Mike tiene un ritmo más tranquilo del que se intuye viendo su tráiler promocional, y tal vez por no ser el típico Full Monty de vocación popular o la cinta descaradamente social que busca cierta crítica corre el riesgo de no ser tomada demasiado en serio. Como alicientes, más allá de los consabidos números del show, tenemos un McConaughey espléndido dirigiendo una lista de maromos entre los que destaca Channing Tatum, que seguro nos brindará grandes actuaciones en un futuro, ya sea con o sin vestimenta. Soderbergh sigue con su filmografía tan ecléctica como interesante en la que, a falta de películas de la robustez de Traffic, podemos disfrutar de obras apreciables, casi siempre notables. En la figura de este mágico Mike, maestro de la escena y profesor y cómplice de un adolescente recién iniciado en el arte del desnudo para mujeres, podemos intuir el hastío y la energía del propio Soderbergh, el mismo que ha amenazado mil veces con dejar el cine pero que sigue encadenando proyectos a una velocidad increíble. Si el camino se hace andando, el mejor espectáculo que nos puede brindar Soderberg es una nueva película. Con la suerte de que Magic Mike vale muchísimo la pena, frivolidades y físicos aparte.
Para culturistas con corazón
Lo mejor: McConaughey en un papel que da carpetazo a su etapa de comedias intrascendentes.
Lo peor: No saber apreciar el drama que se esconde tras el tanga.
Nota: 6'5
Yo no la tragué, no sé qué le ve la crítica para darle tanto apoyo... Me parece la típica comedia dramática americana...
ResponderEliminarSaludos!
Concuerdo con Adri M... 6'5 es exagerar, entretiene, un poco, pero no más.
ResponderEliminarNosotros esperábamos mucho más... tiene una buena historia (no explotada del todo), buenas interpretaciones (y otras de pésimas), mucho ritmo, pero quizá le falta lo principal: no implica al espectador.
ResponderEliminarVeremos lo que pasa en su segunda parte... miedito