Mátalos suavemente es una película de hombres malos. Pero malos diferentes. Aquí vemos los que pulsan el gatillo, los que han hecho de la muerte su trabajo y de los Estados Unidos la tierra de las oportunidades. La muerte nunca es dulce y el acto de matar nunca puede ser suave: en todo caso su título es un eufemismo que viene a decirnos que en el cine de Hollywood casi nunca se retrata la verdad de los sicarios, los intermediarios y los asesinos. El gran logro de Mátalos suavemente es huir de la imagen del mafioso estrella que dirige una familia de súbditos a su cargo y que mata sin ningún atisbo de humanidad. Ese es el patrón de El padrino y el esquema que muchos han copiado infinidad de veces. La película de Dominik, en cambio, sucede en la Norteamérica que se debate entre McCain y Obama pero en la que no hay indicios de cambio. La película es la historia de unos cadáveres, como indica el plano final de la propuesta, que son un tanto por ciento anecdótico de los miles de cuerpos que aparecen tiroteados en cualquier cuneta del país por motivos y manos que nunca conoceremos. Dominik somete al espectador a un juego cruel, a un análisis de personajes y a unos diálogos que se suceden en largas escenas, impúdicas e incómodas, ya sea para corroborar la estupidez de unos jóvenes que roban una timba ilegal de póquer o para mostrar el ensañamiento con la que la bestia acaba con sus víctimas. En el fondo, y aquí viene el gran problema de la cinta, Mátalos suavemente es la historia de una anécdota que discurre por caminos bastante trillados. Bien podría interpretarse como una trama mínima llena de matices, algo aplicable a, por ejemplo, Fargo de los Coen, pero personalmente Mátalos suavemente ni me sacia ni me satisface porque sé de antemano todo lo que va a suceder. Una pena porque hay capítulos de series más cortos, con más enjundia, la misma personalidad y más críticos con el mundo que nos rodea. No basta, por lo tanto, ese diálogo final tan violento y prepotente como el antihéroe que interpreta Brad Pitt para elevar Mátalos suavemente a la categoría de película sutil en su violencia tanto implícita como explícita. Tampoco lo será para quien busque una película de evasión y tiros. Al final la película acaba en tierra de nadie porque en el fondo matar con cuidado significa o bien no matar o bien hacerlo de una forma poco apropiada. Porque a Mátalos suavemente le falla la perspectiva. Y sobre todo: una historia más compleja que nos divierta y que nos haga pensar. Quiere ser más europea que americana pero utiliza recursos propios de los Coen y de Tarantino. Que Dominik se aclare y madure sus intenciones. Para entonces seguro que nos brinda la gran película de capos 'hijoputas' que Mátalos suavemente no es.
Para los que busquen una película de gángsters diferente
Lo mejor: Su visión desglamourizada del mafioso.
Lo peor: Exceso de diálogo en escenas que requieren más acción.
Nota: 5
Es una lástima lo que dices, en cuanto a que es predecible. Creo que no es justo que luego de tanto drama -y por lo que dices, sangre- uno sepa de antemano lo que va a pasar
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NOTA Hermano, te agradecería que colaboraras con los que comentamos aquí quitando la verificación de comantarios. es que resulta un tanto tedioso escribir las letras y los números casi ilejibles. Para quitarlos entra en CONFIGURACIÓN luego COMENTARIOS quitas la verificación de comentarios y guardas los cambios. Te aseguro que tus seguidores te lo agradeceremos
Ali: gracias por comentar. Sí, la peli es lenta y previsible.
ResponderEliminarEntiendo lo que dices de los comentarios. En su día lo cambié pero me entraron muchos spams y tuve problemas con el blog. Por eso he vuelto a este sistema. Espero que no suponga mucha molestia introducir la clave de letras y números. ¡Gracias!
Andrew Dominik nos ofrece en 'Mátalos suavemente' un thriller intenso, con ritmo, repleto de escenas vibrantes y diálogos frescos, con humor y drama, una película de factura clásica pero que debe gran parte de sus hallazgos a contemporáneos como Tarantino o Michael Mann. La escena entre Brad Pitt y Tony Soprano, James Gandolfini, es soberbia. No es una obra maestra pero defraudará a pocos. Un saludo!!!
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