Haywire sería el título menor de cualquier filmografía de cualquier cineasta. Pero no de Steven Soderbergh, un hombre que desde un principio entendió el cine como un divertimento y un medio para experimentar. Un hombre que gana la Palma de oro con su primera película y que acaba rodando la trilogía de Ocean se merece todos nuestros respetos. A lo largo de su carrera ha combinado Un romance muy peligroso con rarezas como Bubble o The Girlfriend Experience. Su obra abarca un pequeño capítulo de Eros, el blanco y negro nostálgico de El buen alemán o el curioso binomio sobre la figura del Ché Guevara. La política de Soderbergh está en la constancia pero nunca en la linealidad. Y ni rastro de esos rumores que apuntaban a una retirada voluntaria del cine: el año pasado estrenó Contagio, dentro de unos meses veremos Magic Mike y The Bitter Pill es uno de los título más interesantes del 2013. Sin olvidar que es uno de los pocos cineastas nominado al Oscar por dos películas en un mismo año: Traffic y Erin Bronkovich. Soderbergh se aprovecha de todo ello: hay expectación por ver cada una de sus películas, sin el peso de un sello especifico. Por eso el principio de Haywire se parece a Tarantino y la referencia no es más que un halago. Llegado un momento la película se parece a una entrega de Bourne, y Soderbergh sigue sin despeinarse. Y el film termina con una lucha en la playa que ya querría para sí el mismísimo James Bond. Haywire hay que verla con conocimiento de causa, apreciándola como el entretenimiento intrascendente que siempre fue. Una película rodada entre amigos y para los amigos, con un curioso sentido de la acción más cercano a la coreografía desnuda de mamporros que al despliegue de efectos especiales descacharrantes. Tiene el curioso honor de entretener con los elementos mínimos, porque Soderbergh se divierte rodando y enseñándonos el cuerpo de la debutante Gina Carano en constante contorsión. Sin más. Solo pasará a la historia por ser la película americana que más veces repite el nombre de Barcelona. Porque para colmo Soderbergh ha querido viajar por Europa. ¿Qué es Haywire sino una película de vacaciones? Así que únicamente nos podemos acercar a Haywire con Coca-cola y palomitas, sabiendo que Soderbergh nos brindará un thriller con potencial comercial y aún así diferente al producto rompetaquillas de la sala de al lado. ¡Menudo arte y vaya geta tiene el señor Soderbergh!
Nota: 6
Hola, este comentario es para avisarte que eres nuestro blog destacado, y que estarás una semana en la portada de Punto Hispano a partir de este día.
ResponderEliminarHola Xavi
ResponderEliminarLa vi hace tiempo y he de reconocer que no me gusto nada y lo pasé incluso mal en el cine... Esta vez no coincidimos ni lo más mínimo, pero ya sabes que ando escaso de criterio...jajaja.
A mí me parece de lo peor, sin duda, de Soderbergh...
Enhorabuena por lo que leo de Punto Hispano!!
Desde la Ignorancia, Lucas Liz.
Dejo aquí mi reseña...hecha ya hace tiempo:
http://cinesincriterio.blogspot.com.es/2012/03/haywire-indomable.html