martes, 29 de mayo de 2012

Todos están bien: Crítica de OKAY, de Jesper W. Nielsen

Pocos conocen a la actriz danesa Paprika Steen. Ha intervenido en papeles muy pequeños en películas como Bailar en la oscuridad, Mifune, Los idiotas o Celebración, por lo que forma parte de toda una generación de intérpretes que dio rostro al movimiento Dogma y que posteriormente dio muchísima vida al cine danés. Ha dirigido dos películas: Aftermath y With Your Permission. Ha trabajado en la televisión danesa, y a diferencia de Mads Mikkelsen, Nicolaj Lie Kaas o Ulrich Thomsen casi siempre ha filmado en su Dinamarca natal. Aunque esta Okay pudo verse en el Festival de Cannes del 2002 nunca llegó a estrenarse en España, y si rastrean la red solo encontrarán una copia de la película subtitulada en inglés. Ese año se hizo justicia con la gran actriz que es Paprika Steen: consiguió dos Robert y dos Bodil, análogos del Goya danés, a la mejor actriz protagonista por esta y secundaria por Te quiero para siempre (Open Hearts) de Susanne Bier. Un dato simbólico porque Okay fue el primer protagonista de Steen antes de que llegasen La sustituta, Applaus o Superclásico, y la primera vez que aspiró a un premio de valor internacional como el EFA de la audiencia. Ver Okay, por lo tanto, permite descubrir o enamorarse de nuevo de esta mujer de 47 años que casi siempre defiende personajes con carácter, fuertes, vitalistas, con desparpajo.


Steen es en Okay una Amélie danesa. Madre de familia trabajadora que tiene que encargarse de su hija, su marido, su casa, su hermano y su padre enfermo. Una actividad frenética que no da tregua a la protagonista: quiere tenerlo todo bajo control y al final todo se le irá de las manos, porque lo único que consigue son peleas con su hija adolescente y distanciarse de su marido. Está tan acostumbrada a poner paz entre los demás que se ha olvidado de dar estabilidad a su vida. Okay es su historia, el día a día de una mujer que pone buena cara al mal tiempo, que dice que todo está bien cuando todo empeora, que busca trabajo para los demás desde su oficina y que quiere que los suyos se reconcilien de forma altruista. Una comedia dramática urbana, actual y cotidiana de una heroina normal y corriente. Un canto a la mujer trabajadora que vive en consonancia con sus convicciones e independencia. Y para los no nórdicos, una descripción de esa Dinamarca perfecta, con bajísimas cifras de paro, con un sistema sanitario de hierro, abierta en lo que a tendencias sexuales y a nuevos modelos de familia se refiere. Algo que hace de Okay una historia muy local y al mismo tiempo universal. Un título que ha ganado con el paso del tiempo, no solo porque la carrera de Steen ya está consolidada, sino porque ahora casi nada va como debería. ¿Qué sucedería ahora con la protagonista de Okay en un mundo en crisis tanto económica como de valores? La cuestión es que el film, a pesar de los conflictos con los que lidia su luchadora protagonista, es la crónica de unos tiempos de bonanza. Así que quedémonos con el mensaje optimista del título: todo va bien, y si no es así más vale creerlo con vehemencia para disfrutar de todo y todos los que nos rodean.


Nota: 6

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