Si antes de Fantástico Sr. Fox muchos escribimos que solo era cuestión de tiempo que Anderson hiciese una película de animación, con Moonrise Kingdom podemos decir que por fin, tal y como esperábamos, el responsable de Life Aquatic ha construido su gran oda y evocación a la infancia. Moonrise Kingdom es una visita a ese tiempo del amor, de los amigos y de la aventura como se puede escuchar en la mítica canción de Françoise Hardy que aquí sirve de hilo musical para esta epopeya aniñada, huida disparatada y recreación friki de Romeo y Julieta. Anderson lleva una década cómodo en unos personajes adultos que se comportan como seres a medio crecer y a su manera muy vividos (y vívidos), y aquí el orden se invierte ya que los niños son los protagonistas y los que se comportan como auténticos hombres. Anderson viene a decirnos que la causa amorosa, naif e idealista del protagonista es lo más maduro que podría filmar, si bien la parodia, el chiste gráfico y el humor marciano marca de la casa atañe a mayores y a pequeños porque, ante todo, la película se enmarca en el contexto de lo irreal, de lo añejo, de lo imposible. Tal vez por ser una huida o un punto de reflexión e inflexión en su carrera, Moonrise Kingdom destapa el que ha sido, es y seguirá siendo el tema favorito de Anderson: la familia retratada en su versión amable y endiablada, como el primer gran soporte y a la postre la eterna lacra de unos personajes que solo pueden crecer desde la (auto)exploración y la pérdida de raíces. Moonrise Kingdom es todo lo cínica, rara y adorable que podría esperarse de Anderson, si bien en este caso la aventura no me llena de la misma manera que lo hizo Viaje a Darjeeling. Será que este reino es más intrascendente o que, cosas de la vida, nos pilla un poco lejos esa edad en la que contábamos con alegría cada nuevo pelo del sovaco (permítanme la broma), pero Moonrise Kingdom al terminar me deja embobado con una sonrisa de oreja a oreja, y a los pocos minutos la recuerdo como una ficción un tanto inane. Moonrise Kingdom es un viaje nostálgico sin más reflexión que el disfrute instantáneo: no puede decirse que estemos ante una mala película pero sabe a chicle mascado tras haber disfrutado, reido y llorado con el Anderson anterior. Le reprocho a Anderson que tras la postal de colores saturados no haya añadido una nota más honda. La típica película que ensanchará el corazón de los Andersianos de pro y que dejará totalmente fuera de juego a los que antes nunca fueron de colonias con el director de Los Tenenbaums como extravagante monitor. En lo personal accedo a la excursión pero me quedo en el campamento base sin poder disfrutar de extravagancias que casi siempre, desgraciadamente, son solo eso: extravagancias.
Para niños grandes, medianos y pequeños
Lo mejor: Deja atónito hasta el más resabido.
Lo peor: Ser la peor obra de Anderson, aunque eso no sea ni un reproche ni tan siquiera un inconveniente.
Nota: 6
Lamento discrepar, perop a falta de ver "Viaje a Darjeling", y habiendo visto toda su obra. creo que esta es su mejor película junto con "Los Tennenbaums". Me resulta muy entrañable y cercano todo lo que cuenta, y es maravilloso el agridulce final en el que la playa queda destruida y se plantea si todo lo que le queda a los adorables protagonistas es ir cuesta abajo como los tristes adultos que les roden. Te invito a que te pases por la entrada que le dediqué en su día.
ResponderEliminarhttp://lagatacongafas.blogspot.com.es/2012/06/el-reino-de-la-luna-creciente.html
Un saludo
Director innovador, Anderson a creado su propio estilo en poco más de diez años, la originalidad de la trama, la profunda caracterización de los personajes, el cuidado maniacal por los peqeños detalles, el gusto exquisito por la buena música : Nick Drake, Nico, Velvet Underground, Elliott Smith, David Bowie... son las principales cualidades que me hacen amar su cinema. Espero con ansias "Moonrise Kingdom" que por cierto aquí se estrenará bastante tarde, en diciembre, ya te contaré.
ResponderEliminarUn abbraccio e tanti saluti!!!